Matemáticamente la raíz de una ecuación es el punto donde el resultado es igual a cero [f(x)=0], o sea que en un gráfico de coordenadas (X,Y) la línea del gráfico toca el eje de las (X). Una inflexión es el punto donde la línea de un gráfico cambia de sentido. Hablar de la raíz de una inflexión no tiene ninguna lógica matemática, a no ser que el punto de inflexión se encuentre justo en la raíz de la ecuación, y en ese caso sería un máximo o un mínimo según el algoritmo sea, por ejemplo, positivo o negativo y disponga de una sola raíz. Por tal motivo al decir la raíz de la inflexión me estoy refiriendo también a su punto extremo en opuestos de la misma y no sólo a su valor nominal. Lógicamente si tomamos a la ecuación actual como una octava lenta, la raíz de la misma sería cero, cuando otra octava igual, pero de resonancia opuesta, anulara las notas por absorción de frecuencias. Por supuesto todo esto, figurativamente hablando.
El 21 de diciembre del 2012 se produjo un acontecimiento mundial del que muy pocos se percataron. El espacio se detuvo justo unos momentos antes de llegar a la raíz, produciendo un colapso del tiempo que llevó a la integración de realidades por “inercia temporal”. De este proceso ajeno a la percepción normal de los cinco sentidos, quedó un escenario único con dos universos o realidades coexistiendo simultáneamente, que por falta de terminología llamaré el universo positivista (UP) y el universo negativista (UN). En medio una delgada línea de separación o punto de quietud, donde las energías de una y otra realidad son tremendamente poderosas, valga la contradicción, a tal punto que se difumina la consciencia produciendo una migración de yoes hacia uno u otro extremo. Las consecuencias de tal proceso es un estado que yo llamo de “incongruencia existencial”, donde el ego se siente perdido y desprotegido y el Ser asoma su consciencia en forma de extraña serenidad pese a las circunstancias antagónicas. Es un sentimiento como, “Estoy extrañamente tranquilo aunque tendría que estar desesperado, porque no pasó nada de lo que esperaba y creía”. Los que se encuentran ahora en el (UP) o el (UN) se sentirán maravillosamente bien, o extremadamente mal, pues las energías que los rigen son los del universo en cuestión, y los opuestos son reemplazados por los máximos y mínimos de la ecuación. Estarán entonces transitando la raíz de la inflexión hasta que el proceso termine.
Como en este nuevo universo que se está formando por alquimia de los UPN, lo importante por ahora son las energías que éste produce y genera en el proceso. La esfera de consciencia toma esas energías y las transforma en información consciente que alimenta a la fuente. Esta información consciente se manifiesta en esta realidad como fe, y aquí retomamos con el paquete de información del 4 de diciembre del 2011, El algoritmo fe, donde describo a la fe verdadera como el proceso de “creer en el Ser como único intermediario con la fuente y el “Do”, como única forma de conexión real y valedera… el Ser en nuestro interior, representado en este caso por Cristo, cristal, cristalizar, ungido (unido) con el Ser, es la única forma de comunicación con el “Do” a través de la fe (frecuencia energética) no perteneciente a esta realidad subjetiva.”, esta frecuencia energética fuera de esta realidad es la encargada como información consciente de volver a encaminar el algoritmo a su estado primogénito, abriendo un canal de comunicaciones con otras realidades o espacios dimensionales, donde otros Seres se manifiestan. La interrelación de planos dimensionales se lleva a cabo por el amor en forma de energía consciente que la fe genera, al concienciar la información, o sea, a través de una Amplitud Modulada de Onda de Resonancia, el arma secreta de las unidades de carbono, donde los planos dimensionales resuenan armónicamente gracias a la modulación de sus componentes energéticos. En la antigüedad, cuando el Lhumanu aún disponía del verdadero conocimiento, la relación que tenía entre estos planos, era mucho más fluida y estrecha, al punto que formaba parte de su propia realidad. La naturaleza era integrada entonces como seres conscientes a los procesos cotidianos de la vida. Un árbol era un Ser vivo consciente y no un simple vegetal inerte e inconsciente que produce un recurso natural renovable (hasta que se extinga). Hoy estamos recuperando poco a poco esa capacidad de interacción y cooperación entre Seres del mismo o distinto plano y especie, gracias a este proceso natural de integración de octavas lentas.
Esto nos lleva nuevamente a lo expuesto en el secreto de las octavas III, y las triadas energéticas, tres fuerzas actuando sobre unas dodecavas, octavas de doce notas, en este caso la ecuación que contiene a la raíz de la inflexión, que está formada por la interrelación del UPN. Seis notas del universo positivista y seis notas del negativista, quedando doce notas en el punto de quietud, formado por las seis notas restantes de cada universo. Una vez que la ecuación se estabilice, el punto de quietud entregará los cinco semitonos al espacio matricial correspondiente, y se quedará con las siete notas restantes, convirtiéndose en la octava rápida y particular de cada uno de nosotros. Volviendo a la triada de la raíz de la inflexión, esta entonces estaría formada por las energías del universo positivista, el punto de quietud y el universo negativista, (UP-pq-Un). Según como se ubiquen los componentes de la triada, y la triada dentro de la dodecava, en el momento del corte de la cinta por la mecánica sagrada, será la nueva realidad subjetiva o universo final que se forme, luego del proceso alquímico por el que estamos pasando, y que será la base de la Matrix 15.64 que ahora se está generando. Esta visión incompleta y acotada, da una idea de los procesos energéticos que ahora están ocurriendo a nivel matricial 12×12.
El desafío que tenemos delante, es identificar en qué punto de la triada energética se encuentra nuestra esfera de consciencia. ¿En dónde nos encontramos ahora cada uno de nosotros? ¿Estamos en el universo positivista, en el negativista o en el punto de quietud? Porque de esto dependerá el resultado final del proceso de amalgama que dará como resultado la nueva realidad subjetiva en la que habitemos, y aunque eso influya ahora, no importa en qué universo se encuentre en este momento, pues todos habitaremos finalmente el que quede, cuando salgamos de la raíz de la inflexión. Pero eso es otra historia de consciencias y energías que contaremos más adelante, cuando la información consciente que ahora usted comienza a manejar, se transforme en fe.