“Raza Adámica y pre-adámica. En la cultura judeo-católica pos cristiana, se considera raza adámica a la descendiente de Adán. Es la que surge de la cruza del Lhulu con el Manu, Lhumanus → humanos. Esta raza es la más contemporánea de todas, la última manipulación genética hasta la fecha. Las razas pre-adámicas son aquellas que existieron antes de dicha manipulación, como las hiperbóreas de Mu, Lemuria y posiblemente Atlántida, aunque esta por su cercanía puede considerarse también Adámica. Las razas orientales descienden de estas civilizaciones, posiblemente lemurianas, y eran consideradas por Adolf Hitler, que conocía la historia hiperbórea, las razas genéticamente puras, descendientes directas de los hiperbóreos, como los tibetanos. La raza negra de donde proviene la Eva mitocondrial, tiene ascendencia Mu-hiperbórica, y es, directamente evolutiva de los mamíferos homínidos, teoría Darwiniana. La última evolución genética natural conocida data de hace aproximadamente 190.000 años. Tanto la amarilla como la negra y la blanca fueron implantadas por los jardineros (Logos), hace millones de años. Cualquiera de ellas puede ser considerada Manu después de la primera mutación o modificación genética. Las subrazas restantes son consecuencia de la cruza o manipulación de las tres primeras. Todas las razas actuales pueden considerarse Pasús, modificaciones genéticas naturales o artificiales de las originales después de la primera mutación. El Manu original fue creado por manipulación genética de los Reptilianos de Alfa Draconis a partir de la cepa original implantada por los jardineros. El Lhulu fue creado por manipulación genética del Manu, supuestamente por los Anunnakis de Nibiru, aunque en realidad fueron los Grises de Zeta Reticulum y de Orión los ingenieros encargados de llevarlo a cabo, y que aún hoy, siguen manipulando genéticamente a los humanos con fines desconocidos, a través de las abducciones. Las cepas originales fueron implantadas en la tierra por los más antiguos seres del universo, creadores de la materia, los Logos o Génesis (Sistemas Genéticos). Por eso el nombre del primer libro del pentateuco hebreo, Génesis, “el origen” de la vida, (oriente genético). Entonces podríamos llamar por relación, a la primera cepa implantada en este o cualquier otro planeta, también Génesis. La cadena evolutiva de las formas de vida inteligentes en la tierra, sería la siguiente: Génesis → Manus → Lhulus → Lhumanus si son cruza Lhulu-Manu, o Pasús para la generalidad de cualquier cruza desde el Génesis, incluyendo a los humanos → Humanos → Viryas.”
Platón (427- 347 a.c) fue un filósofo griego discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, escribió, siempre en forma de diálogo, sobre los temas más diversos, tales como filosofía política, ética, psicología, antropología filosófica, epistemología, gnoseología, metafísica, cosmogonía, cosmología, filosofía del lenguaje y filosofía de la educación. Conocido popularmente por la alegoría de la caverna, y uno de los misterios más grandes de sus diálogos, es el mito de la Atlántida. No entraré en detalle sobre el mito de la Atlántida, pues ya todo está dicho y escrito, voy a dar un paso adelante, una vuelta de tuerca y analizaremos este mito desde fuera de la caja para llegar a una conclusión final.
Comencé este artículo recordando un escrito del 2011, a pocos meses de comenzar el blog. En él hablé brevemente de las razas adámicas y pre-adámicas, dando un panorama general de un tema más que apasionante, pues se refiere a nuestros orígenes hiperbóreos y su historia.
“…En la cultura judeo-católica pos cristiana, se considera raza adámica a la descendiente de Adán. Es la que surge de la cruza del Lhulu con el Manu, Lhumanus → humanos. Esta raza es la más contemporánea de todas, la última manipulación genética hasta la fecha. Las razas pre-adámicas son aquellas que existieron antes de dicha manipulación, como las hiperbóreas de Mu, Lemuria y posiblemente Atlántida, aunque esta por su cercanía puede considerarse también Adámica…”
Nos centraremos en la parte resaltada. Primero observar que se habla de razas (plural) dando la posibilidad que fuera más de una, haciendo una distinción entre las de Mu, Lemuria y Atlántida. Lo hiperbóreo es aquello más allá de lo boreal (norte). Estas razas eran conocidas como las razas hiperbóreas por la mitología griega. Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia. Su nombre deriva del griego: (Υπερ βορεία) Hyper Boreas, que significa “más allá del norte”. Se creía que el dios-viento Bóreas habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus hijos, lo harían más al norte de este reino, en el país de Hiperbórea.
Desde fuera de la caja iniciaremos el viaje hacia hiperbórea para encontrar la Atlántida de Platón. Comenzaremos con la frase “más allá del norte”, que sin duda es la clave de todo este misterio. Esté donde esté y viva donde viva, el norte siempre es el norte, así que partiremos hacia él en un viaje cuyo destino final será la Atlántida. Comencemos pues el camino.
Si usted se dirige al norte de nuestro planeta, llegará a un punto donde cualquier camino que tome, lo llevará hacia el Sur, pues estará parado en el polo norte de Gea. Si continúa caminando llegará a otro punto donde el paso siguiente será nuevamente hacia el norte, o sea, que si avanza volverá al punto de partida. Ese lugar donde se encuentra parado será el polo Sur, en el continente Antártico. Simplificando, mas allá del norte está el Sur. Ahora bien, nadie vio lo más obvio, el elefante escondido entre los elefantes, pues hasta la similitud de su nombre lo indica, la Atlántida es la Antártida, el actual continente Antártico ahora cubierto por el hielo, pero floreciente y templado en su época. Hiperbórea estaba en la Antártida y por consiguiente fue también Lemuria y Mu cuando los continentes estaban unidos y formaban el supercontinente de Pangea.
Por este motivo el continente Antártico es un territorio internacional, por este motivo hay zonas prohibidas y que no pueden visualizarse en Google Heard, por este motivo Adolf Hitler se dirigió allí y construyó su base a las puertas de entrada del mundo interino de los Lacerta, y es por esta razón que últimamente presidentes, religiosos y otros miembros de la elite se han dirigido a la Antártida, pues han comenzado a aparecer sus ciudades y tecnología, resurgiendo de entre los eternos hielos polares que la cubrían.
La Atlántida de los diálogos de Platón es el continente Antártico, conocido por los primeros faraones, los Nefilim, como Thule de los orígenes. Puede que digan que esto no concuerda con lo dicho por Platón, pues él la ubica en otro lugar, pero como ya saben, nada es lo que parece, ni el teorema de Pitágoras es lo que parecía ser. Pueden creer o no creer, no importa, no es relevante, el tiempo dirá si esto es o no verdad, pues todo saldrá a la luz, tarde o temprano, pero saldrá a la luz.
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