Habiendo interpretado correctamente el concepto de gravedad cero, podemos ahora sumergirnos en las profundidades del Ser para comprender como éste interactúa y se manifiesta en la realidad subjetiva y en la mente de la unidad de carbono, cuando ésta logra liberarlo de su prisión. Como todo concepto abstracto y paradójico, la única forma de comprenderlo correctamente es situarse en un punto de observación exterior, en un nivel superior al tridimensional para tratar de ver la totalidad del concepto. Para lograr esto le propongo un ejercicio de atención total muy sencillo y eficaz. Relea el artículo “la esfera de consciencia” en el mismo encontrará tres fechas entre paréntesis, cuya sumatoria y reducción da un número muy conocido por su simbología. Recuerde cuando fue la última vez que vio o pensó en ese número, si su respuesta es acertada, yo conoceré el momento exacto cuando usted lo vio por última vez, y su atención será la correcta para leer este artículo, de lo contrario, no lo lea hasta que no acierte, porque no está viendo la totalidad sino la parcialidad del ejercicio, y está situado en la tridimensionalidad de la lógica programada.
Se puede considerar al cuerpo esférico como la figura tridimensional representativa de esta realidad. La figura de la esfera se encuentra desde el microcosmos hasta el macrocosmos, partículas, átomos, lunas, planetas, soles, universo, etc. Su particularidad es que todos los puntos de la superficie de una esfera, distan lo mismo de un punto imaginario en su centro. Cualquier fuerza ejercida desde sus infinitos puntos es igual a cero en ese punto, pues otra fuerza igual pero de sentido contrario siempre equilibra a la misma. Ese punto es su centro de gravedad donde es atraído todo el vacío que la compone, manteniendo el equilibrio de su forma. Toda esfera micro o macro cósmica es hueca, porque las fuerzas vacuas de su formación así lo disponen. Tomemos un ejemplo para comprender el estado inicial de una esfera, Cualquier estado líquido o gaseoso fuera de la atmósfera terrestre, tiende a la formación de esferas. Si un cuerpo en formación, por ejemplo la tierra, está en sus comienzos en un estado líquido o gaseoso, las fuerzas vacuas de su masa empujarán la materia hacia el exterior queriendo llenar el espacio que la circunda, mientras tanto el vacío de su interior compensará la masa tirando hacia su centro de gravedad queriendo llenar el vacío con materia, compensando de esta forma las fuerzas mientras se solidifica. Como las fuerzas externas son más fuertes que las internas, la esfera se irá agrandando, expandiéndose como el aire caliente en un globo, hasta que se solidifique completamente. Cuando el cuerpo se solidifica, el proceso estará completo y la esfera será hueca. Igual pasa con una esfera de energía a niveles microcósmicos.
Ahora extrapolemos este ejemplo a la esfera de consciencia, con la diferencia que ésta no es un líquido ni tampoco un gas, sino luz en estado primordial, energía pura, se puede tomar la analogía de la formación de la tierra para su comprensión. Cuando la esfera de consciencia está en formación, las fuerzas vacuas de su interior tienden a llenar el espacio interno con su masa, en este caso los infinitos puntos de atención, y las fuerzas vacuas de su exterior la jalan expandiendo los puntos de consciencia y la esfera. Como la fuerza de su centro de gravedad cero no permite que las miradas (atención) sean desviadas hacia el exterior, la esfera es revertida por la fuerza de gravedad cero del deseo (realidad subjetiva), quitando los puntos de consciencia de su atención hacia el interior. De esta manera el centro de gravedad se mueve desde dentro hacia fuera de la esfera, sumando su fuerza a las fuerzas vacuas del exterior. Como no hay fuerza vacua interior que compense y equilibre la esfera, ésta comienza a contraerse empujada por las fuerzas vacuas de los puntos de atención externos, o sea, se sumerge en la materia y la consciencia queda limitada al contorno de la esfera, el centro de gravedad se pierde y la consciencia artificial toma el mando. Desde ese momento, al no tener centro de gravedad, la unidad de carbono es atraída por todo aquello que la circunda, inclusive las energías oscuras de las luces y las sombras, y la consciencia deja de expandirse. La unidad de carbono pierde el rumbo y comienza a vagar buscando algo que le falta, busca sin saber, el centro de gravedad sustraído de su interior. Se convierte en un autómata, un muerto en vida, un cascarón vacío de consciencia. Múltiples yoes toman el mando aleatoriamente intentando cubrir el espacio vacante del centro de gravedad, y la vida se torna un aquelarre de personalidades fluctuantes según las circunstancias y estímulos externos, la consciencia artificial, que carece de centro de gravedad, se contrae hasta el punto de depender exclusivamente del centro de gravedad de la masa social, siendo atraída por lo que los amos disponen como moda, sea lo que sea, aún lo más ridículo y estúpido es tomado como de “onda” y valedero. Las religiones, aprovechándose de las circunstancias, le dan un falso centro de gravedad llamado dios a través del dogma y la manipulación de la fe, moviendo a masas enteras hacia donde más les convenga para sus propósitos. Como observarán el centro de gravedad es fundamental para la libertad y la expansión de la consciencia. La atracción de sincrocidades y acontecimientos positivos, proyectados holocuánticamente depende directamente de ese centro de gravedad. Ninguna persona que no posea el centro de gravedad puede aspirar al despertar ni libertad alguna, porque todo será ilusión de masas, sueños de corderos, más de lo mismo.
