Muchos quizás no comprendan la real importancia de lo expuesto en los últimos artículos, creyendo que no es algo que les sirva para su particular camino, pero la información que aquí se expone, es fundamental para comprender la parte externa de la cinta de Moebius, pues forma parte de la realidad que habitamos y habitaremos hasta nuestra partida. De nada sirve expandir la consciencia hacia dentro si a su vez no se expande hacia fuera, porque usted es un organismo 3D que se mueve y desarrolla en este espacio matricial 4×4 de materia tangible para los sentidos. Si sólo le interesa la parte interna de la Cinta, aquella del espíritu, y deja de lado la externa, la de la materia, se transformará en un místico mistificado, buscando eternamente algo que jamás alcanzará, pues el medio se transforma en fin, y la búsqueda será a la vez la intención inicial y el propósito final.
Cuando logré equilibrar los dos lados de la cinta, fue cuando realmente encontré, antes de eso era un eterno buscador y un inconforme encontrador. Recién cuando encontré el equilibrio entre sujeto y objeto, pude comenzar a dar, para seguir recibiendo, y que el ciclo siga su curso retroalimentando la octava del conocimiento una y otra vez. Por este motivo seguiré entregando, espíritu y materia, esperando recibir como hasta ahora, multiplicado por siete, sumando una octava más a lo entregado.
Luego de la expedición de Juan Moricz en 1965 y lo encontrado en el “mundo subterráneo” relatado en el audio de la otra historia, Moricz decide formar una sociedad secreta para resguardar todo el conocimiento descubierto, llamada el “Círculo de los Tayos” (CT). Esta sociedad fue la encargada mediante un operativo de inteligencia en el que participó el SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado) y la Inteligencia Militar Argentina, de sacar del Ecuador material confidencial de lo encontrado por Juan Moricz, y resguardarlo de los servicios de inteligencia extranjeros, CIA, Mosad y MI5 que estaban tras los pasos de Juan Moricz y su descubrimiento, como se comprobó luego con la desafortunada expedición de Stanley Hall, un agente de la inteligencia inglesa, que en 1976 intentó apoderarse de lo descubierto por Juan Moricz para la corona británica.
El Círculo de los Tayos fue fundado y estaba conformado por los amigos más íntimos de Juan Moricz, aquellos con los que había compartido su descubrimiento y confiado sus más profundos secretos y que habían sido testigos presenciales de parte de lo descubierto, pues en 1968 antes de la expedición oficial de 1969, habían ingresado con Juan Moricz a las profundidades de la tierra, y visto con sus propios ojos lo relatado por él. No revelaré los nombres de todos sus miembros por respetar las fuentes de mi información, pero diré que el hijo, de un coronel del ejército argentino ya fallecido que fue el encargado del operativo para sacar el material del Ecuador, es el actual depositario del conocimiento, pues su padre fue el que estaba al frente de la sociedad del Círculo de los Tayos en Argentina en esa época. Otro de los miembros fundadores fue el fallecido espeleólogo Julio Goyen Aguado que también era depositario de parte de la información confidencial que poseía Juan Moricz.
En una entrevista realizada en los años 70 para un canal ecuatoriano, cuya parte del video he subido en su momento, Moricz expresaba sus más férreos objetivos: “Después de la Segunda Guerra Mundial me he dedicado a rastrear el origen de la humanidad, para saber por qué estamos en esta Tierra, para saber qué hemos de hacer y dónde habremos de llegar…”.
Para atestiguar algo de lo aquí contado, transcribo parte de una entrevista que se publicó el viernes 6 de agosto de 1976, en el periódico de Guayaquil “El Universo”, Moricz respondió a una serie de preguntas cuyas respuestas son más que significativas. Ésta es una parte de la entrevista, cuyo material es sumamente importante para comprender lo descubierto por Juan Moricz en los Tayos:
Moricz: “Pueden tildarme de loco, pero hay seres superiores bajo la tierra”
El Universo: “¿Cree que hay hombres allí abajo?
Moricz: “Sí, con un dios inmortal”.
El Universo: “¿Pero cómo los concibe físicamente?”.
Moricz: “De carne y hueso, pero genéticamente superiores”.
El Universo: “¿Ha estado Ud. con ellos?”.
Moricz: “Por eso puedo darle detalles del asunto”.
El Universo: “¿Y qué hacen en ese mundo subterráneo?”.
Moricz: “Hay talleres de tecnología avanzada”.
El Universo: “¿Los platillos voladores serán aparatos salidos del centro de la Tierra?”.
Moricz: “Quién sabe…”.
El Universo: “¿Los shuaras habrán visto estos seres?”.
Moricz: “Es posible, son sus dioses”.
El Universo: “Si aceptasen sus condiciones, ¿Ud. conduciría a sus acompañantes a ese lugar?”.
Moricz: “Primero tendría que seleccionar a los expedicionarios”.
El Universo: “¿Y con esto basta?”.
Moricz: “No. Tengo que establecer contacto y ver la posibilidad de ser recibidos”.
El Universo: “Repare que para muchos esta versión asoma increíble”.
