Hoy LOH trata sobre la fascinación, si bien en las otras secciones mis compañeros ya les habrán adelantado el sentido de este concepto, LOH pretende enfocarlo desde el sentido de como la fascinación se emplea para calmar los brotes de acción del inconsciente colectivo, de modo que la ecuación de improbabilidad en el mismo prepondere y ensalce la parsimonia tranquilidad de confort del burgués.

La fascinación tiene el objeto de actuar como una alucinación, como si de un encantamiento o un embrujo se tratase. Cuando se aprende a utilizar es una herramienta de manipulación capaz de influir en cada uno de nosotros de modo que ese influjo capte nuestra total atención llegando a ocasionar, que aceptemos lo anormal y rechazable, como algo normal. Puede parecer tras lo explicado, que la fascinación pueda resultar inofensiva pero en verdad, hay algo mas que resulte peligroso vivir bajo el influjo de la fascinación pues a ella va asociada la inoculación con la que se consigue que proyectemos la realidad ilusoria de esta matrix que creamos día a día y en cada momento. ¿Cómo sucede esto?. Nuestra especie humana tiene unos “filtros mentales” que trabajan sin nuestra supervisión y de forma automática, dirigen la atención del cerebro a un conjunto de estímulos que logran evitar que destilemos todo proceso de análisis y su esencia, se impone al resto de sensaciones circundantes que podrían neutralizar ese estímulo que nos fascina.

Para completar el protocolo de implantación de un acto que nos fascina, intervienen determinados centros de control, como son el intelectual inferior y superior que envían las ideas procesadas al entro motor para que ejecutemos una determinada acción como sucede, mientras preparaba el texto escrito delo que en este momento les expongo. La fascinación aparte de su afección en lo individual, se traslada a lo colectivo y la proyección conjunta de todos los fascinados en conjunto, hacen que la realidad se construya en base a lo que generan. Por ejemplo el otro día veía un debate en una TV nacional, sobre la situación política y las segundas elecciones próximas en España. Los invitados representaba cada uno a una formación política tanto de las recién aparecidas como de las de siempre, resultó chocante, ver como coincidiendo todos en que la corrupción política resulta ser un problema endémico a combatir y que ninguno quiere, como en lugar de aunar ideas constructivas que den la solución, comenzaron a debatir (no dialogar) tirándose reproches y dardos envenenados que desviaron el interés en resolver, por la fascinación de por quien tiene más razón siendo mejor.

El comportamiento de cada individualidad fascinada en el plató, se traslada en forma de imágenes y voz ,a cientos de miles de hogares donde la fascinación se hará presente en cada espectador, ejerciendo ese influjo de relax manipulador por medio de las pasiones y de los deseos, una mezcla extraña donde se enturbian los sentidos, surge el fanatismo y el odio haciendo que la inconsciencia, olvide la intención inicial que verdaderamente importaba; ver como los políticos limpios se unen para erradicar las prácticas corruptas como afición de ciertos colegas de profesión.

Como ven y tiende a ser normal, ante un problema común que demanda del acuerdo de un colectivo, asoma el recurso de la fascinación para tomar preponderancia y dar paso a deseos y pasiones que harán que la atención de todos se pierda en otros objetivos en lugar del verdadero e importante que acaba con el problema.

Este ejemplo que parte de unas individualidades que se afanan en su propia ideología y fanatismo, pueden extrapolarlo a otras áreas generadoras de impactos sobre el individuo; deportes, negocios, redes sociales, trabajo, guerras, etc.. en todas ellas surge la fascinación y ahora que saben lo que es, traten de controlarla y disfruten con consciencia si son ustedes quienes la ponen en práctica en beneficio propio y de los demás, a eso le pueden llamar accionar creando la antítesis de manipular.

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Jose de Aetamira