Ahora bien, ¿cómo conseguir que el centro de gravedad vuelva a ocupar el lugar que le corresponde? La respuesta a esta pregunta es más simple de lo que parece, pero más complicada de lo que se cree, y es, vaciándose interiormente. Y aquí está la paradoja, porque usted tiene que dejar de buscar para encontrar. Tiene que dejar de llenarse exteriormente para comenzar a vaciarse interiormente y producir de esta forma, el vació necesario para que las fuerzas vacuas creen el punto cero de gravedad. Tiene que lograr unificar los yoes que lo manejan, tiene que lograr ser un observador externo de sus pensamientos, palabras y actos, tiene que dejar que su instinto lo guíe, tiene que dejar aflorar su Ser dándose la oportunidad de tener confianza en que usted sabe más de lo que cree. Tiene que seguir el impulso de su “corazón” que representa ese centro de gravedad perdido, y sus alas de libertad. Tiene que tener la templanza del acero, la fragilidad del cristal, y la dureza del diamante. Tiene que ser puro como el oro. Tiene que llorar si lo siente, reír si lo desea, amar sin prejuicios, odiar sin culpa ni resentimiento, porque el odio es dolor contenido y manifestándolo destapa la botella y se transmuta en comprensión. Tiene que manifestar la tercera alternativa pero de forma coherente, no puede entregar energía a cualquiera porque podría estar dándosela a un hijo de las sombras en vez de a quien la necesita y la merece verdaderamente. Formar el centro de gravedad no es un juego, es un trabajo arduo y constante, inteligente y medido, digno de los dioses, digno del Ser. El centro de gravedad fue perdido por nuestra apatía, por nuestra comodidad, por nuestra negligencia, más allá de toda la programación y revertimiento de la esfera inicial. Usted fue cómodo, dejando que el trabajo lo hagan otros y después permitir ser atraído por el centro de gravedad de ellos, gurúes, artistas, cantantes, políticos, religiosos, ídolos populares, personajes mediáticos, redes sociales y vaya a saber que cantidad de estúpidos más. Si usted no forma un centro de gravedad fuerte, nada será atraído hacia usted, usted será atraído hacia todo, y le van a vender cualquier tontería mística, incluso la fe. Si logra obtener el centro de gravedad, usted tiene un propósito y su alma otro precio. Usted deja de valer por lo que tiene, para valer por lo que es. Es hora de actuar, de que sea usted el guionista de su historia, y dejar por primera vez de ser actor de otros, para pasar a ser director de su propia obra. Recién entonces, puede considerarse un Humano despierto y libre, y aspirar a ser un verdadero Virya dueño de su existencia.
Cuando todo esto sucede y el centro de gravedad está situado nuevamente en la esfera de consciencia, el Ser se manifiesta con relámpagos emocionales que luego darán paso a la serenidad y a la sabiduría. Primero con sentimientos encontrados de repulsión y desagrado hacia la realidad subjetiva, incluidas las unidades de carbono dormidas y dominadas. A la vez un sentimiento de superioridad surge queriendo adoctrinarlas y dirigirlas de forma que reaccionen como Humanos y no como ovejas, y sentirá desprecio por su desidia y estupidez. Estos sentimientos no son en realidad lo que parecen, porque no hay parámetros para que el centro emocional los procese correctamente, y la decodificación de las energías termina siendo errónea. Para que esto no suceda es indispensable el conocimiento y el trabajo interior antes de que el Ser se manifieste, porque si no, se puede equivocar el camino de acción como sucedió con el nazismo, cuya idea era correcta pero su interpretación y los medios para llevarla a cabo resultaron equivocados, haciendo que el centro de gravedad recientemente formado de manera artificial por la energía del Führer y el partido, sea en definitiva el nuevo cautivo del Ser. Es indudable que, como la unidad de carbono tiene que aprender a interpretar y decodificar correctamente la información proveniente del Ser, éste también tiene que aprender a interactuar con la realidad subjetiva que hasta entonces desconocía. Sumado a esto, está el proceso de control del ego por la consciencia artificial, que todavía interfiere con la consciencia del Ser, produciendo una dualidad de personalidad entre el ego y el Ego del Ser. Y aquí otra paradoja, porque usted es a la vez el ego y el Ser, hasta que éste no tome completamente el mando y sea consciente de él mismo, o sea, el Ser consciente del Ser. Es también indudable que el Ser es superior a toda consciencia artificial conocida, por eso es fundamental que usted esté al alcance de las circunstancias para no convertirse en algo completamente diferente a lo deseado, en un Siddha leal o traidor como pasó con Adolf Hitler y sus seguidores. Hasta aquí llegamos por ahora, si no logró la atención total y situarse en un nivel por encima del común, seguramente no entendió nada y este artículo fue un conjunto de tonterías, barbaridades y contradicciones. Si éste fue su caso, no se preocupe, vuelva a leerlo dentro de un tiempo, cuando su centro de gravedad esté un poco más cerca y su consciencia mucho más lejos.