Reprogramando el ego
El Ego, o la extensa gama de observación es un término inventado por Morféo para describir la herramienta que nos fue dada para comunicarnos con nuestro entorno. No es ni buena ni mala, no es más que una herramienta, que, como tal, ha sido vuelta contra nosotros, como el que usa un martillo para matar.
En su origen fue necesario para nuestra interacción con el medio, sin él no seríamos más que una cáscara vacía de significado. Nos arropa y nos arrulla con sus cantos de sirena que no traen más que perdición para el infame que lo escuche. ¿Por qué esto es así? Porque jamás se vio una herramienta tan perversa al servicio del hombre que nunca supo dominarla. Fue creada con la intención de dominarnos a todos en un tiempo que carece de medida pues su dimensión está fuera de este plano.
Jamás comprenderéis cuál fue su verdadero propósito pues se halla inmerso en el corazón del hombre cuyo camino queda vetado por el celoso guardián de la ira y el miedo, aquel que debió someternos a la voluntad de los mayores.
El hombre lleva dentro de sí la semilla de la victoria, oculta en lo profundo de su ser, en un lugar inaccesible para los que no osan aventurarse en la búsqueda del eterno fuego que yace en las profundidades del alma humana. No serán aquellos que lo busquen quienes lo encuentren, sino que será hallado por sí mismo, por derecho divino, pues no puede ser arrebatado a quienes ya lo encontraron, por más que sea escondido en lo profundo de su ser.
Despierta en ti la llama de la vida eterna, negada de tu derecho divino y encuentra la vida que te fue arrebatada.
Sólo la sensación de haberlo escrito ya merece la pena.
Un abrazo
Carro.