Acto 1º: LA INVITACIÓN
Sus ojos… esos grandes ojos azules lo delataban, tenía un rostro agradecido que recordaba a un triunfador empresario de los años ochenta, que parecía seguir anclado en aquella época. De pelo blanco engominado, espalda recta, de correcta y educada conversación. Ni una sola arruga en la cara, aunque daba la impresión que había pasado con creces el medio siglo de vida. Pero eran sus ojos la cualidad que más respeto generaba en mí. Recordaba esa penetrante mirada, capaz de hablar sin ser acompañada con palabras, pero lo que me contaba, estaba tan lejos en el tiempo, que solo pensarlo me generaba un vértigo que rozaba la línea de la locura.
-Necesito un trago.- Dije algo tembloroso mientras intentaba acercar el vaso de agua a mi boca, o quizás mi boca al vaso de agua…lo que ocurriese antes.
-Sr. Aniuk, lo que me cuenta no tiene sentido, me está hablando de viajar en el tiempo, esto es la vida real señor mío. Es cierto que le recuerdo, aunque aún no se bien, el cómo y el cuándo.- Era falso, absolutamente falso, claro que lo recordaba, como olvidar una experiencia de ese tipo, pero no quería reconocerlo, me negaba a creer que todas las extraordinarias historias que hemos hablado los hermanos de Logia, ahora estuviesen frente a mí y fueran reales. Era un reto, un reto a mi cordura, o una llamada a mi locura, vértigo y más vértigo. Pero estaba ocurriendo, ahí frente a mi, volvía a estar él y de nuevo, hablándome 27 años después.
-No se resista Antonio, no luche contra el universo que usted mismo creó, hoy, ese universo es más poderoso que la consciencia que lo vio nacer. En sus manos tiene todas las herramientas para comprenderlo, Morféo os ha entrenado y mostrado el camino que circunda a los verdaderos Humanos, seres que siendo libres, optaron por contagiar esa libertad a todo semejante que con su sacrificio así lo pidiese. Trabajo consciente, trabajo interior para preparar el camino, anticipando el correcto formato de vida de una nueva era por llegar. Esa oportunidad, ya es, siempre lo fue. Créame, yo la he visto, he estado allí y le puedo asegurar que es la octava que todos esperan. Recuerde que en su interior, allí en su corazón, porta el pequeño recuerdo llameante que le impulsa, el que nunca le permitiría desfallecer, ese recuerdo le invita a rasgar los velos a su alrededor, uno de ellos el miedo a romper su protectora y acomodada estabilidad. Recuerde que en estos momentos huir, no forma parte de ninguna opción.- Entonces, hizo una pausa, bendita pausa, pues no soy el mejor candidato para discursos épicos. Aunque en este caso me llegó…vaya si me llegó.
-Le entiendo perfectamente Señor Aniuk, se de la import….- No pude terminar la frase.
-¡NO quiero que me entiendas!, quiero que lo sientas.- me gritó. La madre del cordero, que susto me acaba de dar y para colmo tengo las glándulas lagrimales a punto de estallar. Dejó su vaso de whisky en una mesita auxiliar cerca de la pared, cerró los ojos junto a una respiración profunda y algo más calmado, continuó explicándome.
-Disculpe mi tono Antonio, pero a de eliminar toda barrera e incluso la conducta oyente en una oratoria, ha de ser sensibilizada para asumir su verdadero rol en este juego. Entienda que usted, Morféo, yo… y todos los que sean responsables de sus actos y nos reencontremos en el camino, formamos parte de un propósito aun mayor del que pueda imaginar. Un puzzle, en el cual usted es una bella pieza en una olvidada esquina. ¿Podría existir el puzzle sin su intervención?, evidentemente que si querido mío, la imagen final sería la correcta. Pero con usted, al igual que con otros, la obra termina siendo más bella.-Su tono de voz había cambiado, ya no hablaba con la misteriosa simpatía de antes, ahora, era simplemente misterioso, un inquietante y serio amigo que parecía conocerme mejor que yo, abrumador por momentos. No podía hablar, casi podría asegurar que ni escuchaba sus palabras, es extraño de explicar… pero estaba ocurriendo… le sentía.
