BAILE DE SEDUCCIÓN
Ingresar en un espacio virtual donde mucha gente te pide amistad o tú la pides y te la dan, donde se comparten muchas cosas que los demás pueden ver y opinar, donde te dicen que “me gusta” lo que has publicado, post, fotos, videos, noticias…, donde puedes ver la actividad de los demás, lo que comparten, lo que escriben, lo que opinan, etc, en verdad que puede ser seductor y cautivador.
Por un lado tenemos que cualquiera puede ser escuchado, atrayendo la atención requerida, el ansiado protagonismo de los egos, aunque también el rechazo y la confrontación son posibles. Se pueden entablar grandes amistades, sin importar la distancia donde residan y apoyarse mutuamente en los avatares de esta existencia. Se pueden compartir momentos de soledad y de incomprensión, que quizás no recibamos de los más allegados porque están en “otras cosas”… Y un sin fin de nuevos matices que te permite un medio virtual como Facebook.
Sabemos que Facebook está creado para fascinar, para que la gente comparta sus datos y sus opiniones, para obtener datos de perfiles psicolgicos y huellas mentales, para identificar tendencias y recabar información de las personas de a pie; también para proyectar corrientes de opinión, para infiltrar agentes de la red y para manipular información. Todo un campo de informacin con datos e influencias con millones de usuarios.
Uno de los arquetipos psicológicos que genera Facebook lo podríamos llamar “el deseo de agradar”. Basado en una carencia emocional de falta de afecto y aceptación, de estímulos adecuados de superación, se convierte en el deseo de buscar aprobación de todo cuanto decimos o hacemos. Este hábito se adopta como un empeño de ir recibiendo agrado y aceptación, que se traducen en recompensas y premios que recibimos de los demás (los llamados me gusta), pero principalmente de aquellas personas a las que les conferimos algún tipo de autoridad, sea de rango o jerarquía, moral, intelectual, económica o social; y se repite a sí mismo de una manera compulsiva como detonante en un faltante emocional que trata de llenar un vacío que jamás consigue estar satisfecho, pues siempre queremos más.
Comprobaremos fácilmente que no es una necesidad verdadera, sino un deseo de aprobación de los demás por una falta de seguridad y de auto-estima que, al no confiar en nuestro propio criterio, le damos el poder y la autoridad a los otros buscando su aprobación…Hasta el día que decidamos que cada uno es su propio juez , su mejor critico y su mejor maestro, aunque para ello debemos asegurarnos que lo que se gesta en nuestro interior no proviene de una programación implantada, si no de nuestra verdadera naturaleza y esencia. Es decir, el dia que decidamos que nos hacemos cargo de nosotros mismos con consciencia y responsabilidad, para recobrar el poder que nos pertenece como seres Soberanos y Libres.
El libro de las caras sigue teniendo el mismo fin para el que fue creado, pero, como herramienta, puede ser utilizada con diferentes propósitos, y si bien nos intenta atrapar con su baile de seducción,también podemos utilizar sus variadas posibilidades para un uso consciente, de crecimiento y expansión donde los Seres se comunican y los egos aprenden.
Pero no nos engañemos, el protagonismo tiene una fecha de caducidad, un final… Una moda,una fama efimera que tiene su punto álgido para después extinguirse. Pues es una falsa realidad que autocreamos, porque la línea a trascender es muy delgada y es muy sencillo caer en la trampa de convertir ese espacio virtual en el real y dedicarle el mayor % del dia, olvidandonos de la familia, Amigos, padres, vecinos, aquellos que tenemos al lado que nos necesitan y necesitamos.
Participar del “libro de las caras”, bailar con su melodía de seducción, es un gran reto para el entrenamiento de los egos y la acción de la consciencia. Calibrar cada acción y reacción, leyendo, mirando y compartiendo con responsabilidad y coherencia, se convierte en una tarea impresionante donde aparecen y desaparecen los impulsos internos provocados por los estímulos provenientes del exterior. Y allí donde se pueda producir una reacción compulsiva y una satisfaccin de deseos, aunque se vistan de buenas intenciones y nobles propósitos, se imponga la templanza del espíritu y la acción consciente.
Ángel
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