Hace tiempo que quiero publicar este artículo, pero por una causa u otra, siempre lo postergo. Creo que la creación dicta los tiempos con sus designios, y por más que queramos cambiarlos ella se ocupa de corregir ese intento de desfasaje espacial para que todo sea cuando debe ser, ni antes ni después. Desarrollar correctamente el concepto de pertenencia no es tarea fácil, pues los arquetipos de las runas grabadas en los patrones básicos, no permiten ver la verdadera importancia de este sentimiento fundamental para mantener el norte de nuestra existencia. La pertenencia es una de esas energías que se mueven detrás de las energías, un catalizador que mantiene el octanaje correcto en la octava corta larga de las existencias. Intentaremos sumergirnos en sus secretos y dilucidar el verdadero sentido y sentimiento de la pertenencia. Comenzaremos desde lo más básico, su definición y el arquetipo que representa.
Según el diccionario de la real academia española:
Pertenencia. (Del b. lat. pertinentĭa).
1. f. Relación de una cosa con quien tiene derecho a ella.
2. f. Territorio o núcleo de población separados de la cabeza de un municipio y que corresponde a su jurisdicción
3. f. Antigua unidad de medida del suelo para las concesiones mineras.
4. f. Cosa accesoria o dependiente de la principal, y que entra con ella en la propiedad. Francisco compró la hacienda con todas sus pertenencias.
5. f. Cosa que es propiedad de alguien determinado. U. m. en pl.
6. f. Hecho o circunstancia de formar parte de un conjunto, como una clase, un grupo, una comunidad, una institución, etc. Su pertenencia a tal estamento.
De estas seis definiciones de “pertenencia” ninguna representa su verdadera naturaleza, y sin embargo, todas son aceptadas como arquetipos socialmente válidos. Esto se debe a la grabación de las runas correspondientes al cuadrante de la seguridad del ego, representadas por un triángulo equilátero con los vértices abiertos y un punto móvil dentro, que según como se desarrolla la triada posesión/superioridad/seguridad, se va desplazando hacia la cúspide (mayor seguridad), los lados, o hacia la parte inferior de la figura (menor seguridad). La línea horizontal de desplazamiento indica cuan inseguros nos encontramos dentro de la escala de seguridad, y los vértices abiertos garantizan que aunque el punto (ego) se encuentre en la cúspide, se siga sintiendo inseguro por ese espacio no contenido dentro de su EMmental. La pertenencia entra dentro del primer término, la posesión, que afecta al segundo, la superioridad, e influye indirectamente en el tercero, la seguridad. Por ese motivo la pertenencia es calificada equívocamente por el inconsciente, como una medida de sumisión o libertad. Quien posea más o menos, sea en sujetos u objetos, será más o menos libre en el triángulo de seguridad de su ego.
Ahora que vimos las energías de los arquetipos rúnicos de la pertenencia, veamos las energías que se mueven detrás de las energías. Pertenecer para el supra consciente es sentirse parte de algo mayor, es el sentimiento de ubicación espacial dentro del factor temporal que da al Ser la certeza del norte elegido. La pertenencia es el amarre del alma a un punto de anclaje virtual (PAV) sea físico/espacial, mental/temporal o físico/mental, que impulsa al Ser hacia su verdadero norte. Demos unos ejemplos para comprender este concepto.
PAV físico/espacial:vive en los suburbios de una gran ciudad, pero su alma reside en la costa del mar o las montañas. Cuando va a donde reside su alma se siente completo y feliz.
PAV mental/temporal:tiene 55 años, pero sus recuerdos más felices son de cuando tenía 12, 19 o 25 años. Cuando recuerda esa edad se siente vivo.
PAV físico/mental:tiene una vida normal pero solo se siente completo y satisfecho cuando está en determinado lugar y con determinado grupo de personas.
La unión de ésta triada de PAV da como resultado el sentimiento de pertenencia, donde el Ser se siente a gusto al encontrar su lugar en el mundo, sea físico, mental o virtual, porque encontró su punto de anclaje en ésta existencia que lo impulsará hacia adelante siguiendo el norte correcto. Pertenecer a un grupo no es sinónimo de pertenencia, pues se tiene que sentir que ese es el lugar espacial y mental sea físico o virtual, donde su alma se siente a gusto y cómoda en ese momento de su existencia y compartiendo intenciones y propósitos comunes.
La pertenencia en el supra consciente, donde se mueven las energías detrás de las energías, forma parte de una triada diferente a las de las runas de los patrones básicos que vimos anteriormente. El supra consciente no trabaja con runas, sino con Alfas y Analfas partículas de energía subcuántica de información consciente, éstas Alfas se combinan como si de moléculas se tratara, formando complejos racimos de información cuyas energías van formando los pensamientos. La pertenencia es parte de una triada de racimos de información consciente o IVC (información virtual codificada) correspondiente a la plantilla de existencia, y que determina “la misión”, motivo por el cual el Ser se enlazó a esta existencia. La triada de racimos es intención/propósito/misión, siendo la pertenencia parte del racimo en su totalidad. Esto quiere decir que es intención, propósito y misión a la vez; es cero, uno y cero/uno en una ecuación cuántica binaria (0/1/01). El sentimiento de pertenencia desde el supraconsciente marca el norte de la misión para mantener la intención y el propósito firme en la octava corta larga de existencia. “…Una vez iniciada la expansión, y el espíritu de pertenencia hacia un objeto es fraguado, ya nunca más dejarán de ser miembros de su propia Logia Salvaje y de un propósito mayor…” LA MISION.
Hay un momento en nuestra plantilla de existencia que debemos definir esa pertenencia, sea hacia un grupo, un lugar, un recuerdo o sentir, pero debemos definir si o si esa pertenencia si queremos seguir avanzando de forma clara, sin los vaivenes de los opuestos, las dudas y continuas indecisiones que nos frenan y demoran deteniendo nuestra marcha. Encontrar el espíritu de pertenencia es salirse del juego de la probabilidad que impide definir nuestro camino, para encontrar la certeza del que sabe definir, certeza necesaria para mantener el rumbo pese a todo. Pertenecer es tener el norte claro y limpio sobre las nubes y nieblas que aparezcan en el camino, es ser un vigía atento y un navegante que no se distrae mirando gaviotas o escuchando cantos de sirenas que lo desvían continuamente del rumbo fijado. Yo encontré mi pertenencia y la certeza de que este es mi camino, mi ruta de navegación en esta existencia, usted ¿ya encontró el espíritu de pertenencia de su Ser? ¿o sigue buscando equivocadamente en el cuadrante de seguridad de su ego?