No tenía planeada esta continuación del estudio de las octavas, pero los comentarios de un amigo y hermano Virya me hicieron pensar, que quizás sería productivo cerrar algunos puntos, que podrían generar confusión en su análisis al tener una idea inconclusa y equivocada de las mismas. En el artículo anterior dije que la toma de consciencia de la muerte de Gurdjieff, me había producido un choque que cambió mi forma de pensar y actuar. Su deceso, entre otras cosas, me había confirmado que Gurdjieff estaba equivocado o no había dicho todo con respecto a las octavas y las energías, pues su paralelismo o analogía con las notas musicales, tenía huecos que podían hacer agua si se los presionaba. Hoy veremos e intentaremos completar “algunos” de esos huecos para que no sean un obstáculo o confusión para aquellos que quieran adentrarse en su análisis y estudio.
Tengo grandes desacuerdos y acuerdos con los escritos de Gurdjieff y el cuarto camino, por esa razón no suelo recomendar su lectura, pues sería una forma de promover el error y atestiguar un falso apoyo a sus ideas, ya que discrepo en bastantes puntos cuyo desacuerdo podría confundirlos. Reconozco que la analogía de la octava musical con sus choques correspondientes es una forma simple y bastante clara de ejemplificar su complicado movimiento, y adentrarse en la comprensión de las “leyes” de los procesos energéticos de la creación, pero no es, A+B=C. Lo primero que deben saber y tener en cuenta, es que todo lo dicho por mí, respecto a las octavas, es acotado e incompleto. El cuarto camino no es mi camino y nunca lo fue. El cuarto camino fue el camino de Gurdjieff y sus seguidores. El quinto camino de la cinta de Moebius es mi camino y el de todo aquel que decida hacerse cargo de su Ser, siendo particular y único, pues fue marcado exclusivamente para cada uno de nosotros con el ADN de la creación. Si alguno elige el quinto camino por seguirme, no es su camino, porque ustedes no tienen que seguirme, sólo tienen, si lo desean, que escucharme y no creerme, tienen que sacar sus propias conclusiones, investigar y creerse a ustedes mismos, creerle a su Ser. En ese momento pueden decir que están recorriendo su propia cinta de Moebius y no la mía. Será su quinto camino particular y único. Eso quise decir en el artículo anterior con la frase: “la energía sólo le sirve al que la produce, mientras que éste pueda consumirla o compartirla en vida, de otra forma se contamina y termina en algo completamente inservible y venenoso.” El camino de Gurdjieff, sólo le sirvió a Gurdjieff, porque todo aquel que lo siguió por creencia, se envenenó al no poder estar dentro de la esfera de consciencia expandida y del universo particular y único de Gurdjieff. Aclarado esto, comencemos pues con las octavas y sus huecos.
La octava es un movimiento energético consciente que sigue una secuencia repetitiva continua y específica. Si bien se le nombra y conoce como octava por sus siete notas o vibraciones principales, que influyen directamente en nuestra realidad subjetiva, el algoritmo esta compuesto por doce términos o semitonos, en donde tendríamos que incluir los cinco sostenidos do#, re#, fa#, sol#, la#. Si se toma entonces la octava completa y se la representa en un Dodecágono (polígono de doce lados) comenzando en (do) y terminando en (si). Entonces tendríamos, do, do#, re, re#, mi, fa, fa#, sol, sol#, la, la#, si. Imaginemos ahora que el dodecágono es el cuerpo interno de un tubo o túnel esférico vorticial, y que dentro del mismo se desplaza otro cuerpo cuya forma es triangular. Un triángulo equilátero dentro de un dodecágono, cuyos vértices tocan distintos semitonos según éste gire y se desplace por el túnel. El triángulo representa la tríada conocida como (3,6,9) en los escritos de Gurdjieff. Cada vértice del mismo toca un semitono y se convierte en una nota o número del 1 al 12, según el punto que va tocando. Por ejemplo, si un vértice toca (do), los otros tocarán (mi) y (sol#), siendo la tríada energética (1,5,9) en lugar del (3,6,9) del eneagrama de Gurdjieff. En el próximo movimiento o giro de la tríada energética será (do#,fa,la), (2,6,10), y en el siguiente pasará a ser (re,fa#,la#), (3,7,11) y así sucesivamente mientras se desplaza la octava de forma natural dentro del vórtice esférico que la contiene. Cuando el triángulo (tríada) completa la vuelta y regresa al punto inicial (do) o cualquier otro de donde comenzó, termina una octava y comienza otra. La secuencia de la octava dodecaédrica es 1,7142857…y comienza donde se apoya el vértice del triángulo de la primera nota como punto de inicio uno. Ejemplificando, con la triada (2,6,10), el dos seria el inicio como punto uno, 2=1 entonces la secuencia seria (sol,do#,mi,re,sol#,fa,sol).
