La programación del desamor
Soy consciente de que voy a tocar un tema muy delicado. De esos que hacen saltar las alarmas de los programas de defensa porque tocan puntos muy sensibles. Pero se hace necesario exponer una programación que se ha venido imponiendo paulatinamente, una de las mayores y más importante, convirtiéndose en el más claro exponente del “divide y reinarás”.
Es una estrategia usada por los programadores dirigida específicamente hacia el propio corazón del humano y a la raíz misma del vestigio más noble que todavía conservamos en nuestra naturaleza: el Amor.
El A.M.O.R., como Amplitud Modulada de Onda de Resonancia, es la energía más poderosa que puede ser utilizada para unir, ampliar, limpiar, expandir, conectar y evolucionar hacia las más altas cotas del SER. Es por ello que siempre le han temido “los amitos” y ha sido una constante amenaza para el control de nosotros, su ganado.
Este Amor, en su exponente más… digamos físico o visible, lo podemos ver cuando se manifiesta el amor a la pareja, a los hijos, a la familia en general e incluso los amigos. Nos sentimos muy unidos a ellos y somos capaces de los más altos sacrificios en momentos de necesidad, sin importarnos el riesgo personal ni demás consideraciones. Hay tantas cosas que somos capaces de hacer por Amor…
Pues hay toda una programación implementada para quebrantar ese Amor. Puede que remueva muchos cimientos, puede que algunos experimenten dolor al reconocerla, pero… ¿cómo vamos a luchar contra algo que no reconocemos?…
Si en algo han tenido éxito y han causado verdaderos estragos nuestros programadores, ha sido en saber romper nuestros vínculos más íntimos de pareja y familiares, la programación del desamor.
Sería muy largo de contar y en la red hay mucha información sobre ello, por lo que haré mención de algunos puntos claves, para situarnos en el momento actual… Podríamos empezar con la promoción del movimiento de la “liberación de la mujer” y su consiguiente incorporación al mercado de trabajo que, si bien está basada en el legítimo derecho de la mujer a ser reconocida en igualdad con el hombre, como veremos, estaban camufladas otras intenciones ocultas:
1) La mujer ha sido y es el eje del hogar, la familia y los hijos. Si se le aleja del mismo dándole otras ocupaciones y responsabilidades en su espacio-tiempo, el hogar se resentirá por faltar ese eje.
2) Los hijos quedan más desprotegidos con ambos padres trabajando (un sueldo no da para vivir dignamente en esta sociedad de consumo), lo que deja a los hijos más dependientes del sistema educativo que controlan ellos. Es más, hay que apuntarlos a actividades extra-escolares porque los padres están… demasiado ocupados.
3) La mujer, símbolo de ternura, afectividad e intuición, al entrar en el mercado laboral predominantemente masculino y su competitividad, será más fácil de pervertir en su identidad.
4) Con la incorporación de la mujer al mercado laboral (más de la mitad de la población adulta son mujeres) tenemos más personas que cotizan, más pagadores de impuestos y más personas dispuestas a consumir, por lo que aumenta la sociedad consumista.
A todo ello le sumamos que al estar más cargados de responsabilidades se tendrán menos hijos (reducción de la población), que se propicia los divorcios y rompimientos de pareja debido a la brecha abierta en el reparto de obligaciones y el poco tiempo para compartir juntos en armonía, que a los hijos se les priva de la afectividad de ambos padres y el desarraigo del hogar. Y seguimos sumando con la criminalización del hombre con leyes más duras contra el maltrato psicológico, verbal y físico en el ámbito familiar, facilitando los divorcios y acrecentando las diferencia entre ellos de manera que se vean como enemigos, en vez de complementarios y apoyos el uno del otro. Entonces el terreno está abonado para que el amor en la familia no prospere, sino que se rompa con suma facilidad, llegando el desamor.
Todo lo anterior produce unas tormentas emocionales que derriban los cimientos de la familia y la vida afectiva de cada uno; entonces ¿quién será capaz de mantenerse en su centro de gravedad y punto de quietud?… La comida está servida, sólo hay que esperar que los egos se despedacen por su trozo del pastel.
Más programación tenemos con el bombardeo constante de películas llenas de libertinaje sexual, engaños, traiciones, maltratos y promiscuidad que inducen a una imitación inconsciente. Y, ¿cómo no?, las noticias que vemos y leemos se llenan de episodios de maltratos domésticos, de violaciones y de muertes sufridas por parejas que nos impactan emocionalmente como un cuenta-gotas que no paran de alimentar el miedo, la sensación de amenaza en el sexo contrario, viendo al que tenemos al lado como a un enemigo aunque comparta su vida con nosotros, fomentando la separación de hogares.
Además tenemos las relaciones homosexuales, que son protegidas y promocionadas en otro paso más en la separación del hombre y la mujer y su nexo común, el amor. Contribuyendo también a reducir la procreación de hijos en el seno familiar.
Si tantas personas viven esos dramas emocionales de rompimientos, de cicatrices abiertas, de maltrato y de traición, ¿cómo van a sentir Amor por sus semejantes y la humanidad en general?… ¿no será la desconfianza y el miedo a ser dañados, así como rencor acumulado lo que anidará en su corazón?…
Es la más maquiavélica conspiración para sacar de su centro al humano común y lanzarlo al lodo de su propia miseria, alejados del exponente más firme que les convierte en Humanos verdaderos y los conecta al SER, el Amor.
Sí, podemos hablar del Amor con mayúsculas, pero si el amor familiar está hecho trizas, ¿dónde quedamos nosotros y dónde nuestros centros de control?…
Espero que comprendan que sólo trato de mostrar una realidad, de exponer una programación que está haciendo un daño inmenso al ser humano, y que todos somos susceptibles de caer en sus redes o nuestros seres más cercanos. Seguramente todos conocemos muchos casos de desamor.
El hombre y la mujer cuando se aman y comparten su vida con la esencia del amor sienten una sensación de plenitud que le hacen ver la vida con optimismo, lleno de magia y de color. Cuando los hijos perciben ese amor y armonía en su hogar, crecen con una sana alegría y son capaces de expresar ese mismo amor que va abriendo puertas y llenando su corazón de nuevas sensaciones.
Claramente, cuando uno está trabajando en su ego, expandiendo su consciencia y se hace responsable en pensamientos, palabras y obras, tenemos las armas a nuestra disposición para luchar contra la programación del desamor, pero necesitamos tener una visión amplia y ver sus implicaciones para estar prevenidos.
El Amor nace en el niño de forma natural y espontánea por quienes le rodean en el ámbito familiar, luego se vuelca en la persona que despierta nuestro amor de adolescente y juventud, continua con los hijos, para prosperar abarcando lo que es capaz según la expansión de su esfera de consciencia. El Amor es la emanación de la Fuente misma de la Creación. Es la energía más alta en frecuencia conocida y la que nos conecta con nuestra propia Divinidad… Si nos dejamos llevar al desamor no sólo habremos perdido algo importante, nos habremos perdido a nosotros mismos.
Ángel .º.