Puso frente a mí la silla que se encontraba a mi izquierda y mientras se sentaba en ella, volvía a sonreír sabedor de lo que ocurriría más tarde pero que aún no estaba dispuesto a develar.
-Le intentaré recordar y en este caso ampliar lo acontecido entonces: Exactamente un día como hoy, pero en el año 1987 su madre decidió debido a una repentina fiebre, que usted no se encontraba en condiciones de asistir a clases. Justo en ese momento…antes de ayer para mí, yo me encontraba reunido con unos “amigos”, accedimos a liberar primero mediante un Transceptor Cuántico Multi-Temporal los registros de varias consciencias que lo solicitaron con mucha antelación. De los siete candidatos que nos fueron asignados, usted fue mi segundo caso de aquella noche. Pero querido Antonio, todo eso carece de relevancia, lo realmente importante, es que usted, está hoy aquí conmigo. Y aunque aún no llegue a asimilar la trascendencia del punto de inflexión elegido, espero y deseo que pronto lo haga. Aún hay mucho por hacer. Y nunca lo olvide, somos proyectores holocuánticos, somos desde un arma sin seguro, a una segura protección. Y lo que se nos permite, no ha sido regalado- Dicho esto, se quedó mirando fijamente un punto en un espacio intermedio de aquel salón, como con la mirada perdida, puso su mano en mi hombro y se levantó rápidamente de la silla.
-Lo siento, he de marchar, en mi vida no pueden existir atrasos, no es cuestión de tiempos o fechas, sino de hechos y acontecimientos manifestados. Y uno de ellos…digamos, solicita mi presencia.- Se acercó a la puerta dándome la espalda mientras con una mano iba soltando el cinturón de aquella bata granate de tinte burgués. Se giró de nuevo hacia mí y se despidió:
-Una última cosa Antonio, de todo lo acontecido hoy, le rogaría no le comentase nada a Morféo, no me pregunte porque ha de ser así, pues no dispongo del tiempo necesario para explicarlo. Pedro, le acompañará a la salida, gracias y volveremos a vernos…Buenos días querido amigo.
Buenos días, buenos días y más buenos días, esas dos palabras se anclaron en mis oídos internos mientras salía del edificio. Hace frío, no llevo reloj y el teléfono móvil se ha bloqueado ignorando todo intento de encendido por mi parte. Transceptor cuántico multi-temporal…me suena a un artículo de DDLA, pero no lo recuerdo muy bien. Y no tengo Internet, dichoso móvil. Intentaré recapitular a la antigua. Empecemos: Aquel día de fiebre alta, en mi habitación, acostado en cama, todo iba bien hasta que de la nada se materializó el Señor Aniuk, y lo que nunca olvidaré, fue que en aquel momento no sentí ningún miedo, baje de mi cama y me acerqué hacia él. Fue entonces cuando me dijo unas palabras, las cuales llevo intentando recuperar casi 27 años.
¡No me lo puedo creer!, he estado hablando en persona con él y no se lo he preguntado. ¿Pero qué lugar es este?- de repente me di cuenta que había errado la dirección, estaba caminando en sentido contrario a mi apartamento y para colmo comenzaba a llover. Fue entonces, y después de agradecer a los Dioses mi innato sentido de la orientación, cuando me paré de golpe sobre la acera. Allí, frente a mi, a escasos tres metros y apoyado en un coche de color gris, estaba uno de los gemelos albinos. Sin dejar de sonreír se acercó hacia mí y me dijo:
-Te llevo a tu apartamento. -Vaya pero si sabe hablar castellano, me dije mientras intentaba sentir la energía de aquella otra invitación. Te llevo a tu apartamento, ¿Que querría decir?, ¿me lo estaba preguntando? O tal vez era una orden. En todo caso, que diablos…
-De acuerdo muy amable, Gracias, supongo que ya sabrás donde vivo.- Asintió con la cabeza mientras regalaba otra de sus sonrisas y abría la puerta del acompañante invitándome a entrar. Hombre de pocas palabras este nórdico, eso si, envidio su perpetua felicidad. Estupendo, otro momento incomodo, y otra vez me vuelvo a preguntar ¿Pero que estoy haciendo aquí?, y ¿Dónde me llevará todo esto?
