“Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo; Pero como hombres moriréis,Y como cualquiera de los príncipes caeréis.” Salmos 82:6-7 Reina-Valera 1960
“Voy a ser claro Sr. Yoyo, en DDLA soy dios, soy amo y señor de este espacio, soy omnisciente, omnipotente y omnipresente porque soy el creador de este universo. Si permito que siga existiendo es porque me divierte su patética soberbia y enorme ego, además que necesito de su energía para que la gran maquinaria siga moviéndose, pero en cuanto me aburra de usted o ya no sea necesario, lo elimino de mi universo con un chasquido de dedos…” Morféo
Nosotros somos los creadores de nuestro universo y este se adapta a nuestra esfera de consciencia donde proyectamos nuestra realidad, aquella realidad que podemos soportar y aunque existamos en todas, pues la vida es eterna, solo podemos ser conscientes de ésta. Como dioses del Olimpo somos dueños y señores de nuestros propios universos y como Thanos o Tony Stark, podemos destruir o crear según nuestras decisiones y se permitimos o no que universos ajenos influyan en el nuestro.
Nosotros abrimos la puerta o la cerramos dejando entrar a nuestro universo terceras personas, acontecimientos y circunstancias de universos ajenos. Somos omniscientes, omnipotentes y omnipresentes, el problema es que creemos que solo somos simples mortales, pues como dice el salmo, “…como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis…” dando la sensación de que todo se reduce a nuestra existencia perecedera y no a nuestra vida eterna como dioses creadores de nuestra realidad, de nuestro universo particular y único que habitamos en el multiverso infinito de la creación.
Cada ecuación de elección que tomamos crea una variedad de futuros alternativos posibles, un multiverso de universos en estado de probabilidad hasta que se resuelva la ecuación de elección y esa probabilidad se convierta en una realidad y, como en la esfera, el universo se adapte a la conciencia del sujeto creando su universo particular y único que sumado a los universos del colectivo forman la realidad que habitamos.
Viendo el comentario de Áysan y demás comentarios, creo que no es necesario extenderme más, pues la idea de somos dioses está perfectamente desarrollada en un par de párrafos. Así que finalizo el artículo dejando antes una pregunta que hice en más de una ocasión, pues según la respuesta serán dioses o simples mortales. ¿Hasta donde están dispuestos a llegar?
“En el camino de la expansión de la consciencia ocurren cosas paradójicas que, tras un proceso de acomodación, terminan siendo habituales, pues comprendes que la misma naturaleza de la Creación es paradójica. Parece lógico pensar que a mayor expansión de consciencia, más se amplía tu universo, pues puedes abarcar más elementos del mismo que antes, con menor expansión, pasaban desapercibidos. Lo cierto es que, llevada esta información a mi universo particular, observo que ocurre exactamente lo contrario: a mayor expansión, más pequeño se ha ido haciendo mi universo y, sin embargo, más completo y lleno de vida. El círculo de personas que te acompañan se reduce, los temas de interés disminuyen, volviéndose más concretos y definidos, los deseos, comensales insaciables, se diluyen para dar paso a las necesidades, que se presentan con sus austeras vestiduras, el ruido caótico de voces polifónicas y sonidos estruendosos da paso a un solitario y monódico silencio, el espacio se reduce, el tiempo se alarga, puedes vivir en un cubículo de 3 metros cuadrados, pero sereno, pleno y feliz, pues dejas de existir en el mundo exterior para empezar a vivir en el interior de tu esfera, una esfera que, como el Quantar proyectado por la Fuente, se convierte en un vasto universo repleto de posibilidades para experimentarte a ti mismo a través de tu propia creación.”
“Durante este proceso, que sucede de manera natural a medida que menos miradas mantienen su atención dispersa al exterior, aprendes a ser extremadamente selectivo, convirtiéndote así en dueño y señor de tu propio universo, el punto del círculo, el núcleo de la esfera, el mismo Do gestionando su creación, permitiendo o denegando el acceso al interior de su esfera de energías o agentes externos, jugando como un niño a diseñar universos y crear mundos en su interior. Cada uno vive en el universo que quiere vivir, pues como administradores del mismo, solo en uno reside la potestad de crearlo, pintando galaxias llenas de vida y belleza o construyendo áridos mundos de muerte y destrucción, pues por algo somos el Origen del Origen“