Ahora que hemos visto una pequeña introducción al concepto de sujeto y objeto, podemos empezar a profundizar e intentar comprender los detalles más ocultos de los procesos energéticos superiores. En el artículo anterior, escondido entre sujeto y objeto se encontraba la clave de la formación de un cuerpo espiritual, sea particular o genérico, esa clave es la esencia (energía) necesaria para comenzar el trabajo de diseño del espíritu, y algunos rozaron y percibieron esa energía, o mejor dicho, la falta de ella. Comprender correctamente las percepciones del Sujeto/Objeto, es comprender como funciona uno de los programas más sofisticados de las unidades de carbono, el PCA o programa creador de arquetipos, utilizado para la manipulación inconsciente del Lhumanu en forma masiva, pero también para la formación de su propio modelo arquetípico particular como espíritu.
La información que expongo en este espacio no está copiada de ninguna otra parte, a no ser determinas citas o definiciones necesarias y utilizadas. Tampoco encontrarán esta información compilada en ningún libro, pues es el producto de años de trabajo interior y exterior de mi cinta de Moebius, y de interminables horas de lectura, estudio y asociaciones para armar el rompecabezas de esta realidad. Mucha de ella (la información) está tomada directamente de la fuente, y otra me ha llegado mediante contactos con fuentes físicas externas (informantes), que si no fuera por el correcto manejo de sujeto y objeto, hubiera sido imposible conseguir. La información de este espacio está por lo general diseminada en distintas partes o artículos y no precisamente de forma temática y consecutiva, por tal motivo construyo los artículos de un mismo tema de tal manera que se puedan unir las frases o párrafos de unos y otros, para que queden asociados de una forma coherente y sin contradicciones. Intento ser impecable en este aspecto, aunque a veces no lo logro, pues ésta es la manera correcta en que el subconsciente le da ingreso a la información, aún estando fragmentada, y comienza poco a poco a formar un modelo arquetípico propio (espíritu) desde el diseño (información) hasta el desarrollo (conocimiento), sustentado por su propia certeza (objeto) y armado por su propia consciencia (sujeto). Este proceso no podría llevarse a cabo sin algo fundamental, la materia prima necesaria para su elaboración y formación, el alma de los sujetos y objetos que forman el cuerpo de la información y el conocimiento transmitido.
Esa energía es la que sienten en cada artículo y la que faltó hasta cierto punto, en el anterior, escribiendo y transmitiendo información sin alma, para que percibieran la diferencia de energías y conozcan en carne propia como se siente el alma de las cosas o, en este caso, la falta de ella, para que tengan un parámetro de comparación válido, un artículo informativo común y corriente sin alma, sin la energía consiente puesta para formar el espíritu, en este caso particular, el del blog. De la misma manera, nuestro cuerpo de enlace espíritu necesita para su formación, las energías del alma que nuestra consciencia pueda contener, necesita que el centro emocional se active en la medida justa en cada situación para que éste forme el centro de gravedad que procese el alma y transforme el objeto en sujeto. Por eso en desmitificando dije: “Géndel se basaba resumidamente, en la activación del centro emocional a través de la energía primordial, para lograr en su momento, formar el centro de gravedad.” La forma de que este proceso suceda, es siendo consciente de ello y dejando que el centro instintivo fluya, captando todas las sensaciones (nitrógenos) que estos necesitan para que en nuestro interior se produzca la alquimia. Por tal motivo, siempre sostengo que los artículos no se tienen que intelectualizar, sino que se tienen que sentir para que la energía de su alma genere los nitrógenos necesarios para conseguir los hidrógenos que sirvan para la formación de su propio cuerpo de enlace, y logren luego cristalizar su espíritu con el mayor rango de percepción posible, gracias al alma absorbida y procesada por el centro de gravedad de la esfera de consciencia.
