«El núcleo de la Tierra es su esfera central, la más interna de las que constituyen la estructura de la Tierra. Está compuesto fundamentalmente por hierro, con 5-10 % de níquel y menores cantidades de elementos más ligeros, tal vez azufre y oxígeno.
Tiene un radio de cerca de 3500 km, mayor que el planeta Marte y representa el 32 % de la masa total de la Tierra. La presión en su interior es millones de veces la presión en la superficie y la temperatura puede superar los 6700 °C. Consta de un núcleo externo líquido, y un núcleo interno sólido. Anteriormente era conocido con el nombre de NiFe debido a su riqueza en níquel y hierro…» Wiki
¿Un núcleo interno de hierro y níquel solido a más de 6700 ºC y presiones altísimas? ¿Cuántos millones de milibares se necesitan para que no se fusione el hierro y el níquel a 6700 ºC? y ¿Cómo puede soportar el núcleo tantas atmósferas sin deformarse o desintegrarse? Muy imprecisos los datos y muy extraña física cuando el punto de fusión (fundición) del hierro es de 1538 °C y del níquel 1455 °C a una presión atmosférica de 1013 hectopascales (1 atm = 101325 Pa = 1013 hPa). También asombra que según la geología el núcleo externo sea líquido y el núcleo interno, supuestamente a mayor temperatura, sea sólido. Sin duda hay algo que no funciona, algo no encaja ni en la lógica, ni en la física, ni en nada de nada por más explicaciones rebuscadas e incomprobables que la ciencia intente dar. También resulta incomprensible que, según la ciencia, después de 4.543 millones de años de antigüedad de la tierra, su interior aún no se haya enfriado.
Sin lugar a dudas cuadra mucho mejor un núcleo frío de punto cero, flotando en el centro del planeta por la gravedad cero de las fuerzas vacuas que lo rodean, que un núcleo solido de hierro y níquel a 6700ºC. El núcleo del planeta no es sólido ni líquido, tampoco gaseoso o plasmático, pues la energía de punto cero es la energía más baja con la fuerza más alta, que un sistema puede contener, o sea, la energía tendiendo a la mínima expresión (ahorro), manteniendo el equilibrio energético de fuerzas y siendo la energía del estado esencial de un sistema cualquiera, en nuestro caso, del sistema tierra (Kumar). Todos los sistemas físicos-mecanos-cuánticos tienen energía de punto cero, siendo esta, la energía del vacío que se asocia con la “vacuidad” del espacio que contiene dicho sistema. Expresado de forma más simple, la energía de punto cero es la energía de la vacuidad manifestada en un sistema cualquiera.
Esta energía tiene sus propios ritmos físicos, por consiguiente, también tiene sus propios tiempos acordes al sistema del que forma parte. Su vacuidad es su reloj y sus ritmos marcan su tiempo, siendo el tiempo directamente proporcional a su reloj. De esto deducimos que el tiempo de un sistema depende de su vacuidad y esta determinará la duración de los subsistemas, por tal motivo, los tiempos internos y externos de un sistema cualquiera, son diferentes. No es lo mismo una octava corta rápida metabólica de producción de hidrógenos (unos segundos), que una corta rápida física de alimentos (C-O-N) para producir esos hidrógenos, pues la metabólica es mucho más rápida que la física aun compartiendo el mismo sistema. Los tiempos internos y los tiempos externos se equilibran mediante la consciencia del objeto/sujeto, siendo esta, el termino equilibrante entre máximos y mínimos espacio/temporales (tiempo de Planck) En el interior el núcleo marca ese tiempo de Planck equilibrando el sistema, pues es la esfera de consciencia de Kumar.
Para el mundo interior un día es un día, ni más ni menos que el nuestro, pues el tiempo, que en definitiva es la constante universal, no trascurre, lo que transcurre es el espacio sea en lo macro (fuera) o en lo micro (dentro) de Kumar, por consiguiente, el tiempo existe para el sujeto solo como medida del paso del espacio, y la consciencia del observador le da un valor subjetivo mediante el instante (la observación mínima de la consciencia del movimiento del espacio). Dicho de forma más simple, un día de ellos que para nosotros equivale a 2/3 partes de un día nuestro, es para ellos un día a tiempo normal y el nuestro un día lento, retrasado en (x) partes de espacio con respecto al de ellos. Siendo el tiempo real del sistema tierra el de la consciencia de Kumar, tanto ellos como nosotros, aunque percibimos tiempos diferentes, el espacio trascurre de forma semejante en ambos sistemas, siendo para Kumar un día de ellos, igual a un día de los nuestros, aunque los percibamos diferentes.
Todo núcleo de punto cero sea interno (central) o externo (solar), es una manifestación de la consciencia del objeto/sujeto, por tanto, es de naturaleza ectoplasmática y están conectados entre si por canales etéricos, estos canales son portales de salto, agujeros de gusano, autopistas que conectan la totalidad de núcleos del universo en un entramado espacial/temporal superlativo que lo cubre todo. El núcleo central está conectado con el núcleo solar Rawak siendo el central armónico con el solar, logrando con esa armonía que la vida interior pueda existir fuera del tiempo subjetivo externo. Los ciclos internos no son lunares 13:20 o solares 12:60, sino nucleares, pues la geoda tierra y su edenia interior, están finamente sincronizadas y no necesita de fuerzas externas para funcionar de forma correcta. En la superficie del planeta, como despreciamos el tiempo nuclear, estamos inarmónicos con el espacio y por tal motivo, sí necesitamos influencias externas para funcionar correctamente.
Ectoplasma es un neologismo creado por Charles Richet, usando las palabras griegas ἐκτός (ektos = fuera) y πλάσμα (plasma = figura, formación, materia moldeable). El núcleo está fuera de la materia moldeable de la formación de la tierra, siendo este núcleo de punto cero, la energía prima del proceso de formación del planeta, o, mejor dicho, los restos del proceso de expansión del plasma con que se formó la tierra hace eónes. El núcleo está justo en el centro de la esfera, las fuerzas vacuas en ese punto son iguales, por consiguiente, su gravedad es cero y gravita naturalmente en la atmósfera interior. La fuerza G de edenia es menor a la exterior por ser su atmósfera más sutil, por tanto, toda su biósfera es de mayor porte. Vegetación, animales, insectos y edemitas son proporcionales a su gravedad, todo es más grande en el interior, para nosotros sería un reino de gigantes, como era la tierra exterior hace millones de años en la era triásica y jurásica antes de la manipulación del Manu original. Creo por ahora es suficiente información para procesar. Mas adelante nos seguiremos sumergiendo en las entrañas de Kumar dilucidando los asombrosos e increíbles misterios que oculta en su interior.
“Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda soñar tu filosofía.” William Shakespeare; Hamlet, acto 1º, escena (V).