Descubriendo
Fíjate que suerte tienes que no hay otro como tú y el único que puede des-cubrirlo eres tú mismo…
Conozco a mucha gente impersonal, anodina, insustancial… que se empeña en ser como los demás, normales, comunes, uno más del rebaño… Cuando los miro me pregunto por qué lo hacen, por qué persiguen la vulgaridad, lo mediocre, lo genérico, lo plano… Está claro que hay cierta comodidad en sentirse uno más, algunos hasta lo dicen con orgullo de haberlo conseguido. La comodidad de no tener que hacerse responsable de uno mismo, de pensar por uno mismo, de hacernos cargo de lo que sentimos de verdad y de obrar en consecuencia.
Es más fácil que nos digan lo que tenemos que hacer, qué pensar, qué sentir, que está bien y qué está mal, y así no tomarnos la molestia de discernir y de tomar la responsabilidad. Eso cuesta más, es más cansado, nos traerá problemas con los demás y no podemos ir por ahí llevando la contraria a la sociedad, al mundo en que vivimos, defendiendo nuestras ideas, nuestra forma de pensar y de sentir. Nos encontraríamos solos y eso no sería agradable… Si dicen que hay que tomar ese camino… lo tomamos, si ahora hay que aguantarse… nos aguantamos, si ahora hay que reír… reímos, si ahora estar tristes… no entristecemos, si ahora correr… corremos, si ahora parar… paramos.
Por eso admiro al que se sale del rebaño, porque elige Ser él mismo, hacer su propio camino, explorarse a sí mismo y Ser consecuente con lo que va descubriendo. Lo admiro porque tiene la fuerza y la valentía de pensar, sentir y obrar según su consciencia y, siendo coherente, no se traiciona. Lo admiro porque confundiéndose con la manada, no es manada, viviendo con sus normas, tiene su propia anarquía, y compartiendo su vida con ellos, son faros y ejemplos que abren nuevas ventanas de luz y posibilidades que a los demás alumbrarán.
Si, hay que Ser fuerte y valiente para hacer lo que hacen, para nadar contra la corriente y vencer día a día la desidia y la comodidad. Hay que Ser fuerte para verse solo en medio de un sueño tele-dirigido y encontrar el modo de vivir su propio sueño. Y hay que Ser valiente para, luchando con todo en su contra, después de soñarlo, hacerlo realidad.
Pero nadie le puede quitar la alegría de sentirse vivo, nadie le puede quitar el gozo de hacer lo correcto, nadie le puede quitar la sensación de integridad, de honestidad, de coherencia, de honradez y de tener la satisfacción de Ser fiel a sí mismo.
Y por cada uno que despierta del sueño de la manada se gana una visión nueva de la realidad del SER, única, auténtica, original, y que es sumada a la realidad general dotándola de ese matiz que sólo él poseía. Entonces el DO sonríe viendo que una de sus creaciones ha vuelto a casa cual hijo pródigo, le agasaja, y le hace partícipe de su divina herencia.
Fíjate que suerte tienes que no hay otro como tú y el único que puede des-cubrirlo eres tú mismo… No nos prives a los demás de tu Pr-esencia.
Ángel .º.
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