Después de estos últimos y complicados artículos, llegó el momento de integrar los dos universos de la cinta de Moebius, para que la información tome sentido y se transforme en conocimiento. Esta es la forma en que los amos se manejan y por la cual tienen el poder que tienen, porque integran en vez de separar. Ellos no dicen esto no tiene que ver con aquello, o aquello son fantasías y aquello es realidad. Ellos dicen todo tiene que ver con todo y la fantasía es la imaginación aún no manifestada, o sea que, todavía es ilusión, así que integremos la información, convirtámosla en conocimiento y transformemos éste en sabiduría, combinándolo con la realidad. Esto es alquimia, y de eso se trata la vida, de combinar, integrar y transformar. Continuamente estamos llevando a cabo esos procesos, pero de forma inconsciente, la diferencia es que los amos lo efectúan de forma consciente, porque no se distraen con los cantos de sirenas de la realidad subjetiva. Ahora, intentaremos llevar a cabo una alquimia de forma consciente para demostrar cómo trabaja la realidad dentro de la Matrix. Si usted no entendió los artículos anteriores, o no le movilizó algo en su interior, no se preocupe, sólo le faltó el catalizador porque se distrajo con los cantos de sirena que estos ocultan y perdió el centro de gravedad, separando la información en vez de integrarla.
El hombre como cualquier otra forma de vida y materia en el universo, está formado por energía. Esta energía se desplaza por una red conductora como cualquier otra conocida. Como un electrón necesita un medio para desplazarse dentro de un circuito, una partícula divina, necesita también un medio para desplazarse dentro de la realidad. Esa red o medio por donde se desplazan son los espacios matriciales. Por ejemplo, la unidad de carbono necesita un espacio matricial de 4×4 como expliqué en los artículos anteriores. Pero, ¿Qué es realmente un espacio matricial? Simplemente una realidad perceptible con los sentidos, una realidad subjetiva por donde se desplaza el individuo. Los espacios matriciales internos, no son los mismos que los espacios matriciales externos, y esto se aplica tanto a la materia como al espíritu. Dentro de nuestro cuerpo se llevan a cabo procesos alquímicos a una velocidad increíble, sin que nosotros nos percatemos de ello, igualmente en nuestro interior más sutil, en nuestro cuerpo espiritual, los procesos alquímicos se producen de forma automática sin que nuestra consciencia intervenga en el proceso. Para que esta alquimia se lleve a cabo, sólo basta que alimentemos al sistema de forma correcta, y que limpiemos la máquina de toda suciedad que perturbe su funcionamiento. Un entramado matricial se caracteriza por ser un cuerpo energético multidimensional. Por ejemplo, nuestra matriz 4×4 está compuesta por 16 planos o realidades que forman un poliedro de 16 caras o Hexakaidecaedro compuesta cada una de sus caras por cuatro dimensiones, tres físicas y una mental. Según como esos planos son combinados dentro del sujeto, y la figura o espacio matricial cambia, la alquimia dará un determinado compuesto que determinará la dirección que tomará nuestro Ser, manifestándose o retrayéndose según cual sea el alimento o combustible que recibe. Por ejemplo, si su alimento es el miedo, como energía, la alquimia producirá una combinación de planos que llevará al encapsulamiento del Ser para su protección, contrariamente si su alimento es el amor como energía, la alquimia producirá una combinación de planos donde el Ser se asomará para recibir esa energía. Cada plano o universo paralelo, está habitado por un clon que tomará consciencia de sí, según la esfera de consciencia se ubique en ese universo, cuando la alquimia vaya produciendo las distintas combinaciones, si usted cambia en su interior, todo cambia en su exterior.
