Por lo observado creo que le fue bastante bien a la mayoría y han podido comprobar en primera persona que las E(e), el éter y los campos mórficos existen y son reales, aunque no puedan verlos o sentirlos por ahora. Así que analizaremos lo sucedido desde el punto del proceso metafísico del mismo y explicaremos a que se deben las distintas sensaciones físicas y demás acontecimientos sucedidos en el experimento anterior.
Lo primero que hicieron al frotar las manos de forma circular es acumular energía etérica caóticamente para proceder luego al ejercicio en sí. Esta energía tiene que proyectarse mediante la palmada como una onda sonora, haciendo lugar en el éter para la expansión del campo mórfico que efectuamos con el movimiento de los brazos (pase) y la palabra (decreto). Por eso la necesidad que la palmada sea sonora, pues más sonora es, más lugar tendrá el campo mórfico para estirarse. Si no se usa toda la energía acumulada en el pase/decreto, esta queda en el cuerpo por un tiempo, pudiendo producir sensación de calor, hormigueo, bienestar, liviandad u otras sensaciones físicas tangibles. Al estirar el campo mórfico las señales que recibe el cerebro del cuerpo físico pueden ser confusas, ya que los demás cuerpos emocional, mental y espiritual, perciben el nuevo espacio ocupado por el campo mórfico como propio, de ahí que se sientan los miembros o el cuerpo todo más grande. En el caso de los cuerpos emocional superior, mental superior y espiritual superior este ejercicio no los afecta.
El estado expandido del campo mórfico en este caso y con este ejercicio, no es permanente, pues es un pase de intención y no de propósito, ya veremos pases de propósitos más adelante, pero por ahora no es conveniente hasta que no manejen ciertas energías, pues podría resultar contraproducente ya que un pase con propósito tiene que respetar ciertas reglas que aún no conocen. Estos son ejercicios simples de entrenamiento que no producen daño alguno, aunque no hay que abusar de su uso, porque pueden agotarlos energéticamente ya que implica un gasto energético interno el llevarlo a cabo.
Toda sensación desagradable que hayan sentido se debe a que no utilizaron la energía etérica, sino su propia energia para el ejercicio, y esto conlleva una descarga violenta de los biocapacitores y un resultado final fallido, pues no expandieron el campo mórfico ni manipularon el éter, solo consumieron energía interna. Esto puede haber sucedido por no haber hecho el primer paso, que era centrarse en el instante del acto antes de efectuar la acción o por tener la mente ocupada con pensamientos de duda, temor u otros con energías de hidrógenos bajos. Seguiremos experimentando con otros ejercicios a medida que avancemos en las E(e) y su uso y desuso. Por ahora sigan practicando, pero no abusen.