Derecho natural
El concepto de derecho proviene del vocablo latino directum, que significa no apartarse del buen camino, seguir el sendero señalado por la ley, lo que se dirige o es bien dirigido. En general se entiende por Derecho el conjunto de normas jurídicas, creadas por el estado para regular la conducta externa de los hombres y en caso de incumplimiento esta prevista de una sanción judicial. Un conjunto de normas que establecen las bases de convivencia social y cuyo fin es dotar a todos los miembros de la sociedad de los mínimos de seguridad, certeza, igualdad, libertad y justicia.
Por otra parte, también tenemos el Derecho Natural, que forma parte de la moral y rige la conducta social de los hombres relacionada con la justicia y el bien común, siendo este derecho natural inmutable y universal en sus principios, pero mutable en sus aplicaciones, pues estas dependen de las variables de las circunstancias. Dicho de otra manera, el Derecho Natural es el conjunto de máximas fundamentadas en la equidad, justicia y sentido común, que se imponen al legislador mismo y nacen de las exigencias de la naturaleza biológica, racional y social del hombre.
El mundo está repleto de leyes, de códigos morales, civiles y penales, de estatutos, de reglamentos, de ordenanzas y normativas; todo ello para supuestamente garantizar los derechos de los llamados ciudadanos, pero también sus deberes. Hay toda una gran estructura y parafernalia montada en aras del funcionamiento de esas leyes para que el sistema sea preservado. Hay montones de abogados, fiscales y juristas, profesionales que interpretan y aplican la ley previamente aprobada. Hay también innumerables fuerzas de seguridad y policial para velar por la legalidad, para hacer que la ley se cumpla en su ejecución.
Todo está tipificado, definido, delimitado y cuantificado para el funcionamiento normalizado de la conducta humana en la sociedad, de manera que cualquier ciudadano de un pueblo gobernado se atenga a lo que puede y lo que no puede hacer, pues de no ser así sufrirá las consecuencias.
Hacer un código de derechos y deberes es tan fácil como redactarlo según convenga a la situación y circunstancias de quienes ostentan el poder, y para elevarlo a rango de ley solo hay que aprobarlo en el parlamento consiguiendo el respaldo de una mayoría de ministros o diputados. Ya tenemos así una nueva remesa de leyes que todo el pueblo deberá cumplir y que el propio sistema, llamado “estado de derecho”, velará por ello.
Desgraciadamente, no es de extrañar que quien hace y aprueba la ley está velando por sus propios intereses, o por los intereses de aquellos quienes le encargaron la aprobación de dicha ley, ignorando o no importándoles en absoluto que el ser humano tiene inherente y por derecho de nacimiento su propio derecho natural. Un derecho natural que no hace falta que nadie les diga, los reconozca o apruebe, pues nadie le debe conceder o permitir a nadie si tiene derecho a la vida, a desarrollarse como ser humano, a tener cobijo y alimento, y a expresarse como su consciencia le dé a entender siempre que respete y no dañe a su prójimo, porque aquel amor y respeto del que el derecho natural lo tiene investido también lo tienen los demás.
Hoy en día muchas iniquidades, atropellos y programación social se esconden bajo el término “legalidad”, como si al decir que es legal estamos asumiendo que es justo. Nada más lejos de la verdad, pues como hemos visto es relativamente fácil vestir algo de legalidad para que sea aceptada una norma social, pero que dista mucho de la verdadera justicia y del derecho natural del ser humano.
Ángel .º.
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