“(Del griego: “monas”, unidad) Término filosófico con el que se designa la unidad estructural, sustancial, del ser. Se interpreta de manera distinta en diversos sistemas filosóficos. Para los pitagóricos, por ejemplo, la mónada (unidad matemática) es el fundamento del mundo. Para Bruno (De la mónada, del número y de la figura, 1591), la mónada es el principio uno del ser, que es la materia espiritualizada (Panteísmo). En este principio, según Bruno, coinciden las contradicciones entre lo finito y lo infinito, lo par y lo impar. La mónada constituye uno de los conceptos básicos de la filosofía de Leibniz (Monadología, 1714). Leibniz considera la mónada como sustancia simple, cerrada y variable. Las mónadas dotadas de una clara capacidad de percepción se denominan almas. En cambio, el alma racional del hombre, según Leibniz, es la mónada-espíritu. Después de llamar la atención sobre la idea de Leibniz en el sentido de que en la mónada se refleja todo el mundo, de que la mónada, como individualidad, contiene como en germen lo infinito, Lenin escribió: “Existe aquí una especie de dialéctica muy profunda a pesar del idealismo y del clericalismo” (tomo XXXVIII, pág. 381). En Lomonósov se encuentra el término de “mónada física”, con el que el gran sabio designaba la partícula (el corpúsculo) de la materia. La mónada como principio espiritual desempeña cierto papel en el Hilozoísmo de Goethe. El concepto de mónada se emplea en sistemas idealistas modernos como el pluralismo y el personalismo.” Diccionario filosófico · 1965:323
“En muchos sistemas gnósticos, al Ser Supremo se le conoce como la Mónada, el Uno, el Absoluto Teleos Aion (el Eón perfecto, αἰών τέλεος), Bythos (la Profundidad o la Gran Profundidad, Βυθός), Proarchē (Antes del Inicio, προαρχή ) y Hē Archē (el Comienzo, ἡ ἀρχή) y el Padre Inefable.
El Uno es la fuente primordial del pleroma (plenitud), la región de la luz. Las diversas emanaciones de “el Uno” se llaman eones. En determinadas variaciones del gnosticismo, especialmente las inspiradas por Monoimo, la mónada era el dios supremo que creó dioses menores o elementos (similares a eones).
Según Hipólito de Roma, este punto de vista fue inspirado por los pitagóricos, que llamaron a la primera cosa en existir, la mónada, que engendró a la díada, que engendró a los números, que engendró el punto, generando líneas o finitud, etc. Los filósofos pitagóricos y platónicos como Plotino y Porfirio condenaron el gnosticismo por su tratamiento de la Mónada o el Uno.” Wiki
Hasta aquí la información conocida o neófita que algunos utilizan como base de la “información muerta” y que transmiten y desvirtúan a su entera interpretación y antojo. Ahora veremos la “información viva”, la del iniciado, para que sepan realmente de que hablan los que hablan por hablar, parloteando como si fueran sabios mandriles siendo solo unos ignorantes monos con chanclas. Si bien ya he hablado en este espacio sobre la Mónada (mayúscula), no he hablado nunca sobre el origen de la palabra mónada (minúscula), por consiguiente, nos centraremos en ese tema.
Mi iniciación en la magia comenzó temprano, primero en SFM (Sagrada Fraternidad Mística) y luego en Gendel. El Amasterdamo no daba la información completa, solo dejaba “claves” para descifrar el acertijo para que llegara el que tenía que llegar. En una de las reuniones de la logia nos entregó una monografía de diez folios llamada “La voz de la Mónada“, no decía mucho, era un bonito texto espiritual nuevaerista donde la mónada, nos hablaba. Lo dejé en la carpeta de “muy lindo, pero de poca importancia” Tiempo después, cuando llegué a la información de la Gran Fraternidad Blanca de Egipto en la Escuela de los Misterios, descubrí que esa monografía era un mapa para llegar al conocimiento de su verdadero significado. No develaré todo, solo lo suficiente como para mostrar la ignorancia de los que hablan sin saber y para que ustedes sepan distinguir entre verdaderos iniciados e improvisados charlatanes.
