Sentada en el escalón del vagón me despido de Morféo, lo veo ir llevando el mate para compartir con su familia. Me dijo antes de partir: Si quieres saber quiénes están aquí contigo, sólo debes preguntarlo. No te lo mostrarán si no lo necesitas.
Entiendo que aún no estoy preparada para saber eso. Me levanto y camino hacia el asiento en el que estaba, me siento, miro por la ventana, me desperezo y siento el tren arrancar su viaje nuevamente.