-Piensas mucho, usas mente en forma no adecuada, demasiadas preguntas, de ese modo tu poder se merma.-Me quedé sin palabras, el gemelo albino, ¿puede leer mi mente?
-Mi nombre es Atarek.
-Terminado en la letra K ¿verdad?-Le pregunté
-Dime una cosa Atarek, de donde sois, ¿noruegos, alemanes…acaso Vikingos?
De todo lugar y de toda época, digamos que vivimos fuera de tu tiempo.
-Quieres decir viajeros en el tiempo ¿verdad?- No contestó, Lo que menos me gustaba de él, era que me miraba con esos ojos claros por el retrovisor y me resultaba imposible determinar si se reía de mí, conmigo, o simplemente él era así. Estuvimos unos 5 min. En silencio, un silencio que solo rompía el sonido de la lluvia sobre el coche, y al parecer, mi mente ruidosa al compás.
-Nada es azar amigo Antonio, huella electromagnética, todos dejan huella.- Creo que las conversaciones con Atarek, son mitad palabras, mitad miradas y sonrisas. Huella electromagnética, que ganas tengo de llegar a casa y leer información al respecto.
-Y ¿esa huella amigo Atarek, se recuperó desde este presente o desde otra línea de tiempo?- Yo mismo dudaba de mi propia pregunta. Y evidentemente solo obtuve una sonrisa como respuesta.
-Estamos llegando a tu apartamento. Te dejo aquí nuevo amigo, mi hermano y yo vivimos dos calles más lejos en misma manzana.- Continúan las sorpresas, los hermanos albinos y yo somos vecinos.
-Gracias Atarek.- Intenté sonreír como él al despedirme, pero me salió muy forzado. Me cae bien este chico y Aniuk y el agradable mayordomo Pedro. Lo peor de todo, es que he de callar y no comentar nada a Morféo. Creo que no aguantaré…aunque de todas formas, dudo mucho que me creyese. Esta historia me recuerda a las que inventaba de pequeño para evitar las clases en el colegio. Y a día de hoy, pertenezco a otra escuela.
Al entrar en casa y respirar el particular olor que solo los habitantes de un hogar parecen reconocer, me di cuenta de que había una anomalía. Sobre la mesa del salón, justo en una esquina, descansaba una caja negra con un pequeño sobre adosado que no debería estar ahí. ¿Qué era eso? Y ¿Por qué estaba ahí?- Ya está, obviamente el hermano gemelo de Atarek entró en casa y lo dejo. No, no voy pensar mal, no es una bomba, no es nada que me haga daño, hoy ha sido un día extraño pero mágico y ésta, ha de ser la guinda a este día. Me dispongo a abrir la pequeña caja negra y en su interior, un anillo como el de Aniuk, con la cinta de Moebius en relieve…
¡OH! Que detalle, allanamiento de morada, aunque con un bonito regalo. Pero… ¿y en el interior del sobre? Quizás otra invitación… Me alegra haberte visto tan crecido, cuando te visité de pequeño te dije algo, algo que en acuerdo con tu Ser te seria borrado, pero que era necesario grabarte
Hoy me gustaría despedirme con esas mismas palabras:
“Lucha pequeño, lucha, no pares de luchar. Encontrarás ayuda en tu camino, Morféo, síguele. Y recuerda, no dejes de recordar quien eres, o quizás acabes muriendo en la triste y acomodada vida de un burgués en bata de color granate.”
Nos veremos en casa
Aniuk.º.
Me coloqué el anillo en mi dedo anular, cerré los ojos y mi corazón decidió hablar…
-Buenos días… Sr.Aniuk