Moricz: “Así es. Hace cierto tiempo me tildaron de loco; nadie creyó ni siquiera en la existencia de las cuevas. Ahora dicen que son una maravilla. Pues bien, imagino que con lo que le he contado volverán a considerarme un chiflado. Sin embargo, el mundo subterráneo existe y los seres de que le hablo están abajo. No les podemos ver, pero ellos sí a nosotros”.
En 1978 dos franceses, Marie-Thérese Guinchard y Pierre Paolantoni, publicaron un libro titulado “Los intraterrestres” donde recogían varias entrevistas de Moricz. Éste aseguraba haber hallado en uno de los salones subterráneos de los Tayos una mesa sobre la que vio cientos de libros abiertos de hojas doradas. Vio también siluetas humanas de baja estatura, vestidas con capas metálicas, rostro ovalado, ojos oscuros y almendrados y una banda en la cabeza con una esmeralda. Los seres contaron a Moricz que “dominaban la fuerza del Sol y de la Tierra” y que los libros que había visto eran indestructibles. Moricz los nombra como los “Belas”, seres que habitan el segundo nivel de profundidad antes de llegar al “mundo interior”, guardianes de los tesoros, que se encuentran custodiando las cámaras que anteceden a la entrada o portal.
En sus visitas a la Argentina, Moricz se registraba en varios hoteles diferentes, para de esta manera despistar a los servicios de inteligencia que lo perseguían, pues le habían intentado secuestrar y matar varias veces. Se dice que Moricz tenía la representación en Ecuador de 90 empresas mineras (desconozco la veracidad de este dato) y se cree que tenía una de las mayores fortunas del planeta. Cuando viajaba siempre traía una bolsita con esmeraldas, y la más barata de ellas costaba 50.000 dólares. Tenía cajas fuertes en bancos de todo el mundo y puede que en alguna de estas esté parte de lo traído desde Ecuador en la década del setenta.
El 31 de marzo de 1991 el diario argentino “Clarín”, anunciaba la muerte de Juan Moricz, en extrañas circunstancias, ocurrida en la habitación del hotel donde residía en el Ecuador. Nadie sabe a ciencia cierta quien se ocupó de su cuerpo y sus pertenencias, pues no tenía parientes conocidos. Al poco tiempo, un boletín del CEFAE (Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales) de Buenos Aires, ponía en duda el óbito de Juan Moricz, implantando el “mito” de su retiro al mundo interior junto con los Belas. ¿Qué tenía que ver el CEFAE en todo esto? Quizás la respuesta esté en lo encontrado por el CITEFA (Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas) el 15 de agosto de 1992, pero eso es otra historia.
Hay mucha suciedad en Internet sobre el tema de Moricz y los Tayos, donde desagradables oportunistas se aprovechan de esta verdadera historia para obtener notoriedad y dividendos. Creo que no es justo para aquellos que entregaron su vida para que el mundo conociera la verdad, que esta siga oculta entre las diez mentiras, por tal motivo sigo aportando pruebas para el que tiene ojos para ver y oídos para escuchar consiga la llave que abra su puerta. En este caso una entrevista al fallecido Guillermo Aguirre, biógrafo personal y amigo íntimo de Julio Goyén Aguado, autor del libro “Lírico y Profundo”, y conocedor también de primera mano de alguno de los secretos del Círculo de los Tayos, aunque no formara parte del mismo. Esta entrevista fue realizada en el año 2008 por el conductor Javier Belmar del programa español de radio, Otros Mundos. Espero que disfruten de este estupendo y único material, y que les sirva para equilibrar los dos lados de la cinta, para realmente encontrar y dejar de ser un eterno buscador y un inconforme encontrador de esta realidad.
Nota:
Luego de considerar el exponer o no a los miembros del Círculo de los Tayos, he llegado a la decisión de hacerlo y evitar de esta manera equívocas conjeturas e infructuosas y largas búsquedas en Internet. Los miembros de la sociedad secreta del Círculo de los Tayos eran los siguientes:
- Janos Moricz Oppos, fundador, presidente.
- Carlos Maria Zavalla, Coronel del Ejército Argentino, co-fundador, director.
- Julio Goyen Aguado, Espeleólogo, co-fundador, jefe de expediciones.
- Green Urien, profesor de la Universidad Argentina de Ciencias Sociales.
- Miguel Casellas Poch, periodista argentino, cronista.
- Juan Zupelli, ¿?
- Olga Azvany de Krudy, confidente y amiga húngara de Moricz.
- Dr. Jacques de Mahieu, filósofo, sociólogo y antropólogo francés, rector y profesor de la Universidad de Ciencias Sociales de Buenos Aires.
Aunque en el libro Lírico y profundo, su autor y protagonista de esta entrevista, Guillermo Aguirre, se reconoce como miembro de dicha sociedad, yo no dispongo de pruebas de que así haya sido, además de dudar de sus intenciones y veracidad, al relatar en su libro que el Coronel Carlos M. Zavalla había fallecido, pues la publicación de Lírico y profundo es del año 2007 y el Coronel Zavalla falleció varios años después. Le agradezco esta importante observación a un buen amigo, confidente y compañero de extrañas y misteriosas aventuras de mundos subterráneos y sus mágicos secretos.