Creo que no comprenden en la situación que nos encontramos y lo privilegiados que son de conocer parte de la verdad. No solo tienen información única, sino que tienen información de los Mundos Superiores, de los extraterrestres de las fuerzas del Dragón, de otras realidades y dimensiones, del otro lado del espejo, de multiversos nunca antes vistos y sin embargo aun no aprecian la magia, el privilegio y la responsabilidad de ser parte de ello, creen que todo esto es mera imaginación y fantasía, delirios de un grupo de locos que no tienen otra cosa que hacer que dedicar atención, tiempo y energía para que un colectivo despierte de la pandemia mental del eterno sueño de la ameba de una buena vez.
Estamos transitando un escenario uno apocalíptico, los tiempos finales de una guerra entre humanos y demonios, el fin de una era de sometimiento, dolor y muerte que lleva eones, quizás desde el mismo comienzo de la existencia, estamos en el fin de los tiempos y no logran entender la premura del momento actual pues estamos en los tiempos de Kairos, un lapso indeterminado en que algo importante sucede, es el mismísimo «tiempo de Dios» donde se separa la paja del trigo.
El problema que tiene la humanidad y en particular DDLA desde siempre, es que no creen lo que se les develó, no lo creen porque si aceptaran la verdad no la soportarían, no pueden ver porque lo que ven es lo que creen ver y deciden ver, no lo que realmente es. En la tierra hay solo dos clases de seres, dos razas bien definidas, los humanos, producto de una evolución genética manipulada y los demonios, producto de otra evolución genética manipulada, los dos con la misma conformación física de ADN, pero diferentes en la conformación del ADN álmico (conformación energética), pues la energía de uno y de otro es completamente diferente y antagónica.
El humano desciende de los Primordiales, y los demonios descienden de los Antiguos. Hay distintos grados y jerarquías de humanos y de demonios pero se diferencian por lo mismo, por las normas superlativas de la empatía y simpatía de cada humano o demonio. La separación entre unos y otros la hace la energía álmica que contenga cada particularidad. Mientras una es amorosa y considerada hacia el prójimo, la otra es siniestra hacia todos pues odian a los humanos y por tanto, buscan lastimarlos del modo que sea disfrutando del sufrimiento ajeno en cualquiera de sus formas y buscando el sometimiento de la humanidad.
¿Como reconocer uno de otro? pues por sus pensamientos, palabras y actos. Todo aquel que de alguna manera atente sobre otro en lo particular o en lo general, no es humano, simple. Nada más que decir y mucho que aceptar. Espabilen, que sino cuando lo hagan ya será demasiado tarde. Marcos 13:33: Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.