Naturalmente la octava no es recurrente, se transforma en recurrencia cuando el alimento de la misma no es el adecuado y la energía no es consumida o compartida por el productor. En ese momento son necesarios los choques en los semitonos faltantes (mi-fa) y (si-do) para liberarla de la recurrencia, pero estos “choques” conscientes tienen que ser dados en los puntos donde los ángulos del triángulo tocan los semitonos en donde se quedó “trabado” en la octava, o sea si tomamos como ejemplo la tríada (re,fa#,la#), (3,7,11) y el alimento principal fue tomado de alguno de los tonos o semitonos de la misma, tenemos entonces dos intervalos como posibles lugares del choque consciente, uno entre el intervalo (re-fa#) y el otro en entre el intervalo (fa#-la#). En este intervalo tenemos las notas (sol), (la) y el semitono (sol#) que cubre el choque para llegar a (la#), así que sólo hace falta darle el impulso, en este caso, entre (mi-fa) que no tiene semitono para llegar de (re) a (fa#), para que la octava continúe su curso. Por lo general en los lugares que se detiene o entra en recurrencia una octava, son en los semitonos faltantes (mi-fa) y (si-do). Podríamos hacer una analogía y decir que los semitonos (do#, re#, fa#, sol#, la#) son los imanes del motor que hacen girar al núcleo o tríada, como no existen “imanes” (mi#) y (si#), la distribución no es equidistante y el motor puede detenerse si en esos lugares no generamos la energía necesaria (alimento correcto o choque consciente) para que continúe moviéndose. Concluyendo, siempre hará falta uno o dos choques según como se ubique la tríada dentro de la octava, para que esta retome su curso o concluya satisfactoriamente su recorrido.
Dentro de este proceso en esta realidad, se descartan los semitonos por motivos de espacios matriciales, que no explicaré ahora, y todo queda reducido a siete notas y dos intervalos, que son los semitonos faltantes (mi-fa) y (si-do) mencionados en los textos de Gurdjieff. El dodecágono se transforma en un eneágono de nueve lados y nueve vértices, con un triángulo, tríada (3,6,9) dentro, y el proceso energético de la octava, se acomoda a la consciencia de la esfera en este universo correspondiente a nuestra realidad subjetiva. Luego la secuencia 1/7=0,142857…, y todo lo ya conocido y relatado en los artículos anteriores. Podríamos concluir que la naturaleza de la octava es espiralada, cíclica y continua, y la consciencia-energía (Do-Ser-UdC) es el vehículo de desplazamiento triangular de la misma por medio de la vibración. La trinidad como catalizador del proceso, la octava resumida de siete notas como manifestación de un movimiento energético consciente o reflejo de la octava completa de doce semitonos, dentro de un espacio esférico o túnel vorticial de la consciencia del Do, siguiendo y respetando una secuencia y jerarquía estipulada de movimientos. De ahí los números sagrados tres, siete y doce en los textos bíblicos y religiosos, y las tres primeras leyes de los procesos energéticos.
1º)- todo se desplaza por movimientos estipulados, repetitivos y continuos.
2º)- todo se maneja por tríadas.
3º)- Todo proceso es esférico y jerárquico
Esto no es todo, es sólo una parte del conocimiento, para mostrar que nada es lo que parece, que la copa siempre vuelve a llenarse y lo seguirá haciendo hasta que “sientan” que no existe la copa, sólo la consciencia y la energía. Con esto doy por terminada la información sobre las octavas. El conocimiento y la sabiduría de las mismas, depende de ustedes y exclusivamente de ustedes.
Friedrich Wilhelm Nietzsche dijo “Dios ha muerto”, yo digo Dios ha nacido. Y usted, ¿Qué dice?