Uno de los factores que marca el ritmo, forma y avance en la información de los artículos del blog, es su propio ritmo, forma y avance sobre ellos. Últimamente observé que el deseo ocupó un lugar importante en sus consciencia, un lugar peligroso para el avance como en su momento lo fue el ego. Este deseo produce desechos de exo y endo energías que dificultan la correcta asimilación de nueva información, produciendo por un lado ansiedad y por el otro un continuo estado de inconformidad. Por tal motivo decidí detener el flujo profundo y continuar con el superficial pero no menos importante, intentando enderezar sus octavas particulares desviadas por la fuerte corriente del deseo de saber. Hoy retomaremos el cauce grueso del río, y veremos si su deseo fue remplazado por la necesidad o aún les falta trabajo de remo para volver al cauce correcto.
Primeramente debemos saber que el deseo es el deseo, y como energía no se diferencia entre desear un Maserati, desear información, desear despertar o desear ser libres. La energía del deseo es la energía que revirtió la esfera de consciencia y nos aisló de nuestro Ser. Intentaremos entender el proceso que usa el deseo para lograr su objetivo final, convertirnos en una “probabilidad”. Comencemos analizando la configuración de la esfera de consciencia, así que recomiendo la relectura del artículo del mismo nombre, “la esfera de consciencia”. Igualmente, previendo que algunos no lo lean, copiaré lo que me interesa que recuerden:
“Retomemos desde el punto de la esfera de consciencia y la consciencia artificial, para dilucidar su funcionamiento. En ese momento expliqué gráficamente de una forma tridimensional, que era y como había sido revertida la esfera de consciencia por medio del deseo. Ésta no se encuentra en un plano tridimensional aunque interactúa con éste por medio de la mente a través del Quantum. La esfera de consciencia siempre tiene dos (2) dimensiones más que la realidad en la que se manifiesta. O sea que en la realidad subjetiva tridimensional la esfera de consciencia es pentadimensional, tres (3) dimensiones de nuestra realidad, y dos (2) correspondientes a las inmediatas superiores. Con las tres primeras dimensiones la esfera, que desde este momento llamaré “Torus” por su forma pentadimensional, percibe la realidad subjetiva. Con las dos dimensiones restantes el Torus se conecta con el Ser porque éstas transcienden lo temporal y lo espacial. Los infinitos puntos de atención del torus revertido que miran hacia el exterior, son los “yoes” que forman nuestra consciencia artificial y el punto del deseo por donde el torus fue revertido, es la mente.
El veinticinco (25) de agosto en el artículo “cerebro y mente” definí a ésta como “la energía cuántica ordenada e inteligente que forma la información”. Cuando la mente comienza a percibir la realidad subjetiva, el deseo de experimentar comienza a ubicar la atención hacia el exterior quitando por completo la atención del interior, aislando así al Ser de la realidad general y haciéndole creer que es solo materia y realidad subjetiva. En ese estado, el torus comienza a trabajar en tres dimensiones y dos (2) energías, (ver imagen inferior) como expliqué en el artículo “la tercera energía”, con la negativa por fuera y la positiva por dentro, dando la sensación de dualidad por nuestra programación a través del ego, que el torus interpreta como “yo y lo demás”, dando la ilusión de separabilidad y de los opuestos. Cuando el torus es revertido nuevamente a su estado original, vuelve a trabajar en cinco (5) dimensiones y tres (3) energías, la exterior, la interior y la energía equilibrarte, la que compensa la dualidad de los opuestos, la que transmuta lo negativo en positivo, pues en su interior lleva las dos cargas a la vez, es la partícula cuántica por excelencia, y el lazo de unión entre lo positivo y lo negativo. Esa energía equilibrante recorre el torus y va transformando al ego (extensa gama de observación) desconectándolo de la consciencia artificial al unificar los “yoes”, hasta que de a poco la consciencia del Ser toma el mando y se convierte en Ego (Energía del GrialOmnisciente). Este Ego del Ser, con todos los “yoes” unificados, unido al Vril (la energía del amor de un espíritu consciente de sí mismo) y el Amor (Amplitud Modulada de Onda de Resonancia) como energía primogénita de conexión de la unidad de carbono con el Ser y la fuente, da como resultado la EVA interior, “la energía del grial omnisciente de un espíritu consciente de sí mismo a través del amor”. La esfera de consciencia se comporta entonces como un “dualtorus” trabajando en dos realidades a la vez, la general y la subjetiva, expandiendo la consciencia a la quinta dimensión.”
