“…Las energías que se están moviendo e infiltrando no son de esta tierra y nadie se da cuenta de ello. Creo que este es el momento adecuado para aclarar algunas cosas que por lo visto se escapan de vuestra percepción. La información y el conocimiento que he transmitido en estos años, me llevó más de cuarenta adquirirlo, y es escasamente un pequeño porcentaje de la totalidad de lo que conozco. En el camino dejé parte de mi vida, familiares, amigos, trabajos, sueños, alegrías, salud, economía; son el costo que pagué y pagaré a cambio de mi primer propósito en esta existencia, el buscar, detectar y entrenar Humanos y Viryas para que sean luego los encargados de seguir con el propósito y el entrenamiento en esta nueva tierra que pronto resurgirá de entre las cenizas de esta parodia. Esperé más de veinte años este momento, para ello me entrenaron y por ustedes hago lo que hago.
El blog, el foro, los canales sociales, y todo lo demás, son sólo instrumentos para llevar a cabo el propósito y nada tienen de importante para mí, más que el de cumplir con lo que debo cumplir. Reconozco que en la visión particular y subjetiva de cada uno de ustedes, todo es importante, que todo suma trascendencia a este espacio, al depositar en ellos (los contenidos) parte de su sentir, y que puedan sentirse dolidos si estos contenidos desaparecen de un día para otro, (como pasó con el foro) pero mientras cumplan su propósito debidamente, el blog, los artículos, los comentarios, el foro con todo su contenido e Internet inclusive, pueden desaparecer mañana sin que por ello me preocupe más que si llueve o sale el sol, de otra manera yo estaría haciendo el trabajo por adulación del ego y no por el Amor del Ser, al intentar perpetuar algo que sólo puede ser perpetuado por el espíritu del que finalmente encontró. Todo nace, crece y muere, y su recuerdo no dura más que la consciencia que tengan de ello, pues lo importante no son las palabras, lo esencial está en lo que callo, la semilla plantada, lo que quedó en cada uno de los lectores y que sirvió para fraguar su espíritu y alimentar a su SER. Soy el único responsable de este proyecto y por consiguiente ninguno de ustedes tiene que hacerse cargo de mis aciertos o errores en las decisiones que pueda tomar, ni sentirse mal o agraviado por vanidades de este mundo o decisiones mías sobre este espacio, su contenido o sus participantes, pues todas mis Acciones tienen un fin para un propósito mayor que puede que nadie vea ahora, pero si en unos años.
Que yo delegue responsabilidades o busque colaboración no quiere decir que no tenga la última palabra en las Acciones y decisiones, y que no sea completamente responsable de ellas, pues antes de proceder también consulto con mi Jerarquía directamente superior “allá arriba” a través de mi SER, y si tienen algo que decir me lo dirán como siempre lo han hecho, personalmente, pues soy el iniciador y único responsable de esta octava y propósito en particular. Soy responsable absoluto de mis pensamientos, palabras y actos, pero no respondo por las suyas…”
Hay propósitos particulares y propósitos generales. Los particulares son individuales y los generales son colectivos. Tanto unos como otros son importantes, pero los generales son por los que más costo pagamos, pues la ecuación de improbabilidad prevalece antes que la de probabilidad. Esto se debe a que se tiene que acoplar lo particular con lo general y, por consiguiente, las energías involucradas son muy poderosas, pues el consciente colectivo aún no prima y el inconsciente colectivo carga con la mayor vacuidad en dicha ecuación, llenando los faltantes del equilibrio con su energía de miserias.
Muy pocos están dispuestos a pagar el costo que implica poner por delante el propósito general que el particular, pues el ego se ocupa de poner mil excusas y utilizar mil disfraces para hacernos creer que es mejor resguardar lo nuestro, nuestras pocas virtudes, que priorizar las inmensurables miserias de los demás. Soportar la cruz que involucra implicarse y convivir con las miserias propias y ajenas, no es algo que todos puedan soportar. Lo que no comprenden es que el costo que se paga es insignificante al lado de las ganancias que se obtienen, pues una vez equilibrada la ecuación, que en algunos casos puede llevar quizás años, el universo entrega multiplicado por siete lo que se entregó, y es entonces cuando el propósito particular al fin está fusionado con el general y el universo nos devuelve todo lo que alguna vez perdimos por cargar con nuestra cruz y soportar las miserias propias y ajenas.
Lamentablemente hay muy pocos que, llegado el momento de enfrentar el costo, deciden formar parte de ese propósito mayor, pues siguen dominados por el miedo, el miedo a enfrentar el calvario de las miserias, el sacrificar virtudes propias por Amor al prójimo, a pasarla realmente mal mientras se transcurre el tormento de equilibra una ecuación de semejante envergadura entre el propósito personal, que puede ser simplemente freír un huevo, y el propósito general que es expandir consciencias para la proyección del Do. Pese a todo, agradezco profundamente a todos los que aceptaron el desafío de un propósito general en estos años y a los que lo intentaron por un tiempo y no pudieron, pues tanto unos como otros, aportaron algo para que el propósito mayor se cumpla y la existencia tenga sentido. Las cosas son como son y no como nos gustaría que sean, pero eso no impide que uno haga lo que tiene que hacer, dejar de mirarse el ombligo y sacrificar una existencia para conseguir una vida plena y eterna. Uno vive en el universo que quiere vivir, y existe en el que puede soportar.
Como conclusión final, dejo un bonus track de lo logrado en estos años de propósitos compartidos y unificados en un propósito general para un bien mayor.