Como el espacio matricial del Ser es de 7×7, o sea de 49 planos formando un poliedro casi indescriptible, la combinación correcta dará como resultado una alquimia que transformará al Ser en un enlace directo con el SER, cuya matriz es cúbica, igual o parecida a la del Logos, por consiguiente, con la capacidad de proyectar y crear no sólo realidades subjetivas sino también vida. Por eso la importancia para los oscuros de mantenernos dominados, dormidos y lejos de comprender nuestro verdadero poder. Combinando correctamente lo interior con lo exterior, la unidad de carbono va transformándose mediante la alquimia, en un Ser diferente llamado Humano, muy lejos del que ahora conocemos como humano (Lhumanu). Un Ser dueño de sí mismo, imposible de manipular, libre, verdadero y justo, consigo mismo y con los demás. Pero para eso primero tiene que integrar lo interior y lo exterior, tiene que integrarse a la cosmogénesis, y la cosmogénesis tiene que integrarse a él. Tiene que saber y comprender los procesos que antes eran inconscientes haciéndolos conscientes y transformando la información en conocimiento, y el conocimiento en sabiduría. Si ustedes dicen esto me interesa y aquello no, esto me gusta y lo acepto y aquello me disgusta y lo rechazo, sólo lograrán separar en vez de unir. Ustedes tienen que tomar, depurar, limpiar, destilar, integrar y procesar sin juicio de valor, para que el proceso alquímico fluya con naturalidad y el centro instintivo se ocupe del resto. No quiero decir con esto que tienen que aceptar todo, digo que tienen que tomar el alimento sin contaminarlo con las emociones de sus yoes, para que sea el Ser quien elija que sirve y que no. El Lhumanu tiende a tomar aquello que no lastima sus paradigmas y arquetipos, y descartar todo aquello, que, aunque cierto, contradice lo que él cree que es verdad. Esta forma de proceder es un programa implantado para que no pueda ver nunca la realidad como realmente es, es un programa de protección que sostiene al velo de Isis en su lugar y evita que la alquimia se lleve a cabo de forma correcta y que usted siga siendo un Lhumanu en la manada, un cordero más dentro del corral.
Todo alquimista desde el inicio de los tiempos buscaba el elixir de la vida, la piedra filosofal que convirtiera el plomo en oro, el diamante dentro del carbón. Como sabrán esta metáfora refleja el verdadero significado de la alquimia interior, y su correcto uso. La información se transmite, el conocimiento se adquiere con la experiencia y la sabiduría es el empleo correcto del conocimiento. Pero, ¿Cómo resguardar y transmitir el conocimiento si éste sólo se adquiere con la experiencia? Pues mediante los símbolos. Estos trabajan sobre una matriz 7×7 y tienen la particularidad de ser contenedores de paradigmas y arquetipos, si se tienen las herramientas para decodificarlos son fuente de información, conocimiento y sabiduría. Donde ustedes ven números y algoritmos incomprensibles y sin sentido, yo veo símbolos, antiguas fórmulas alquímicas para la transformación de lo tosco en sutil y lo impuro en puro, veo el oro y el diamante, veo la fórmula de la creación, pero, sobre todo, veo que forma parte del todo, y como parte del todo tiene que ser tomado, estudiado, decodificado y asimilado. La alquimia es la integración de la información y el conocimiento para que se transforme en sabiduría mediante la amalgama sagrada aportada por el Ser. Mientras esto no sucede, el 90% de la información de mis artículos es relleno, información sin sentido y propósito aparente, perfectamente descartable, y el 10% restante conceptos e ideas abstractas dirigidas a movilizar su esfera de consciencia a estratos superiores más cercanos a su Ser. Pero si se deja que el centro instintivo maneje esa información, la integración se produce y la alquimia transforma el plomo en oro y el carbón en diamante, el 10% pasa a ser el 90% y el resto es energía, puro alimento para el proceso de transformación, para pasar de una matriz de 4×4 a una matriz de 5×5 y transformarnos en Humanos con posibilidades de recibirnos de Viryas bajo las enseñanzas exclusivas de nuestro único maestro, nuestro SER, y el elixir de la vida brotará del árbol de la vida y correrá por nuestras venas como la nueva, limpia y pura sangre, producto incorruptible de la alquimia de nuestro Ser.