“…Comencé a recorrer el camino de la cinta de Moebius, lo que decía el espíritu tenía que estar reflejado en la materia, y lo que reflejaba la materia tenía que estar avalado por el espíritu. Fue fácil discernir entre la paja y el trigo, la ilusión y la realidad, la verdad del hombre y la verdad del “Do”. Los opuestos se fusionaron, los polos se invirtieron, la verdad particular pasó a formar parte de la verdad colectiva, y la verdad colectiva parte de la verdad del “Do”. Todos teníamos la verdad, porque era particular de cada uno y general a la vez, cada uno tenía la verdad que quería y debía tener, y todas ellas eran valederas para su universo. Porque era la que le correspondía, la horma de su zapato, su bosón de Higgs particular. Tal vez el mío sea parecido al suyo, aunque no es el suyo, pero podemos compartirlo si le queda y lo desea. Usted tiene que encontrar su propio camino, irrepetible, único, particular, marcado con el ADN de la creación para usted. No soy un maestro, ni tengo un método de enseñanza determinado, aunque parezca todo lo contrario, sólo tengo un esquema predeterminado de trabajo y el deseo de compartir esta sabiduría. Usted es su maestro y elige el método que quiera para enseñarse. Yo sólo transmito información, conocimiento y las herramientas necesarias para que usted las utilice. No pongan tampoco en mi boca palabras e ideas que pertenecen a sus emociones, yo me hago cargo de las mías, de lo que digo y de lo que esto pueda acarrear, pero no me hago cargo de sus conclusiones y decisiones, esas le corresponden a usted. Usted elige, usted decide, usted camina, usted es el responsable de sus actos, pensamientos y palabras…”
Había decidido interrumpir los artículos, dejar de entregar información a discreción, pero luego de meditarlo creo que solo resultaría un desbalance mayor, no en ustedes, sino en mí, pues no es mi naturaleza no dar, sino entregar aunque no haya devolución alguna de lo entregado, pues esa devolución les corresponde a ustedes, y si no lo hacen, serán los únicos perjudicados ya que no me corresponde a mí llenar sus faltantes, sino llenar los míos, así que comenzaré a equilibrar mi propia ecuación haciendo lo que debo hacer y desligarme de la responsabilidad de cubrir siempre sus faltantes con mis sobrantes.
Hace meses que estamos recorriendo el lado interno de la cinta, ya es hora de equilibrar esa ecuación y comenzar a recorrer nuevamente el lado externo. Aunque mucho de lo interno sea realmente externo y viceversa, evidentemente ustedes no saben reconocer que lado recorren, así que queda ser más explícito para intentar no dejar dudas del lado que se está recorriendo. Comenzaré explicando que el lado interno y el lado externo son dos caras de la misma moneda, pues todo tiene que ver con todo, por consiguiente, cuando se habla de los lados de la cinta, se habla de dimensiones que forman parte de un mismo cuerpo.
Ya hemos explicado las dimensiones, y aunque quizás lo tengan olvidado a estas alturas del viaje, fue una de las primeras enseñanzas que se dieron en este espacio. Si bien el tema de las dimensiones es bastante extenso, pasemos a recordar un poco de que hablamos en ese primer artículo para luego seguir adelante. Resumido a la mínima expresión, las dimensiones son movimientos perpendiculares de un punto, línea, plano o cuerpo que al proyectarse crea, mejor dicho, habita un espacio/tiempo diferente. Ahora bien, en DDLA se conocen a las dimensiones como espacios matriciales para poder explicar y estudiar sus características físicas espaciotemporales, pero para comprender lo que viene tenemos que verlas como movimiento y proyección mental perpendicular de la consciencia (salirse de la caja). Ese movimiento y proyección es la expansión de la esfera de consciencia abarcando cada vez más dimensiones.
Cuando el Demiurgo comete el error pierde 23 dimensiones que son equilibradas con la anomalía de los demonios, por consiguiente, esas 23 dimensiones perdidas formaron un espacio matricial vectorial solitario del conjunto, pues su hábitat es un punto aislado del todo. No es ni una línea, ni un plano, ni mucho menos un cuerpo, es solo un vector que marca una dirección en la nada. Ese lugar intangible es una dimensión que es solo mental, pero que genera efectos en otras dimensiones como la nuestra. Con esto quiero decir que las dimensiones existen y nos afectan más allá de que las percibamos o no, pues son parte de algo mayor que podríamos llamar nuestro universo.
Si las dimensiones existen, aunque no las percibamos, podríamos deducir que el problema radica en la falta de percepción, pues forman parte de algo más grande que solo lo físico. Por ejemplo, cada cuerpo de los siete habita en una dimensión y espacio matricial diferente.
• El cuerpo físico. EM4x4
• El cuerpo emocional o astral. EM3x6
• El cuerpo mental. EM3x5
• El cuerpo espiritual o causal. EM5x5
• El cuerpo átmico o emocional superior. EM4x6
• El cuerpo búdhico o mental superior. EM4x5
• El cuerpo samádhico o espiritual superior. EM6x6
Como ven tenemos tres cuerpos regulares y cuatro irregulares. Estos cuerpos son dimensionales, o sea, existen, aunque no lo percibamos, pero cada uno influye en los otros, por consiguiente, también influyen en el lado externo de la cinta, en lo que les pasa día a día, en las exo y endo energías, en sus faltantes y sobrantes, en el equilibrio universal, en todo el sistema particular y general de nuestro universo. Por último, decir que hay más dimensiones, como las de la anomalía, las de los mundos superiores y las del cuerpo glorioso entre otras, pero dejemos eso para más adelante, cuando por lo menos, comprendan esta dimensión, que muchas veces veo que, como decía mi abuela, a veces están más perdidos que perro en bote.