Mi iniciación en la magia comenzó temprano, primero en SFM (Sagrada Fraternidad Mística) y luego en Gendel. El Amasterdamo no daba la información completa, solo dejaba “claves” para descifrar el acertijo para que llegara el que tenía que llegar. En una de las reuniones de la logia nos entregó una monografía de diez folios llamada “La voz de la Mónada“, no decía mucho, era un bonito texto espiritual nuevaerista donde la mónada, nos hablaba. Lo dejé en la carpeta de “muy lindo, pero de poca importancia” Tiempo después, cuando llegué a la información de la Gran Fraternidad Blanca de Egipto en la Escuela de los Misterios, descubrí que esa monografía era un mapa para llegar al conocimiento de su verdadero significado. No develaré todo, solo lo suficiente como para mostrar la ignorancia de los que hablan sin saber y para que ustedes sepan distinguir entre verdaderos iniciados e improvisados charlatanes.
Muchos iniciados en las artes de la Magia utilizaban el reflejo de las palabras para completar su significado, una técnica utilizada por Leonardo da Vinci y otros iniciados para ocultar lo evidente a los ojos del profano. He utilizado varias veces en estos años la técnica del espejo en los artículos, pero con poca eficacia, pues muy pocos descubrieron el significado oculto y se quedaron con el significado aparente (lo importante no está en lo que digo, sino en lo que callo). El origen de la palabra mónada se remonta a los escritos védicos hindúes. La traducción hindi de mónada es इकाई (unidad) y su reflejo “adanom” es टिकट (entrada) por consiguiente su significado real es “la entrada en unidad”, o “la unidad de entrada”, siendo este último el punto por donde entran las conexiones externas. Este punto se ubica en la nuca (glándula pineal) y se ancla en el ombligo, siendo la pineal lo que representa lo espiritual o divino y el ombligo lo mundano o terrenal, la dualidad de los opuestos, la conexión del alma entre el cielo y la tierra por derecho de vida.
La mónada es el punto de enlace del cuerpo álmico. La mónada es también por donde se conectan las sombras y otras entidades a nuestra UdC, siendo esta “puerta” la utilizada por los demonios para la cosecha. La toma por asalto (violenta) de una sombra o demonio por la mónada, ocasiona un choque mental y una serie de síntomas físicos posteriores causados cuando el cuerpo físico, etérico y mental intentan adaptarse al nuevo “inquilino”, o, mejor dicho, cuando el inquilino toma posesión del avatar. Estos síntomas pueden ser mareos, embotamiento, confusión, vértigo, etc., que duran un tiempo hasta que la nueva entidad (demonio o sombra) toma el control del sistema y comienza a “dictarle” ideas y pensamientos de información muerta al contenedor.
La mónada como “la entrada en unidad” representa también a la unificación de todos los avatares del Ser, y por consiguiente al SER (vida consciente) mismo. Un Ser unificado en sus múltiples proyecciones y yoes del ego se convierte en una unidad, la Mónada de los pitagóricos, el uno, el absoluto, el Eón perfecto de Teleos, la gran profundidad de Bythos, lo infinito en lo finito, la partícula divina dadora de vida del DO. Mientras no exista unificación (última llave) solo tendremos en nosotros una mónada, un protoenlace álmico muy permeable y vulnerable a influencias externas (C), envenenamientos mentales (ENMEN), luces y sombras, ángeles y demonios y un sinfín de energías, entes y bichos más esperando ingresar en nosotros en cuanto se lo permitamos o le demos la oportunidad de hacerlo.
Aquellos que tergiversan los conceptos y la información, engañan y manipulan con información muerta, oro (tentación, deseo, dinero y placeres mundanos) en la mónada, u oro en mí, solo son demonios que preparan a futuros contenedores para ser tomados. No se dejen engañar, que la existencia es corta y un error les puede costar un universo entero.
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