Conflictos y revolución
Como continuación de la parte primera sobre conflictos y revoluciones, hoy trataremos los mayores del siglo XX y un poco de los de comienzo del siglo XXI.
A modo de recordatorio les informábamos en el anterior programa, que la Revolución Francesa, supuso otro hito más dentro de la historia de humanidad que dio lugar a otro Cambio de Época, donde la evolución de las monarquías y el poder del clero, dieron paso a las economías de escala, la industrialización o el poder del dinero, transformado en un cáncer, llamado especulación de los mercados financieros. Como ven, nuevas formas y métodos con los que seguir manteniendo la mentira, el sometimiento y el dominio de una humanidad, que vive confundida con el significado verdadero de la libertad, que desconocen reside en el interior de cada uno y la buscan en la falsa libertad, que dan los sistemas democráticos que nos gobiernan.
También, les hablamos de la genética de las familias de una élite que lleva impreso en su ADN y desde generaciones, que se remontan a épocas anteriores a la llegada del Esenio, el gen de la usura, la violencia, la anti-humanidad, la maldad y la astucia, que los mantiene en el poder “in hilo tempore”, e identifica como demonios ejecutores de los perversos planes, que mueven las oscuras energías de su dios Jehová/Yhavé. Dentro de esa élite de apellidos, hablamos largo y tendido de uno que sobresale por encima del resto, la “casa Rostchild”, estos, aparte de financiar la Revolución Francesa y las posteriores guerras entre Francia e Inglaterra con el jugoso negocio de las armas que ambos países mantuvieron, la saga de miembros directos prosiguieron repitendo el mismo modus operandi con la guerra civil estadounidense, financiando a los dos bandos en disputa; La unión y La Confederación, por medio de La banca de Londres y los JP Morgan entre otros. La negativa a la usura del pago de elevados intereses por financiar la guerra junto con la oposición a los bancos centrales, se cobraron la vida de vida de Lincoln.
En adelante, surgieron nuevos conflictos con cambios de poder en el mundo como sucedió a España con la pérdida de Cuba (con un ataque de falsa bandera al buque estadounidense Mine), la pérdida de Filipinas o Puerto Rico.
1905, nos lleva al fallido intento de la Revolución en Rusia que trató de beneficiar los intereses petroleros de los Rockefeller, (secuaces de los Rostchild). Los años pasan en el estrenado siglo XX y es en 1914, donde nuevamente, el ilustre apellido promueve en la sombra, la 1º Guerra Mundial con escenario en Europa, pero no sin antes lograr proclamar la Declaración Balfour, en favor del sionismo que los Rostchild representan, siendo el Reino Unido el primer país del mundo en reconocer el derecho a la creación de un hogar nacional para el pueblo judío, a imponer en Palestina.
El estallido de la gran guerra obligó a entrar a la Rusia de los zares, este acto lograría debilitar al zarismo y gestar para 1917, el ansiado golpe de la revolución que esta vez si triunfaría, cambiando el panorama geopolítico en Eurasia. La gran guerra fue toda una oportunidad de negocio para aumentar la riqueza de las grandes fortunas y lograr acaparar más poder de quienes mandan, pues dejaron una Europa desolada y sometida en la incertidumbre pues en el caso de Alemania, las consecuencias del duro tratado de Versalles, impusieron unas sanciones impagables que pisotearon la dignidad germana y dejaron la dirección política del país en manos de la influencia de un comunismo corrupto e incipiente. Este cajón desastre, dejó al pueblo de esta potencia europea en la más absoluta miseria. Para poder hacer frente a la deuda impuesta, tomaron la rienda los préstamos de la banca especulativa de los de siempre, los Rostchild, siempre fieles a la máxima de que “es preferible prestar dinero a los gobiernos y las monarquías, que a particulares”, la especulación bancaria tuvo cancha de poner en marcha el pago de la deuda creando en 1930 y en Basilea (Suiza), la fortaleza financiera del Banco de bancos centrales llamado BPI o BIS (Banco de Pagos Internacionales) que en verdad, lo internacional eran los pagos, no el banco, y sería la vía encargada de gestionar el resarcimiento de la deuda impuesta a una Alemania destruida y sumida en la miseria.
Según la prensa de la época: “Dos días antes de que Austria atacó Serbia, ‘el Tesoro británico comenzó a imprimir Notas especiales, no convertibles en oro, marcados por los gastos de guerra’, y el Manchester Guardian habló de” una conspiración organizada para arrastrarnos a la guerra”.
Todo un negocio el que movió la muerte en las trincheras de los campos de batalla, la venta de armamento o el recorte en productos alimenticios, cuenta de la prensa de la época: “Cuando Kaiser pidió permiso para comprar 2,5 millones de toneladas de alimentos, Churchill denegó la solicitud porque su objetivo, según sus propias palabras era matar de hambre a toda la población, hombres, mujeres y niños, ancianos, jóvenes y heridos”.
