Información, conocimiento y sabiduría
Todo cuanto encontramos y nos llega por nuestros sentidos son datos e información, tanto en la vida diaria en forma de impresiones, como en los libros, en las películas y videos, en documentales, en artículos y post, etc. Sean visuales o sonoros, en un principio se trata de mera información o datos organizados que nos llegan a través de los sentidos, y que vamos interpretando en base a nuestra propia decodificación.
Constantemente estamos recibiendo información en forma de impresiones, recogida por nuestros sentidos e impactando en mayor o menor medida en nuestros centros de control, influyendo en nuestra esfera mental y de consciencia de una u otra manera. Ahora bien, muchos podemos leer el mismo texto o ver la misma película y nadie lo contaría igual, pues cada uno le habrá sacado su particular significado, se habrá fijado en determinados puntos que le han impresionado más y, si tuviera que explicar lo que ha visto, se diferenciaría de cualquier otro aun habiendo recibido la misma información.
Todos y cada uno partimos de un punto espacio-temporal diferente, que nos hace tener una visión única y particular de la realidad en que nos encontramos. Todo aquello que hemos ido viviendo y experimentando, con las creencias que hemos adoptado y los arquetipos que hemos formado, tendrán su incidencia en la forma como afrontamos la información que nos llega. Aquí se pueden dar varias alternativas, que lo nuevo encaje perfectamente a lo que ya tenemos construido para seguir formando el puzzle, o que lo intentemos forzar a que se adapte dándole el tinte que necesite pero deformando la información original a nuestro antojo y conveniencia. Existen más opciones, como que no aceptemos la información por no parecernos útil y verdadera, pero también que nos parezca valiosa e interesante a pesar de que no sabemos cómo conectarla con el puzzle que vamos construyendo, debiendo dejarla aparcada hasta encontrar otras piezas antes y que todo nos encaje.
Otro punto a tener en cuenta es que nuestra propia decodificación y discernimiento va cambiando con el paso del tiempo, pues todos estamos en procesos de transformación continua aunque a veces resulten imperceptibles, y aunque nos parezca que somos los mismos de siempre una alquimia de procesos sutiles constantemente bullen en la consciencia con el devenir de los acontecimientos y experiencias. Por tanto, lo que ayer vimos de una manera hoy la podemos ver de otra diferente, sencillamente porque no somos los mismos.
Cuando se dice que para aceptar una información nueva y revolucionaria hay que vaciar primero la copa, es que debemos desembarazarnos de las creencias y arquetipos añejos que se convierten en un obstáculo para la expansión de consciencia. Esto a veces resulta más difícil de lo que se piensa cuando nos encontramos con información que choca frontalmente con la que hemos ido acumulando, o con opiniones y criterios que ya hemos forjado como consecuencia de ella. Y es que a veces estos arquetipos que hemos formado en nuestro interior se convierten en uno de los pilares sobre los que tenemos construido todo el andamiaje posterior, con implicaciones de tipo mental y emocional, de manera que al quitarlos sentimos que todo se desmorona y eso nos hace temblar. Pero resulta que a veces es necesario para poder seguir creciendo, pues lo que podemos considerar como un pilar fundamental también se puede convertir en el ancla que nos impide seguir navegando hacia aguas más profundas.
Tratar la información como un conjunto de datos y reglas enunciadas es como quedarse con la parte física y material de la información, pues ésta, en última instancia, es energía y consciencia. Entonces se hace necesario para comprender el fondo de la información tratar de ver la energía que la mueve, o lo que podríamos llamar el alma de las cosas, por donde transcurre su intención y propósito. Una información puede ser expuesta de manera muy contundente y atractiva, y sin embargo adolecer de la consciencia necesaria o de un propósito honorable; o bien no estar sujeta a formulismos y etiquetas, y sin embargo llegar limpia como un rayo de sol. Por eso no podemos desligar de la información al propio receptor, ya que será su decodificación particular la que marcará el destino de la información.
El proceso sería:
Datos –> información –> decodificación –> integración y formación –> práctica y sabiduría.
En cuanto a la integración y formación del conocimiento propio, es el producto de un esfuerzo continuado a base de trabajo interno, de despejar dudas y de saltar barreras, de alquimias de energías, y se hace inconfundible porque va afianzando la certeza en nuestro interior, ya no solo por la información recibida sino por la propia comprensión y discernimiento, así como, en la medida de lo posible, llevarlo al terreno de la práctica, convirtiéndose en algo genuino y particular, propio por experiencia directa; pues la sola acumulación de información, aunque sea privilegiada, si es únicamente teórica, también nos puede convertir en un ignorante ilustrado, produciéndonos una sensación inusitada de que estamos por encima de todo y que el ego utiliza para embriagarse con la actitud de un sabio trascendido, dándonos la falsa impresión de haber despertado y de estar por encima de los demás.
Esta es una de las razones de llamar al camino iniciático “el filo de la navaja”, llena de peligros por dentro y por fuera, porque un paso en falso nos puede hacer salirnos del sendero y ni siquiera habernos dado cuenta de ello. Hay fascinaciones que son visibles y palpables, otras que se camuflan de tal manera que nosotros ni siquiera sospechamos.
Cuando el propio conocimiento, fruto de la integración de la información, se va poniendo en práctica como una verdad experimentada y una certeza interior, se destila la esencia del conocimiento, aquello que llamamos sabiduría. Entonces, podrán decir y criticar, podrán debatir y argumentar cuanto gusten, porque una teoría por muy bien elaborada que esté no deja de ser una teoría y una opinión por muy sincera que sea no deja de ser una opinión, frente al auto-conocimiento y la sabiduría ganada con la puesta en práctica de la propia investigación y la experiencia vivida, la que contribuirá a la formación del espíritu que dará acceso a la Consciencia del Ser.
Ángel .º.
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