He hablado reiteradas veces de la unidad de carbono humano, pero nunca en detalle, hoy trataré de resumir y describir sus principales atributos y componentes para entender su funcionamiento general y poder mas adelante describir detalles en lo particular. Lo que voy a exponer es, en su mayoría, conceptos en forma metafórica, cuya interpretación corre exclusivamente por la capacidad de procesamiento que ustedes logren adquirir con el tiempo. No pretendo que cambien su idea del hombre, solo que piensen de forma transversal a lo habitualmente acostumbrado.
Las unidades de carbono humano, si bien “nacen” todas idénticas genéticamente en su composición anatómica, su estructura mental no depende exclusivamente de su genética. La base general está dada por los veintitres (23) pares de cromosomas, pero la estructura final la define su lugar espacial en el universo. Qué quiero decir con esto, que si dos hermanos mellizos (fulano y mengano) nacen en el mismo tiempo tridimensional, supongamos hoy a las 18:00 hs., no tienen que trabajar mentalmente iguales, porque su ubicación espacial en el universo de donde proviene su “ser” es completamente diferente. Si tomamos solo la ubicación tridimensional en el espacio, y tenga en cuenta que el ser es adimensional, la diferencia puede ser enorme. Piense que la velocidad de traslación de la tierra es de ciento seis mil kilómetros por hora (106.000Km/h) unos minutos de diferencia hacen una distancia considerable, y a eso hay que sumarle la velocidad de desplazamiento del sistema solar y la galaxia. La forma energética de la unidad de carbono sigue una línea descendente que comienza en la creación y termina en el cuerpo físico, esto se define como “línea de creación” (octava descendente), y se puede resumir en lo general como (Logos → creación → universo → ser → espíritu → alma → cuerpo físico), el espíritu y el alma como dije anteriormente son cuerpos de enlace. Todos los seres vivientes tienen alma, pero no todos tienen espíritu, éste está directamente relacionado con la consciencia del ser. El espíritu se forma y se otorga por derecho divino, el alma se obtiene por derecho de vida. No todas las unidades de carbono disponen de espíritu, algunas son máquinas autómatas y peligrosas porque al no tener el cuerpo de enlace con el ser, tampoco disponen del centro espiritual y emocional necesario. Todo lo procesan con el centro instintivo, motor e intelectual, y su grado de peligrosidad lo da el menor o mayor procesamiento de información del centro intelectual, éste es inversamente proporcional a su trabajo, mayor trabajo menor peligrosidad. Todas las unidades de carbono se alimentan de aire, comida e impresiones pero no todas procesan igual la energía. Cierta parte de la capacidad de procesamiento depende de la generación (lugar espacial de procedencia) del “ser”, pero todas tienen la posibilidad de mejorarla. Como ejemplo tienen los procesadores ( 486; 586 pentium I,II,III,IV; Core; i7) todos procesan, pero mejora su capacidad según avanza la generación. La unidad de carbono no es pura, porque fue manipulada genética y energéticamente tiempo después de su línea de creación de su octava descendente. Existe una línea de unidades de carbono pura, genéticamente diferente. Éstas son conocidas vulgarmente como líneas de sangre, fueron dejadas digamos, “originales”, por varios motivos que no explicaré en este artículo. Todas las unidades de carbono tienen los sentidos cuánticos (Wi-Fi, GPS, bluetooth) desactivados y todas disponen de un código individual de identificación (resonancia cuántica), como el imei de los teléfonos celulares. Éste es su estado original y particular de vibración energética, usted puede subir o bajar su estado general, pero no el particular, usted puede cambiar el número de teléfono con el que se conecta pero no el aparato, porque el aparato es usted, su ADN contiene su frecuencia personal correspondiente a su serie y modelo. La edad cronológica de la unidad de carbono no hace ninguna diferencia evolutiva o temporal, la diferencia la da el “Ser”. Si bien no tiene edad cronológica tiene edad espacial, pero no podemos saberla por no tener completo acceso a la consciencia genética, que no es lo mismo que la consciencia del ser. Por último la consciencia de la unidad de carbono es perecedera, la consciencia del ser no.
Este pequeño resumen no refleja la totalidad pero ayuda a comprender un poco mas a que me refiero cuando hablo de unidad de carbono humano. Ésta está continuamente manipulada por influencias externas e internas y solo logrará deshacerse de ellas cuando pase a ser “Humano”, mientras tanto ésto se logre, el conocer que somos y no engañarnos con sueños de ovejas, hace gran diferencia a la hora de actuar y elegir entre miedo y amor, porque solo la energía cuántica pura del AMOR logrará el paso de máquina a “Ser Humano”.