Teniendo claro este concepto, volvamos al punto antes de la reversión y comencemos a analizar el proceso pero desde la visión de los mundos superiores. Primeramente deberíamos comprender que la esfera de consciencia no es una esfera común como ya habrán observado por la lectura del párrafo anterior, sino una hiperesfera que emula al Citelio de la fuente pero al revés. Por consiguiente la esfera contiene su propia proyección dentro de su espacio aunque su radio es cero y su volumen infinito. Que quiero decir con esto, que una esfera de conciencia es tan amplia en proyección como la expansión de la misma se lo permita, pero tan pequeña en este espacio matricial 4×4, que su radio sería imposible de medir. Lo infinito dentro de lo finito, la singularidad de la fuente al alcance de la mano. Esta esfera formada por infinidad de puntos cuya orientación espacial es negativa, vaet (0-) proyectando su vector angular espacio/temporal hacia un punto central que llamaremos (E), tiene un punto dentro de esa infinidad de puntos cuya orientación o vector angular espacio/temporal está dirigido hacia fuera de la esfera con vaet (0+). Detengámonos un momento en este concepto y veamos qué es lo que quiere decir esa carga u orientación de vaet. Primero debemos distinguir qué parámetros utilizamos para decidir cómo está orientado el vaet, y en este caso el parámetro es el límite de la esfera, que como ya vimos, es infinito. Por consiguiente el límite hacia infinito de una esfera tiende a aumentar, vaet (0+), y el límite hacia cero de una esfera tiende a disminuir vaet (0-), aclarado esto, podemos ver que si todos los puntos, menos uno, tienden a (0-) en (E), la sumatoria gravitacional del punto (0) será finalmente positiva (+) en la vacuidad del mismo punto (E) convirtiendo a ese punto en el centro de gravedad del “sistema consciencia”, y creando irremediablemente el Espíritu, que es el mismo punto de gravedad (E) donde todos lo vaet convergen. De esta forma se cumple lo expuesto en la tercera energía quedando lo positivo por dentro de nosotros y lo negativo por fuera, con la energía equilibrante (-/0/+) en el centro de gravedad (E) de nuestra esfera de consciencia.
Conociendo esto podemos concluir que el espíritu se va formando a medida que la esfera suma vaet hacia el interior cuya sumatoria incrementa su masa. Ahora bien, en el momento que todos los puntos están mirando (orientados) hacia el punto (E) somos una particularidad que desde los mundos superiores y el mismo DO puede ser identificada si se necesita, pues la energía de la totalidad de la consciencia está concentrada en ese punto de gravedad (E) que tiene su propio, digamos, IMEI de identificación. Ahora bien, ¿qué pasa cuando la esfera se revierte por el punto del deseo de vaet (0+)? Este proceso de reversión es extremadamente sencillo, pues el vaet (0+) es atraído por el fuerte deseo exterior de vaet (0-) y este comienza a “tirar” de los demás vaet hasta lograr la masa crítica necesaria para que todos los vaet menos uno reviertan su orientación, convirtiendo la esfera en una infinidad de vaet orientados hacia distintos puntos de deseo construyendo los (yoes) de la personalidad virtual. En ese momento de multiplicidad de “ángulos de vaet” la particularidad se convierte en una probabilidad dentro de la totalidad, pues se pierde el centro de gravedad cero (E) que antes lo identificaba ante la creación como particularidad. ¿Quién es usted dentro de la infinidad de miradas o yoes (vaet) del exterior de la esfera?, es muy improbable que el DO puedan identificar al Ser que está conectado a ese caos, entrando en el sistema de proyección como una probabilidad más dentro de la creación, siendo igual que un vegetal, un animal, una roca, un utensilio, un mineral o un elemento de la tabla periódica. Aunque debo aclarar que en los mundos superiores nuestra plantilla forma parte del plan general y quizás tengamos que pasar lo que pasamos en nuestro particular camino para cumplir el propósito de nuestra existencia.
Cuando una probabilidad pide ser escuchado por el DO, no pasa nada, pues no hay forma que lo identifique o estudien su plantilla en detalle, pero cuando una particularidad pide ser escuchado por quien corresponda, el milagro se produce, pues pueden revisar la plantilla de existencia y modificar, si se puede, ese acontecimiento. Esta es la explicación técnica de porqué en algunos casos se produce el milagro y en otros no, ya que la identificación facilita el estudio de plantilla al poder conectarse con la particularidad y no con una probabilidad dentro de la totalidad. No es una cuestión de fe, es una cuestión de energías conscientes que dejan el estado de probabilidad para pasar al estado de particularidad. ¿Quieren avanzar?, dejen de ser una probabilidad deseando continuamente información o un Maserati, y conviértanse en una particularidad, creando su Espíritu (E) desde la consciencia y energía del que verdaderamente necesita ser mejor desde su Ser y no desea ser superior desde su ego.