Este artículo no estaba programado para este momento, pero viendo las confusiones y dudas que ocasionó el artículo anterior, con el Ser y sus conexiones, por mi involuntario error, decidí adelantar este tema para reparar la equivocación de querer explicar algo inconmensurable usando analogías cuantitativas. No se puede cuantificar lo inconmensurable como no se le puede poner una cifra al infinito. Trataré de reparar mi error y corregir la octava mediante el desarrollo de este artículo. Sepan disculpar el no haber previsto su justificada confusión por mi confiada presuposición.
A niveles más allá de la tercera dimensión, la realidad toma formas exclusivas que escapan a todo análisis euclidiano o pitagórico. Por tal motivo usar términos cuantitativos para explicar propiedades cualitativas de conceptos adimensionales, es un gran error, y yo lo cometí. Fuera de toda analogía, en las dimensiones superiores y sobre todo en la adimensionalidad, los conceptos para nosotros de infinito, pasan a ser finitos y viceversa, lo que para nosotros es infinito, para el Do y el Ser, es finito. Por ejemplo, para un organismo microscópico o un átomo, el planeta es infinito, cuando para nosotros es evidentemente finito. Partiendo de este concepto o premisa como verdadera, todo lo creado tiene entonces un principio y un final, y lo infinito es sólo el límite de algo inmensurable para nosotros.
Cuando se crea la vida consciente en el universo, también se crea un entramado o matriz por donde ésta se desplaza. Ese entramado es el Espacio-consciencia del Do, formado por una matriz de 7×7 octavas entrelazadas como formando una tela. Este entramado está sustentado por siete dimensiones espacio-temporales, formando lo que se llama “Realidad General Matricial de base siete” (RGMB7). Cuando la vida consciente se desplaza por esta matriz, utiliza coordenadas espaciales matriciales de siete planos, (t; u; v; w; x; y; z) donde (t) es el alfa (inicio) y (z) la omega (final) del movimiento. El movimiento sobre los planos lo hace de forma proyectiva, o sea que como en realidad el Ser es adimensional, no puede sustentarse completamente en la RGMB7 y tiene que usar indefectiblemente avatares para desplazarse por los planos inferiores. Estos Seres creados por el Do, que en realidad son sus Avatares por el mismo concepto explicado anteriormente, pero a un nivel inmensamente superior, están conectados a 49 unidades de carbono, una por octava, que forman todas sus existencias (rencarnaciones) del pasado, presente y futuro, cubriendo en su totalidad la matriz 7×7 por donde se desplaza. De esas 49 unidades de carbono enlazadas al Ser, 42 corresponden a los planos inferiores de la materia física, y siete a los planos superiores del espíritu. Para el desplazamiento de las unidades de carbono en los planos inferiores, se crea otro entramado o matriz, en este caso de 4×4, que es la matriz espacio-tiempo de la realidad subjetiva matricial de base cuatro (RSMB4) de cuatro dimensiones y 16 octavas, una por cada “clon” de la unidad de carbono. Tres dimensiones espaciales perceptibles por los sentidos, y una mental percibida como tiempo. Cada unidad de carbono clon, a su vez está conectada a (x) cantidad indefinida pero finita, de “avatares virtuales” de ella misma, que cubren toda la gama de posibles realidades de la “ecuación de elección”. Desconozco si son dos millones o más o muchos menos, eso es irrelevante e imposible de saber por lo menos en esta realidad y dimensión tridimensional.
