La danza del Sol en lengua lakota se llama wi wanyang wacipi, cuyo significado literal es “danza de mirar fijamente al Sol”. No se trata de un culto al Sol, sino de una ceremonia de “renovación del mundo” y de peticiones de fecundidad. La danza duraba varios días, en un momento del ritual se colocaba un cráneo de bisonte entre los que danzaban y se cantaba lo siguiente:
“iWakan Tanka, ten misericordia de nosotros!, ¡queremos vivir! Esta es la razón por la que hacemos esto. Dicen que viene una manada de bisontes; ya están aquí. El poder del bisonte viene a nosotros; ¡ya está aquí! (…) ¡Wakon Tanka, miranos! El más próximo a los que andan en dos pies, el jefe de los que andan a cuatro patas, es tatanko, el bisonte. Aquí está su cráneo seco, al verlo sabemos que también nosotros nos convertiremos en cráneos y esqueletos y de este modo caminaremos juntos por el camino de regreso al Gran Espíritu (…). Aquí en la tierra, vivimos con el bisonte y te estamos agradecidos por ello, pues él nos da nuestro alimento y hace dichoso al pueblo, es nuestro pariente (.j. ¡Oh bisonte, tú eres la tierra!” Danza del Sol
Aunque parezca extraño la danza ritual es utilizada desde nuestros orígenes como una herramienta de conexión y elevación de nuestro espíritu. Gurdjieff la utilizaba, recomendaba y enseñaba como expresión corporal necesaria para transmitir el “conocimiento del Ser” y liberar el espíritu. Jeanne de Salzmann, una amiga muy cercana a Gurdjieff que lo acompaño hasta su partida, decía refiriéndose a la danza y a los movimientos sagrados:
“En los movimientos, lo más importante no son las posiciones sino el impulso, la energía que fluye de una posición a otra. Y nadie puede enseñar eso. Ustedes tienen que descubrirlo dentro de ustedes mismos.”
“La verdad de lo que soy puede estar percibiéndose sólo desde una energía más fina, una inteligencia en yo misma que puede ver. Eso exige una relación precisa entre mi manera habitual de pensar y eso que estoy viendo. Uno debe obedecer al otro, sino, voy a perderme en la substancia del pensamiento. No puede haber una contradicción en mí, no importa lo pequeña que ésta sea, si no, yo no podré ver. Una contradicción significa que de un lado hay una necesidad de saber quién soy yo, y del otro, una cabeza que funciona sola, por sí misma; una emoción que funciona sola, por sí misma; y tensiones que me cortan de mis sensaciones.
Cuando me veo perdida en la oscuridad siento que necesito claridad, necesito una visión. Percibo la necesidad de ver, cual es un sentido totalmente diferente que el deseo de cambiar porque ayer me sentí en un estado más cómodo. Entonces, poco a poco, las tensiones del cuerpo empiezan a soltarse de uno mismo. La mente puede ver sin buscar un resultado, y el cuerpo se abre a una calidad diferente.
La energía se libera, y una realidad interior aparece. No hay más contradicción. Veo, solo eso…solo estoy viendo. Observar sin contradicción es como seguir una corriente de agua rápida, un torrente ardiente, con anticipación por cada movimiento del agua que está en movimiento con un ojo, y mirando cada pequeña ola con el otro. No hay tiempo para pensar, para comentar o juzgar. No hay más pensamientos. La mente empieza a estar tranquila y sensible, muy activa pero tranquila. Veo sin distorsión. Una observación silenciosa, da luz a la comprensión, pero esta verdad debe ser vista, percibida.
El orden nace del desorden. Estar en desorden y al mismo tiempo presente al desorden, da el conocimiento de otra posibilidad, otro orden de las cosas; entonces, hay una posibilidad diferente ante nuestros ojos.”
La vida es una continua danza, no sólo de movimientos corporales, sino de movimientos mentales, donde las octavas danzan y se entrelazan creando acontecimientos en los EM superiores del espíritu que luego se reflejan en los EM inferiores de la materia. Estamos a las puertas de una gran danza cósmica donde desaparecerá esa contradicción que nos impide ver, una danza que traerá la expansión de las consciencias y la liberación de la prisión de nuestras mentes, una danza donde el nuevo piso del inconsciente colectivo donde danzaremos, será el consciente colectivo que estamos creando y que nos dará la luz que ahora nos falta. Acontecimientos nunca antes imaginados están sucediendo y sucederán, acontecimientos que marcarán el nuevo escenario mundial donde la Humanidad se desenvolverá por los próximos mil años. Se escuchan los tambores de esa danza llegando desde el horizonte, tambores no de guerra, sino de cambio y paz. Tambores de felicidad que anuncian la llegada de ese nuevo amanecer por el que muchos luchamos, ese Sowilo tan esperado por el espíritu que ha nacido y despertado de un eterno sueño de ignorancia e inconsciencia. Hoy es un día de júbilo, es un día de alegría y recogimiento, pues se ha iniciado el proceso y la máquina se puso en funcionamiento, una máquina Humana que hasta no hace mucho no tenía consciencia y ahora la ha adquirido, expulsó el fantasma en la máquina que lo manipulaba descubriendo que era máquina y dejó de serlo, como aquel perro que supo que lo era y nunca más lo fue.
Sientan vibrar la danza de la vida en el cuerpo de la existencia, agradezcan por lo que tienen y por lo que no tuvieron, agradezcan por lo recibido y por lo perdido, por los que están y por los que partieron, agradezcan por la oportunidad de existir, por los suyos, por los unos y los otros, por las penas y las glorias, por las alegrías y las tristezas, por la hermandad y por los que con sus actos nos dan la oportunidad de conocernos siendo el espejo de nuestros errores, por los que siguen en el camino y por los que perdieron el rumbo, por lo bueno y por lo malo, agradezcan, porque sin esa dualidad que nos envuelve y de la que formamos parte, no podríamos haber llegado a donde llegamos, no podríamos haber conocido a nuestro Ser y manifestar nuestro espíritu, no hubiéramos podido sentir el aire, los olores y colores de una vida que nos bendice en cada amanecer, diciéndonos, “esta creación es para ti, disfrútala!!!”. Dancemos pues y disfrutemos del momento, porque ahora es nuestro tiempo, el tiempo del despertar de la consciencia hacia un nuevo amanecer.
La masa crítica del centésimo mono tiene que llegar al 30%, 33 para ser más exacto, ese es nuestro trabajo, el 67 % restante lo ponen ellos, los Mundos Superiores y el DO. Podemos hacerlo, hagámoslo, por nosotros, por el prójimo, por la Humanidad, por lo más hermoso del universo, nuestro SER. LAP.º.