Pasadas las elecciones parlamentarias me gustaría exponer un pequeño análisis de las energías que se movieron en este juego. Un análisis sencillo del actual estado del país como referente de un sector mayor y que les sirva para futuras partidas. Un simple análisis nos muestra que, aunque la oposición energética fue mayor en fuerza, 60 a 40, esa fuerza estuvo fragmentada, no logrando mover el centro de gravedad del 40 restante. De esta manera, los demonios lograron mantener el poder energético sobre el inconsciente colectivo de las masas (particularidades energéticas) que forman el egregor dominante sobre el colectivo dominado (nosotros somos nuestro propio carcelero).
Las jugadas de los demonios en estos últimos tiempos fueron muy buenas, doblaron la apuesta a cada momento, y eso reforzó su centro de gravedad para soportar el embiste de las energías contrarias que se avecinaban. Lo que hicieron fue “anclar” el centro de gravedad mediante la unidad del núcleo del objeto, que está formado por sujetos, logrando así transmitir empatía mediante la certeza de la unión pese a todas las dudas del colectivo dominado por las acciones inhumanas que estos ejecutaban sobre el mismo (Síndrome de Estocolmo).
Para lograr esto anteriormente habían infiltrado un par de idiotas útiles (demonios de pacotilla) en la energía opuesta. Uno fuerte en traición y engaño (Masa) y otro fuerte en soberbia y orgullo (Randazo), la soberbia, el orgullo, la traición y el engaño dan como resultado un egregor de fuerte carga negativa (egregor de fragmentación) logrando arrastrar por vacuidad negativa parte del 60, al 40, sumando una “fuerza virtual” a ese 40 real, digamos que construyeron un “caballo de Troya” que resulto útil a los demonios y contraproducente a los humanos.
Ciertamente viendo los movimientos anteriores, el resultado final fue el esperado, sabía que sucedería lo que sucedió, pero mi esperanza estaba depositada en un egregor que finalmente no se formó, el egregor de la unión por consciencia contra un egregor virtual de fragmentación. ¿Saben cuál es el mayor problema de todo esto? que ningún humano conoce el manejo de las energías como lo conocen los demonios, y sin un referente fuerte que nos represente y que conozca ese manejo de energías como ellos para enfrentar al sistema, los demonios siempre tendrán la ventaja aquí y en cualquier otra parte del mundo, porque sus cartas estarán marcadas por nuestra ignorancia de los procesos energéticos de los sucesos.
DDLA conoce el manejo de esas energías, pero no somos nadie en el gran juego que ellos juegan. No tenemos el poder para mover masas, para llegar al colectivo, para influenciar las decisiones, somos sólo una pequeña gota de conocimiento en un inmenso océano de ignorancia. Por ahora DDLA seguirá triplicando la apuesta, trabajando en segundo plano y socavando e infiltrando consciencias, quizás así, podamos construir nuestro propio caballo de Troya que nos dé alguna oportunidad en este terrible juego de tronos entre humanos y demonios. Hoy una vez mas perdimos la partida, esperemos que en la próxima jugada aún sigamos en pie.
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