Con todo este panorama de desolación después de 1918, surge en Alemania la figura de Adolf Hitler, que guste o no, llega al poder votado en las urnas y ya en su primer discurso de 1933 dice: “Me están obligando a ir a una guerra en la que no quiero entrar”, esta frase es el vaticinio de lo que vendría más adelante y lo que es innegable que logró salir de la opresión de la banca Rostchild manipulador de los hilos y finanzas de la Alemania de entonces. El desafío económico de Hitler creando su propio banco y emitir su propia moneda, sustituyó el “patrón oro” por el “patrón trabajo” como respaldo del marco. Guste o no, Alemania en 49 meses, terminó con un paro de más de 6 millones de desempleados que trasladado a las familias, afectaba a 18 millones de alemanes. Alemania volvió a ser una potencia ante la que el sionismo, llegó a temblar, y fue cuando decidieron poner fin con la destrucción de lo construido entre 1933 a 1939. LA segunda contienda mundial movilizó en el juego, algo más que el dinero y los negocios pues subrepticiamente, hubo un pacto oculto entre Alemania y el sionismo del Reino Unido y Estados Unidos para combatir al enemigo común, el bolchevismo de la Unión Soviética, que en silencio, se preparaba para el momento de ocupar Europa como así lo demostró no renunciando a una parte de Polonia tras la ocupación de Alemania o el descaro, de las conquistas de los países Bálticos contrarios al comunismo: Estonia, Letonia y Lituania. Sobre estas invasiones soviéticas, el mundo, no tuvo la respuesta de condena, protesta o declaración de guerra que tuvieron hacia Alemania.
Una de las consecuencias de la segunda guerra, fue materializar como una realidad, la Declaración Balfour imponiendo en Palestina, el ansiado el hogar judío cuando en verdad, holocaustos no reconocidos, existieron en los años de guerra, caso de los 17 millones de muertos en los Balcanes, los más de 20 millones de muertos que soporta la espalda del genocida de Stalin, más de un millón de muertos alemanes en la espalda del genocida de Churchill tras los bombardeos de Dresden con bombas de fósforo, los más de 300.000 muertos en la espalda del genocida de Truman tras lanzar dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (cuando tres meses antes, Japón había presentado la rendición ante la embajada de Rusia pues entre ellos no se declararon la guerra) o las barbaries de Hiroito en Filipinas y Singapur, con la incipiente guerra bacteriológica, ninguno de los genocidas nombrados, fue juzgado por ningún tribunal de justicia, ni siquiera, por la historia pero en cambio, la humanidad si que acceder a una deuda contraída con el holocausto judío que sin desmentir, las cifra de 6 millones no se corresponde con las cifras de la de Cruz Roja que lo contempla en menos de 400.000, pero sea como fuere, la realidad es que Israel existe y hoy, son ellos los que utilizan tanques para responder a las piedras de los palestinos. El verdadero antisemitismo se está practicando por Israel contra el pueblo palestino, que son los descendientes de Sem, pero el poder y sus medios, mezclan para confundir y llamar antisemitismo, a cualquier ofensa contra la nación de Israel.
Como pueden ver, los demonios son la élite que está por encima del poder que son los que mandan, son artífices del diseño y ejecución de los perversos planes que contemplan la muerte de seres humanos justificados en cada acto de liberación y justicia por establecer una democracia, sin tener en cuenta, si la cultura social del lugar, está preparada para ello. Pese a todo, el resto de la humanidad acepta las muertes de Sira, Irak, Libia, Yemen, Afganistán, por citar conflictos recientes, como daños colaterales aunque en verdad, subyace en ello, un interés de siembra de la insensibilidad y el egoísmo de tener la conciencia tranquila, restando importancia al sufrimiento del prójimo pues no basta con sentirlo, sino sumando cada uno su grano de arena, que logre impedir y derribar desde la constancia y la Unidad, los planes de los demonios indeseables.
El Nuevo Orden Mundial no es algo nuevo, pues existe desde hace más de 3000 años y desde el Pacto entre Moisés (el primer humano cosechado), y el dios sanguinario Jehová/ Yhavé. No existe un interés en amasar fortunas de esas élites, pues precisamente ellos, crean las leyes que les favorecen, son los dueños del dinero y de las empresas que lo mueven. Tampoco se trata de un interés por la posesión de los recursos naturales sino de algo más, que escapa a la mente humana y es la conquista de espacio matricial fuera de la Tierra donde aquí, tan solo se juegan algunas manos de la verdadera partida de cartas, que pertenece a la Realidad General, pero esto pertenece al nuevo Cambio de Época que está sucediéndose y no todos, logran verlo.