El concepto de ciudadano está basado en un arquetipo que se ajusta al sistema actual, pues según la definición, un ciudadano es toda persona considerada como miembro activo de un “Estado titular de derechos civiles y políticos” y que está sometido a sus leyes. Un ciudadano es un concepto sociopolítico y legal usado desde tiempos antiguos a lo largo de la historia, para someter a los pueblos ante sus gobernantes.
No me agrada la palabra ciudadano y tampoco el arquetipo que representa, pues marca claramente a quien debe rendir cuentas y servir ese ciudadano, haciendo una distinción de clases entre él y el sistema gobernante (estado). Prefiero utilizar la palabra Humano como arquetipo que nos nivela e iguale como especie, clases y derechos, sean del pueblo o de sus gobernantes.
Hoy expondré una serie de medidas que tomaría si fuera representante de esos Humanos que forman una nación, país o república, siendo estas, las primeras 30 medidas a grandes rasgos que tomaría en los 100 primeros días de mandato. Tengan presente que estas medidas son un borrador sin desarrollar y que hay muchas medidas más que vendrían asociadas y posteriores a estas, que sólo son un paso intermedio hacia la verdadera libertad, la libertad de la Anarquía del Ser. MI IDEA
1) Se escribirá una nueva constitución nacional acorde a los intereses y valores de esta nueva Humanidad. Una nueva constitución cuyo objetivo será defender y proteger al Humano Verdadero, Libre y Justo que habite en este territorio del que formamos parte.
«Una Constitución (del latín constitutio, -ōnis) es la ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de las leyes, que define el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los poderes e instituciones de la organización política. También es designada con las expresiones carta magna o ley fundamental. En cuanto norma jurídica suprema de un Estado de derecho, establece el origen de la soberanía en la nación o el pueblo (soberanía nacional, soberanía popular), reconoce los derechos fundamentales (o derechos constitucionales) y los mecanismos de participación y representación política, establece la forma de Estado (en cuanto a su organización territorial), la forma de gobierno (o régimen político) y el sistema político; particularmente al fijar los límites y controles a que se someten cada uno de los poderes del Estado y definir sus filiaciones y equilibrios (checks and balances, en la división de poderes clásica: legislativo, ejecutivo y judicial). La norma o, en su caso, el conjunto de normas constitucionales, son las que determinan las bases del ordenamiento jurídico; especialmente la organización de los poderes públicos y sus competencias, los fundamentos del sistema económico y las relaciones sociales, los deberes y derechos de sus ciudadanos.» Wiki
Sin lugar a dudas que la constitución de cualquier país no fue escrita por sus habitantes, o por lo menos avalada por ellos, sino que fue pensada, escrita y avalada por un grupo de «próceres» ajenos a nuestro tiempo y condición, probablemente miembros de la élite y de alguna orden o logia por lo general masónica cuyos intereses no eran los del pueblo sino los de ellos. Invito a cualquiera a hacer revisionismo de investigación histórica sobre su constitución nacional y se llevarán algunas interesantes sorpresas, tanto por su contenido que realmente muy pocos conocen, como por quienes la escribieron y a que verdaderos intereses, intenciones y propósitos apuntaban.
Dice en su definición que la Constitución es la ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de las leyes, que define el régimen de los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los poderes e instituciones de la organización política. Por consiguiente, es imperioso que una constitución sea la herramienta del pueblo y para el pueblo que proteja al Humano ante cualquiera que intente perjudicarlo. Actualmente no sólo muy pocos han leído la constitución nacional de sus respectivos países, sino que esta no los representa y defiende ante la injusticia de la justicia, ante la impiedad de las acciones, ante las traiciones de sus representantes, ante la agresión, la represión y la violencia de sus dirigentes, o ante cualquier otra acción o decisión que atente sobre su seguridad física, psíquica o emocional.
Una nueva constitución basada en el Humano como Ser y no como ciudadano ya llevaría aparejado toda una reforma judicial, ejecutiva y legislativa, como también un cambio total del sistema económico, social y representativo como cita la definición antes mencionada, así que ya se comenzaría con la ejecución de otros puntos expuestos en Mi Idea, dando comienzo a una reforma desde la raíz del régimen sionista y cambiando completamente el sistema cabalista actual, por un Sistema Social y Humano, siendo el comienzo de una sociedad verdadera, libre y justa, que considere en primera instancia, el bienestar de los Seres que forman el pueblo, que es la patria misma y dando el poder a los Humanos sobre sus representantes sean, los que sean.
Una constitución debe garantizar no solamente lo expuesto, sino también una serie de derechos Humanos básicos que ahora no sólo no garantiza, sino que no se cumplen los pocos derechos que ésta expone, normaliza y decreta. De tal manera, reescribir la constitución nacional de cualquier país es el primer paso de todas las reformas posteriores, dando inicio a la octava del cambio de sistema y paradigma actual, y llevando así a Humanizar cada sistema desde la raíz del sistema mismo, su Constitución Nacional.
Este paso previo a un sistema más Humano, es el preludio a una sociedad Humanitaria donde no hagan falta mas constituciones, leyes o normas, tampoco representantes o gobierno alguno, ya que la Consciencia será la única que prime sobre todo lo demás, siendo en definitiva, un sistema Anárquico real, donde cada Humano será su propia constitución y nación verdadera, libre y justa con ella misma y los demás.