Hace tiempo observé algo que me inquietó, algo que al principio pensaba que era una condición normal hasta que presté atención a ello. Observé que los recuerdos que uno tiene a lo largo de su vida siempre son los mismos. Un conjunto de pequeñas situaciones, actos o acontecimientos que forman el recuerdo del pasado, pero nos está faltando en medio, el recuerdo de toda una vida. ¿Dónde están esos recuerdos perdidos que ni siquiera a veces recordamos aunque nos lo digan? Es como que algo o alguien nos estuviera secuestrando los recuerdos de nuestras mentes para un propósito desconocido, para bien o para mal. Hoy nos zambulliremos en las profundidades de la mente para tratar de dilucidar este misterio que forma parte de nuestra realidad subjetiva, y tal vez, descubramos algo totalmente inesperado e increíble detrás de lo aparente…
Para comenzar este buceo interior hay que remontarse al primer artículo del blog, “Comprendiendo la realidad” allá por febrero del 2011, donde desarrollé que es y como se percibe la realidad. En ese momento dije que “El ser humano percibe el mundo a través de sus cinco sentidos, vista, oído, olfato, gusto y tacto, todos ellos acotados a un rango específico de percepción que no voy a describir en este momento, los sentidos transmiten al cerebro una serie de datos en forma de señales eléctricas y químicas que éste interpreta y le da sentido a lo que se percibe…” podríamos deducir con esto, que el primer paso de la formación de un recuerdo, es la percepción del acontecimiento a recordar por medio de los sentidos y su interpretación por parte del cerebro. Pero éste no es el responsable de los recuerdos, sólo almacena información de los sentidos que asocian un acontecimiento específico. Desde hace tiempo se conoce la zona del cerebro que procesa la memoria reciente de corto plazo, que es el hipocampo o hippocampus, que se localiza en la parte media del lóbulo temporal del cerebro, pero se desconocía el de la memoria de largo plazo. Estudios recientes descubrieron que la zona del cerebro llamada “anterior cingulado” (ver imagen inferior) era la responsable de la asociación de los recuerdos de largo plazo. Pero ¿dónde estaban alojados los recuerdos asociados? El anterior cingulado cortex (ACC) es el encargado de asociar una dirección física de una neurona específica, que digamos, guarda químicamente las percepciones visuales, auditivas, etc, como si fuera un clúster, del recuerdo, por ejemplo, de su abuela, pero no el recuerdo en sí. Para encontrar el lugar específico del recuerdo tenemos que retroceder al artículo “cerebro y mente” donde dije que “la mente es la información grabada en el disco rígido”, y que luego amplié en el artículo “los sueños develados II” diciendo que “la mente es la energía cuántica ordenada e inteligente que forma la información”. Siguiendo este razonamiento podríamos suponer que los recuerdos son alojados (grabados) en algún lugar de la mente.
Anterior Cingulado Cortex |
Si la mente se aloja en el Quantum, y los recuerdos se alojan en la mente, cuando nosotros tenemos acceso a un recuerdo, de alguna manera tenemos acceso al Quantum para recuperar dicho recuerdo. La encargada de este proceso natural es la glándula pituitaria a través del centro motor. Pero, ¿Qué sucede si al buscar el recuerdo en el Quantum no se encuentra? Muy sencillo, la dirección de memoria alojada en el anterior cingulado cortex que asocia a la neurona específica, es borrada, como si fuera un acceso directo no válido de su ordenador. Usted olvida por completo el suceso porque no hay asociación neuronal con el mismo, ni recuerdo en el Quantum que lo respalde. La pregunta obligada es ¿cómo o quién borró el recuerdo en el Quantum? Para responder esto tenemos que conocer el funcionamiento de la esfera de consciencia de la cual ya hablamos en el último artículo. Cuando el torus trabaja con la consciencia artificial su funcionamiento es en tres dimensiones y dos energías, situándose en cada “yo” del ego que toma el mando aleatoriamente. En este estado el torus trabaja en forma lineal tridimensional. Los sentidos perciben la realidad subjetiva, el cerebro traduce y registra la información, graba en una neurona de forma química las percepciones, el hipocampo da una dirección de memoria provisoria de corto plazo, no mayor a 36 días, luego le pasa al anterior cingulado córtex la información, este registra y asocia de forma permanente la dirección de memoria de la neurona correspondiente. Mientras tanto el torus mediante la pituitaria transmite la información a la mente donde se graba el recuerdo y se aloja en el Quantum. Pero, como el torus en este estado trabaja de forma lineal, y no paralela, en cuanto otro “yo” toma el mando, la esfera de consciencia no asocia en qué lugar grabó el recuerdo el otro “yo”, perdiendo el recuerdo del suceso en el Quantum. Cada vez que el torus “salta” de un “yo” a otro, va perdiendo recuerdos. Entonces ¿cómo recordamos siempre algunas cosas? y ¿Cómo es posible que mediante hipnosis se recuerden cosas olvidadas? La respuesta a la segunda pregunta es que el torus mediante la hipnosis, se ubica en el “yo” correspondiente al suceso específico y recupera la ubicación del recuerdo en el Quantum. La respuesta a la primera pregunta es más complicada, pues entran en juego los puntos de inflexión, las realidades paralelas y la consciencia total del torus trabajando en cinco dimensiones y tres energías.
Trataré de explicarlo de la forma más sencilla posible. En el artículo “la realidad holocuántica”, que recomiendo vuelvan a leer, expliqué como se forma y proyecta la realidad subjetiva a través de nosotros, y como los puntos de inflexión son saltos holocuánticos a realidades alternativas. Bien, en esos momentos el torus trabaja por unos segundos a niveles de la consciencia del Ser, con cinco dimensiones y tres energías procesando la información en forma paralela, y grabando el recuerdo de forma atemporal en el continuo espacio-tiempo del Quantum, con acceso total a todos los “yoes”, como si estuviera encapsulado en un pendrive que cualquier “yo” puede usar. Podríamos decir que en ese momento usted tiene consciencia plena del acontecimiento. La suma de los segundos en que se grabaron sus recuerdos, es el tiempo que usted estuvo vivo como Humano, y la suma de sus olvidos es el tiempo que usted estuvo muerto como unidad de carbono. Como verán, increíblemente, los secuestradores de recuerdos somos nosotros mismos, mejor dicho nuestros infinitos “yoes” que nos componen. Cada vez que usted hace un esfuerzo con el centro intelectual para comprender estos artículos, está entrenando al torus en la atención total y la unificación de los “yoes”, porque no puede seguir el “hilo” de esta información, si no es el mismo “yo” el que lee todos los artículos. No importa en realidad la intelectualización del mismo, sino el entrenamiento y el concepto final, que es procesado por los centros superiores de control. Cuando el torus comienza a trabajar correctamente, usted comprende de forma natural, sin esfuerzo alguno y recuerda cada vez más, detalles que antes no recordaba, porque es consciente de sus palabras, pensamientos y actos y los recuerdos secuestrados son liberados sin pagar recompensa, o mejor dicho, pagando el costo de la liberación con su trabajo interior. La atención permanente es fundamental en el trabajo hacia la consciencia plena del Ser, no puede haber liberación sin recuerdos, porque no se puede liberar un olvido si no se recuerda a quien se tiene que liberar. Entonces, ¿cuánto recuerda usted? ¿Está seguro que no olvidó a algún ser querido que alguna vez existió y que ahora no recuerda? ¿Se recuerda usted o es sólo un olvido?…recuérdese y DESPIERTE!!!