De esos seres creados por el Do en esta realidad y universo, aproximadamente el 52% está y pertenece a la octava del Demiurgo, y el 48% está, pero pertenece a la octava del Do. Por consiguiente, un porcentaje igual de unidades de carbono tiene la conexión abierta o cerrada con el Ser. Los que tienen conexión abierta es porque tienen formado el cuerpo espiritual y sólo les queda activar esa conexión, estos son los 144.000 elegidos de los que habla la biblia, pero ese número no representa una cantidad de personas o Seres, sino un porcentaje y una frecuencia vibracional específica y exacta, 14.40 Hz. El 52% restante tienen la conexión cerrada y sólo lograrán abrirla con el primer acto consciente del perdón, para luego recién comenzar a formar el cuerpo espiritual. Para el que quiera visualizar un diagrama de correspondencia, podríamos exponer la siguiente aproximación: Do conectado a (x) Seres (avatares), cada uno conectado a 49 UdC (avatares), y cada una de éstas conectada a 16 clones conectados cada uno a su vez a (x) avatares virtuales. ¿Cuántos Seres y avatares virtuales existen en este universo?, lo desconozco. El término expuesto en el artículo anterior de 300.000, fue el error cometido, y fue sólo para expresar una totalidad finita y un porcentaje aproximado, cuantificando lo inmensurable para llegar a una idea que no pude transmitir correctamente, la de la finitud de la vida consciente en el universo, dentro de la infinidad de la creación. Lo infinito dentro de lo finito y lo finito dentro de lo infinito. La expresión 300.000 fue tomada por mí, como parámetro para mostrar el porcentaje y la relación del número bíblico esotérico 144.000 de la cábala, y representa la velocidad de la luz, componente y constante primordial en la ecuación de proyección holocuántica y el quinto elemento fundamental para la vida consciente en el universo. Los 144.000 elegidos, representan la frecuencia de los seres correspondientes a la octava del Do, que es de 14.40 Hz., esta vibración del efecto Tesla es la necesaria para subirse al tren de la Matrix 15.64.
En los textos sagrados hebreos más antiguos, se dice que cuando se acaben las almas (Seres) del lugar donde residen, nacerán hombres sin alma, unidades de carbono sin Ser ni espíritu, sólo máquinas, programas dentro de la Matrix, señores Smith sin sentimientos, y aunque a todos nos disguste la idea, el mundo está lleno de programas que nosotros vemos como personas, hijos de las sombras coexistiendo en esta realidad, sin ninguna posibilidad de convertirse en Humanos en esta existencia, porque son sólo programas creados por el Demiurgo. ¿Cómo reconocer un programa? Por sus actos de crueldad y sus ojos, cuya mirada transmite odio, miedo y el vacío de su alma. Si bien están dentro del 52% de la octava del Demiurgo, estos se diferencian porque les pertenecen al Demiurgo directamente y no sólo a la octava, son sus creaciones, los demás son creaciones del Do dentro de la octava del Demiurgo. Yo no hago las reglas, a mi tampoco me gusta lo que digo, pero la realidad es así, nos guste o no, y no voy a engañarlos pintando margaritas donde no las hay. Todo esto es conocimiento oculto sólo conocido por un pequeño grupo de iniciados comparado con la totalidad de la humanidad, conocimiento que en su momento fue de todos y tendría que ser de todos, pero que hace eones algunos consideraron que no todos estarían preparados para conocer la realidad, y a veces pienso que tenían razón, porque nuestros miedos son tan grandes, profundos e incontrolados, que aunque tuviéramos delante de nuestras narices al mismísimo Do, lo negaríamos para proteger nuestro sueño seguro de margaritas pintadas brillando al sol. Como en la película Matrix venderíamos nuestro despertar por una sabrosa hamburguesa. Preferimos volvernos a dormir antes que afrontar la cruda realidad.
El Ser es sólo una de las infinitas manifestaciones de la vida consciente del universo, una de las más simples comparadas con otras formas de vida, en otros universos inimaginables aún para el mismo Ser, y que forman también la cosmogénesis del Do. Nosotros como avatares, representantes en esta realidad de la consciencia del Do, tenemos, debemos, por responsabilidad divina, transitar este mundo con las reglas correspondientes al Ser, por y para el Ser, reglas que sólo usted puede vislumbrar, manifestar y respetar, porque es su universo, su realidad, su vida, su creación, y los demás son invitados a compartir su mundo formando la red de Seres conectados a la trama sagrada que hace posible que todos compartamos una gota de la consciencia infinita del Do para formar el mar de la vida y la creación.