En este tiempo DDLA ha develado, explicado y estudiado mucha información no convencional que antes era desconocida por la mayoría. Conocieron conceptos inéditos, conocimientos esotéricos nunca antes expuestos, información que destruyó mentiras y construyó verdades desde la comprensión de cómo funcionan las cosas, hemos visto cómo funciona la creación y el universo todo, hemos estudiado desde lo más simple como un átomo de hidrógeno, hasta lo más complejo de ese mismo átomo de Hidrógeno, mostrando que lo finito contiene a lo infinito y como nuestra propia existencia finita contiene la vida infinita y eterna en su esencia. Por tal motivo, hoy comenzaremos con una nueva sección donde se explicará de forma simple y clara cómo funcionan las cosas desde sus componentes más simples a sus componentes más complejos para que puedan ordenar el puzle y armar el cubo de Rubik con muy pocos movimientos, y así, comprender que la galera es solo la ilusión que utiliza el conejo para engañar al místico mistificado y confundir al verdadero mago
Un tema recurrente y diría que casi obsesivo en DDLA, es el tiempo. Se ha explicado y desarrollado de muchas formas intentando integrarlo rúnicamente al inconsciente colectivo como algo “fundamental” de esta realidad y de la creación misma, pues sin su presencia el universo no existiría ya que es la base por donde la trama y tejido de la realidad se manifiesta. Cuando se piensa en el tiempo siempre se hace de una forma cuantitativa, pues estamos programados para medir el tiempo en base a una serie de valores lineales que van del pasado al futuro, y siendo el presente, tan solo un instante de esa línea temporal que es imposible de retener. Cuando alguien quiere definir un instante se remite a la mínima parte de tiempo que se pueda “medir” de forma empírica, ¿Cuál sería esa medida? un segundo, un microsegundo, un nanosegundo? un tiempo de Planck, que es aproximadamente 5,391∗10−44 segundos? Nadie puede asegurarlo a ciencia cierta porque nadie conoce el valor real de un instante y menos que es verdaderamente un instante. El tiempo es tan importante que nada podría funcionar correctamente sin tenerlo en cuenta, pues es el metrómetro natural de la existencia.
El tiempo de Planck (Tp) es considerado el intervalo temporal más pequeño que puede ser medido. En cosmología, el tiempo de Planck representa el instante de tiempo más pequeño en el que las leyes de la física podrían ser utilizadas para estudiar la naturaleza y evolución del Universo. Esto quiere decir que el tiempo de Planck en cierta medida “limita” el estudio de la realidad y por consiguiente del mismo tiempo, pues sería la porción mínima de tiempo en donde la física puede ser observada y estudiada. Pese a ello, nadie ha podido hasta ahora observar un tiempo de Planck empíricamente, o sea, observar en un laboratorio un instante de tiempo, esto se debe a que un instante no se mide en factor “tiempo”, sino en factor “consciencia“. Podríamos entonces definir un instante como:
“La observación mínima de la consciencia del movimiento del espacio“
Por consiguiente, un instante es el momento exacto donde el futuro se convierte en pasado observado por la esfera de consciencia mediante la atención permanente del observador y es la mínima parte de la consciencia y no del tiempo como se cree. Si un instante es la mínima parte de la consciencia, entonces podríamos concluir que una partícula de consciencia es igual a un instante y este sería, en definitiva, la orientación del tiempo (pasado → futuro → pasado) o sea, el vaet. Conociendo esta información ahora pueden comprender de forma simple cómo funciona el tiempo solo releyendo los artículos correspondientes con la atención de la consciencia puesta en el instante del efímero presente que enlaza la línea temporal del movimiento del espacio, entre un futuro que existe y ya pasó, un pasado que ya pasó y también existe.
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