Propósito
Hoy en día hay mucha gente que se quejan, critican y reniegan de las situación política, económica y social tanto de su país como del mundo en general. Están hartos de tanta mentira y corrupción, de tanto abuso y explotación, pero mientras tanto siguen con su vida cansina y aburrida, trabajando y soportando los pesares de cualquier ciudadano común y corriente.
Sí, algunas veces explotan, vociferan y critican apasionadamente la situación que tienen que padecer, culpando a los que mandan de sus males, para después continuar con sus quehaceres rutinarios y sus ilusiones de cambio.
El “derecho al pataleo” lo comprendo, pero que no esté sostenido por acciones para mejorar aquello que se critica ni que se pueda contar con él para nada, salvo votar a otro partido para que arregle las cosas, eso… no puedo compartirlo. Antes bien, admiro al que lucha por sus ideas y hace algo dentro de su capacidad y herramientas disponibles, aunque pueda estar más o menos equivocado. Al menos se pone a cambiar las cosas, mueve ficha, se implica y, sobre todo, tiene un propósito.
El propósito no es tan sólo una declaración de lo que se desea hacer o llegar a ser, sino una decisión firme y vehemente que compromete la voluntad. Cuando el propósito no pasa del nivel de los enunciados, carece de poder porque no está presente la fuerza de la voluntad que impulsa su realización. Pero, si bien la voluntad es importante, ésta es semejante a un poderoso buque que está a la deriva en el mar si su capitán no determina el puerto al que dirigirse.
La motivación inicial para lograr algo y la fuerza vital para llevar a cabo obras y hazañas, tiene su chispa de ignición en la definición de aquello que perseguiremos. El propósito se convierte así en el puerto al que podrás llevar todas tus capacidades y potencial, es una motivación y un objetivo definido con claridad y que nos suscita una actitud de constancia, de perseverancia y ejercicio de la voluntad para conseguirlo, uniendo una intención inicial sostenida con su propósito final.
Dice un refrán popular que “quien no sabe para dónde va cualquier autobús le sirve”. La vida de muchas personas carece de propósito porque no han definido objetivos claros, propósitos concretos qué alcanzar.
Prefiero a los que toman la acción aunque se equivoquen, que a los indolentes, porque los primeros son los que mueven el mundo. Prefiero al que se moja, que a los que se acomodan a las circunstancias aunque no les gusten, pero que eligen arrastrar su amargura a exponerse a la equivocación, que eligen el confort y la falsa seguridad del anonimato al esfuerzo continuado a riesgo de su propia tranquilidad. Prefiero al que lucha con las armas de la consciencia sabiendo que de su esfuerzo se beneficiará sus semejantes, no importando si él verá o no verá los resultados.
Cuando uno toma consciencia del lugar que ocupa, y dentro de su capacidad de elección decide qué camino tomar marcándose un Propósito en la vida, ésta se llena de sentido y contenido que harán que confluyan los medios y las herramientas para llevarlo a buen término. El horizonte se expande junto al Propósito, y al llegar a la cima se sigue ampliando cuando éste se ha alineado, sincronizado y sintonizado a los ritmos de la Creación.
Quien tiene un Propósito definido y reúne energías, medios y herramientas para aplicarlos por medio del pensamiento, palabra y obra coherentes y responsables, recibe nuevos bríos que le impulsan en el tránsito de su camino y su vida se llena de sentido y significado. Algo más trascendente que su propia existencia se estará manifestando y desde los Mundos Superiores será reconocido y asistido.
Quien tiene un Propósito definido y reúne energías, medios y herramientas para aplicarlos por medio del pensamiento, palabra y obra coherentes y responsables, recibe nuevos bríos que le impulsan en el tránsito de su camino y su vida se llena de sentido y significado. Algo más trascendente que su propia existencia se estará manifestando y desde los Mundos Superiores será reconocido y asistido.
Ángel .º.