La manera de que esto ocurra, es expandiendo la esfera para que abarque más dimensiones perceptivas, y un objeto se transforme en sujeto al estar contenido en nuestra propia esfera de consciencia. De esta manera absorbemos su alma como sujeto consciente o “paquete de instrucciones de datos”. Como ejemplo pondré el caso de los minerales y sus supuestas propiedades mágicas descriptas por los alquimistas. El cinabrio, HgS (sulfuro de mercurio), es un mineral de la clase de los sulfuros que está compuesto por un 85% de mercurio y un 15% de azufre. En su estado natural y salvaje, es sólo un mineral (objeto) de grado jerárquico g2 como objeto perteneciente a su línea evolutiva, y un grado jerárquico g1 como avatar particular de mineral, pero si le damos la energía necesaria abarcándolo en nuestra esfera, el cinabrio se transforma en sujeto desde nuestra percepción y su estructura psíquica o campo morfológico cambia, adquiriendo propiedades “mágicas” para el poseedor. El mineral (cinabrio) deja de ser un objeto g2 con alma colectiva y se transforma en un sujeto de jerarquía g3 con alma particular y espíritu colectivo, más cercano al de un animal que al de un mineral. Desde el momento en que adquirió estas nuevas características, su avatar como sujeto pasa a ser un g2, pudiendo interactuar desde el centro emocional con el contorno que lo contiene en su esfera de consciencia, o sea con su poseedor particular, y decimos que el objeto tiene alma, pues percibimos su espíritu (energía) desde nuestro centro emocional y nos “apegamos” al objeto transformándolo en sujeto (magia simpática). Esto podemos extenderlo a todo lo animado o inanimado de esta realidad, pudiendo transmutar objetos en sujetos o transformar sujetos en objetos, según venga el caso.
Dentro de este juego de consciencia de sujetos y objetos, la información fluye y llega al que tiene que llegar, activando sectores del inconsciente y subconsciente que antes estaban pasivos, percibiendo y destilando lo importante de lo superfluo por extrapolación de sujetos y objetos, hasta encontrar la ecuanimidad necesaria de energías entre los mismos, que equilibren el centro emocional y den paso al centro intelectual superior, identificando y asociando lo que está pero no se ve, por ejemplo que Adolf Hitler escapó de Alemania, entró y se ocultó en Argentina, donde vivió y murió a avanzada edad, absorbiendo esta información por aquel que la necesite para su propósito particular, armando el puzzle de su realidad, y evitando perderse entre sujeto y objeto por desconocer su existencia o por analizarlos desde la lógica y razón del intelecto en vez de destilarlos desde la intuición y el sentir del Ser, para de esta forma, comenzar a formar su propio espíritu.
El sujeto (la consciencia del Ser) y el objeto (la expansión de la esfera de consciencia) son algunas de las herramientas utilizadas para la formación del espíritu, procesando el alma (paquete de instrucciones de datos) de las cosas. Esto no podría llevarse a cabo sin separar los sujetos de los objetos, transmutar los objetos en sujetos y transformar los sujetos en objetos para que el alma de las cosas pueda ser absorbida de forma natural por la esfera y utilizada para formar el espíritu. Cuando se habla de “vender o entregar el alma al diablo” se está diciendo que se la está vendiendo o entregando a cambio de los placeres del olvido, pues el no recuerdo garantiza la inconciencia y felicidad del primate en chancletas y camiseta, para que el diablo (el deseo), sea ángel o demonio, la use para formar su propio espíritu y pueda existir como sujeto en esta realidad. Intente manejar correctamente las energías del sujeto y el objeto para mantener su alma y no entregarla a los que se la intentan sustraer para su propio beneficio. Sea consciente de su propio sujeto y objeto, utilícenlos para formar su propio modelo arquetípico como espíritu, y nadie podrá sacarle el alma, pues ya no será suya sino de su Ser, porque formará parte de la particular consciencia y energía de su cuerpo espiritual, y habrá construido un espíritu consciente de sí mismo que lo enlazará no sólo con su Ser y el del prójimo, sino también con la fuente misma por pertenencia y atributo divino.
“El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y pensamos…Si el espíritu es un atributo divino, una existencia conforme al espíritu será verdaderamente divina.” Aristóteles
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Hermano Hungara » David A.I. y los Ayaplianos – Dedicado a EL SER UNO