“…Siempre dije que había cosas que podía decir y otras que debía callar, y ese equilibrio entre las palabras y el silencio es el que mantiene el orden dentro del caos, pues le da a la consciencia el margen necesario para que ésta se expanda, abarque y comprenda movimientos estratégicos que suceden fuera de esta realidad, en los bordes de la cinta de Moebius donde el cielo y la tierra se tocan. Cuando mis Amasterdamos en su momento me prepararon y entrenaron, yo era ajeno a todo suceso que acontecía fuera de esta realidad, y sólo ellos tenían acceso a esa información privilegiada, no por elitismo, sino por jerarquía, por su grado jerárquico superior en consciencia. Esto no garantiza la exclusiva confiabilidad de lo transmitido, pues los grados jerárquicos son ajenos a la intención inicial y propósito final del sujeto, y pueden responder tanto a las luces y sombras del ego, como a la consciencia y sabiduría del Ser, por tal motivo es indispensable conseguir nuestra propia conexión y grado jerárquico como muchos que ya lo han logrado en este espacio, para que la información sea comparada por ustedes y refutada o ratificada según su propia fuente. Mientras tanto, sólo queda confiar en su instinto y sentir, en lo que su corazón le transmita y su espíritu le dicte, sintiendo que resuena como un recuerdo olvidado en su interior, de algo lejano pero a la vez tan cercano a su corazón, que casi lo puede tocar…” PUNTO DE PARTIDA
“Hoy me centraré en esos silencios, en lo que debo callar, lo que nunca digo porque no debo decirlo…” (MI-CHOQUE-FA)
Un día leyendo un viejo libro de astronomía de Camilo Flammarion, me quedé pensando en las dimensiones astronómicas del universo, y como sería la observación del tiempo para un ser tan enorme, que con solo un paso cubriese la distancia de la vía láctea, que es de 200.000 años luz según los últimos cálculos. Más me sorprendió como seria la observación desde la tierra de ese paso colosal. Para nosotros sería una eternidad, pues desde nuestra observación el Coloso tardaría 200.000 años en dar ese paso, pero para el Coloso, en su caminata cósmica, ese paso sería de menos de un segundo de su tiempo. De la observación y el análisis de este supuesto escenario cósmico, concluí que la percepción del tiempo estaba directamente relacionada con el espacio en lo micro y lo macro, y así como la mosca de hipertiempo tiene una percepción diferente, el Coloso Cósmico también lo tendría, siendo esta percepción muy rápida en lo micro y muy lenta en lo macro. Para nosotros el Coloso sería muy lento y para el Coloso nosotros seriamos muy rápidos, tan rápidos que seriamos imperceptibles, efímeros, casi inexistentes, lo que dura una partícula subatómica en el gran colisionador de hadrones LHC del CERN. Luego de todo este análisis las preguntas que me surgieron fueron ¿Como equilibra el universo esta desigualdad entre lo micro y lo macro? ¿Qué equilibrio universal emplea la creación en sus ecuaciones? y por último ¿Cómo detecta esas desigualdades para equilibrarlas? Buscar la respuesta a estas preguntas me llevaron luego de muchos años, a especializarme en el manejo de energías.
El universo siempre equilibra la ecuación, pero ¿cómo lo hace? Desde ya, que, así como equilibra, el universo también es un gran economizador de energía, por eso siempre tiende a la mínima expresión de todo algoritmo, así que como primera medida el universo acota la ecuación a la mínima cantidad de términos posibles sin que afecte el algoritmo y el resultado final. Pongamos un ejemplo conocido, los Espacios Matriciales. Un EM 4×4 se puede escribir de varios modos, podemos por lo tanto escribir esa nomenclatura de la forma siguiente EM 4x(3+1) y seguirá representando lo mismo, pues su resultado será igualmente 16. Siguiendo este mismo razonamiento también se puede expresar como la sumatoria de unidades: EM (1+1+1+1)x(1+1+1+1), o como producto de enteros: EM (2×2)x(2×2), o módulo del producto: EM |4|x|4|, o factoriales: EM (2!+2)x(2!+2), o números irracionales: EM (√16)x(√16), o una combinación de varias: EM [-(1×1)x(2x-2)]x(√16). El universo lo primero que hace es llevar todas estas formas a la mínima expresión, siendo esta la forma 4×4=16 para los EM. Lo mismo hace con las octavas, las acota a su mínima expresión para poder equilibrarlas con la menor carga y gasto energético posible.
Una octava en su mínima expresión tiene tres términos (A-B-C) bien definidos y varios componentes (a-b-c…z) también bien definidos. Los términos A, B y C son fijos, pero los componentes son variables, pues son los puntos que forman la línea de la octava, las notas, tonos y semitonos de cada termino, la sucesión de puntos que forman la línea proyectiva entre el termino A=(intención inicial), y el B=(Propósito final). El término “C” que une el Alfa con la Omega, es el camino fijado, el objetivo entre la intención y el propósito y el cual usa el universo para equilibrar ecuaciones mediante la “manipulación” de sus componentes o puntos (a-b-c…z). Cada componente tiene una función específica según su grado de influencia con otros puntos de la octava. Así que en las octavas encontramos puntos de inflexión, puntos de equilibrio, puntos de influencias, puntos de gravedad, puntos de vacío, etc, etc, etc.
Estos puntos son los que utiliza el universo en el equilibrio de ecuaciones energéticas particulares y generales, siendo los puntos de influencias (Pi) uno de los más “acreditados” para modificar una octava. Estos “Pi” son los que tienen el más alto grado de relaciones con otros puntos y muchas veces son “tocados” por la creación para lograr los objetivos entre intención y propósito. También tenemos que tener en cuenta que este universo es dual, luces y sombras, virtudes y miserias que el universo necesita conservar en equilibrio para mantener su integridad y la misma dualidad. Estos opuestos son los puntos de equilibrio (Pe) que utiliza para compensar los sobrantes o faltantes. Demos un ejemplo de cómo funciona esta compensación energética:
Fulano existe y vive en miserias, su centro de gravedad es miserable, Mengano existe y vive en virtudes, su centro de gravedad es virtuoso. El universo tiene que compensar miserias, pues tiene un faltante de estas energías, así que le entrega al miserable más miserias. En caso contrario el universo está descompensado negativamente en virtudes, así que le entrega al virtuoso más virtudes. “Cosecharas lo que siembras” decía mi abuela. Esta es la verdadera ley de atracción, usted atraerá lo que proyecta. Así funciona el universo mediante los Arcontes.
Conociendo limitadamente cómo funciona el equilibrio universal contestemos ahora las preguntas del principio de este artículo.
1)¿Como equilibra el universo esta desigualdad entre lo micro y lo macro?
Mediante cada particularidad (componente) de las octavas generales y particulares.
2)¿Qué equilibrio universal emplea la creación en sus ecuaciones?
La consciencia de cada particularidad y la energía de cada generalidad.
3)¿Cómo detecta esas desigualdades para equilibrarlas?
Esta respuesta merece un artículo aparte, así que queda pendiente, pues esto es solo una somera introducción al equilibrio universal de la creación y cómo funciona el universo de los opuestos.
“Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse”. Hermes Trimegisto