Se dice que una obra no está completa hasta que se ven los frutos. Es por ello que hoy quiero mostrar algo de ese fruto para que quien quiera lo pueda madurar en su interior.
Para ello hablaré de la obra que se nos entrega en este espacio de DDLA, un espacio virtual con un entorno específico y unas condiciones concretas al ser plasmado en un Blog de internet con acceso libre y gratuito, donde personas de todas las creencias, ideologías, condiciones y niveles de consciencia pueden acceder e incluso participar. Por supuesto, como comprenderán, esto conlleva un riesgo considerable y un esfuerzo extra si se quiere exponer un conocimiento no convencional que sirva a la mejora del ser humano y de contrapeso a la ilusión y manipulación reinante.
Que se sepa es la primera vez que se intenta hacer algo similar, pues no se trata de informaciones sueltas e inconexas, sino que desde un principio han hecho gala de una entrega progresiva y coherente, dotada de una intención inicial clara y un propósito final definido muchas veces declarado, no dando cabida al engaño, salvo el que cada uno quiera ver y autoengañarse si lo desea.
Esta obra es el resultado de toda una vida de búsqueda y de encuentro, de descubrimientos y certezas, de experiencia y de conocimiento aplicado que alguien quiso poner a nuestro servicio de forma desinteresada. No tenemos que estar de acuerdo en todo, ni aceptarlo sin nuestro estudio e investigación al cual se nos insta constantemente, podemos incluso diferir en algún detalle o en la forma, y no pasa nada; pero no creo que por ello podamos darnos el lujo de menospreciar el inmenso trabajo y esfuerzo empleado ni dejar de valorar la gran tarea que recae sobre sus hombros. Una tarea que comparte con responsabilidad y consideración externa hacia el prójimo y que le ha supuesto un coste que pocos estarían dispuestos a asumir.
Así pues, esta es mi posición. Y solo puedo mostrar mi agradecimiento y mi apoyo a alguien que, se llame como se llame pues no hablamos de sujetos, trata de dar lo mejor de sí mismo para el bien de los demás. He colaborado y seguiré colaborando en su cruzada en favor del Ser Humano en la medida de mis posibilidades, agradeciendo al mismo tiempo a todo aquel que ha dado un paso al frente para hacer lo mismo; y a aquellos que se fueron les digo que no son mi enemigo, que les doy las gracias por lo que compartieron y me enseñaron, que simplemente respeto el camino de cada uno y espero que cumplan con su propósito.
Trato de contribuir como mi consciencia me da a entender a un propósito común de una nueva Humanidad, más justa, libre y verdadera, al tiempo que procuro cumplir con mi propósito particular como Ser Humano. Nunca busqué ser un seguidor de alguien ni de algo, pues ya intento seguir a mi esencia inmortal. No me gusta llamar maestro a nadie, aunque lo sea, pues aprendo de todo cuanto se pone a mi alcance, pero sé valorar lo que me ofrece el camino y lo agradezco como creo que se merece.
A los nuevos les digo que lean todos los artículos, desde el principio y de forma ordenada, y que lo vuelvan a releer, lo estudien e investiguen, pero desde la imparcialidad y neutralidad necesaria para ahondar en su contenido, pues si no se desembarazan de preconceptos y estereotipos seguirán viendo otra información más que choca o concuerda, que aceptamos o rechazamos, pero que no aprovechamos.
Todo aquel que comparte su verdad de forma sincera y desinteresada no pretende nunca que sea aceptada sin más, pues no cumpliría su cometido, lo que busca es que esa verdad le ayuda a ver la suya, le ayude a encontrarse a sí mismo, para que pueda caminar de la mano de su Ser, el único y verdadero maestro de su existencia.
Así que, para terminar, debo recordar que lo aquí expuesto es solo mi verdad que hoy os comparto, no la acepten sin más, escúchense a sí mismos, sientan, indaguen y tengan la valentía de ser consecuentes con lo que encuentren.