EL ARQUERO Y EL MONJE ZEN
Cuentan que después de ganar varias competencias de tiro al blanco, el joven y presumido campeón, desafió a un maestro del Zen famoso por su habilidad como arquero. El joven demostró una habilidad técnica muy buena cuando impactó el centro del blanco en su primer intento. Su segundo tiro era igual de perfecto y dijo al anciano:
– ¡Allí lo tiene! ¿Vea si puede igualar eso?
Imperturbable, el maestro no sacó su arco. Le hizo un gesto para que lo acompañara a la montaña.
Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió, hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un débil e inestable tronco.
El viejo maestro caminó tranquilamente hasta el centro del frágil y peligroso puente, escogió un lejano árbol como blanco, sacó su arco, y disparó un tiro limpio y directo.
– Ahora es su turno, – le dijo mientras regresaba distinguidamente hasta suelo seguro.
El joven miró con terror el abismo sin fondo y no pudo forzarse a caminar sobre el tronco, ni menos disparar al blanco.
– Usted tiene mucha habilidad con su arco, – dijo el maestro, notando el aprieto de su desafiante – pero tiene poca habilidad con la mente, que le deja aflojar el tiro.
Que fácil es hacer cuando nos encontramos bien. Nos es fácil ser amables, nos es fácil ser honestos, nos es fácil accionar con firmeza, nos es fácil ser compañeros, agradables, considerados, comprensivos. Pero cuando tenemos un problema, cuando sufrimos, cuando estamos desequilibrados emocional o mentalmente, el ego nos traiciona y nos dice que nos protejamos, que nos aislemos en nosotros mismos, que huyamos de las batallas emprendidas, pues el ego solo pelea aquellas batallas en las que se siente cómodo, que le interesan o le convienen particularmente. Un Valiente Guerrero es aquel que pelea todas las batallas aún estando en desacuerdo con las tácticas empleadas y las batallas elegidas, pues permanece firme durante toda la campaña aún sabiéndose vencido y aunque esta dure años o toda su existencia, pues confía plenamente en la habilidad y templanza del que la dirige, sabiendo que aún en las circunstancias mas adversas, sus tiros siempre serán certeros y sus decisiones acertadas y aunque apunte para otro lado o el tiro pareciera errado, el blanco siempre será el objetivo final.