El escarabajo sagrado en la antigua cultura egipcia se llamaba “jepri“, que significa, “aquel que viene en existencia, el que llega a ser (existir)”
No soy muy partidario de la astrología, primero porque hay muy pocos que trabajen a consciencia, hay mucho negocio en ello ya que por lo general todos desean que le digan sus designios y muchos charlatanes se aprovechan de ello, y segundo, porque la astrología es condicionante al sujeto, por eso mejor no saber que saber algo que interpretan terceros. En el caso de la carta natal del blog es diferente, pues es un objeto y este no puede ser influenciado y condicionado como los sujetos, pues se toma como una guía de comprensión de sucesos y no de acción “inconsciente” a seguir por los sujetos.
Cuando tenía 17 años la madre de un amigo me confeccionó una carta natal, cuando me la entregó la rechacé, no quería conocer algo que sabía me iba a condicionar toda mi existencia. Desde ese momento decidí que debía recorrer mi propio destino sin condicionamiento inconsciente alguno y solo guiado por las señales en el camino. La astrología es un intento de conocer las plantillas de existencia, pero le faltan notas, más precisamente doce, de las cuales solo conocemos su reflejo que nosotros percibimos como “las influencias” de los signos zodiacales, por consiguiente, la astrología es solo el reflejo acotado, incompleto y distorsionado de algo que es superlativo por su complejidad y múltiples puntos de inflexión, por tanto, la astrología sirve para conocer lo particular, pero de forma acotada a la interpretación del sujeto y despreciando al objeto que es lo verdaderamente importante, pues todo sujeto es resultado de un objeto. Me explico, los patrones rúnicos están regido por los patrones básicos, estas runas se graban en los primeros años de existencia, el encargado de grabarlas es un objeto externo que, aunque parezca increíble, son los padres. Los padres, para el niño son objetos hasta el primer año de vida, pues el niño aún está formando los lazos afectivos del centro emocional, así que el niño utiliza el centro motor e instintivo para comunicarse. A partir del primer año ya las runas son grabadas por sus propias experiencias y éstas, son objetos que el niño usa para interactuar con el entorno e ir formando su personalidad virtual.
Podríamos definir a la existencialogía como el estudio de la existencia del Ser, pero no cualquier existencia, sino aquella que alberga vida consciente. Para ello también tenemos que considerar todas las notas, aún las 12 faltantes, aquellas de la trialidad del Ser donde el Torus recorre veinticuatro notas y no solo doce. Tomando la totalidad de las notas podremos unir sujetos y objetos pues comprenderemos que las energías etéricas (Ee) de la empatía y simpatía influyen en la astrología y las cartas natales de sujetos y objetos. El mayor problema es que nadie, ningún astrologo o estudioso, toma en cuenta la totalidad, solo el reflejo parcial en la materia de esas 12 notas faltantes mediante las influencias de los signos zodiacales.
Los Kar-vidicos no se conectan a la materia como Kar-activos bajo un signo zodiacal, sino bajo la “influencia” de una de las doce casas de su familia estelar de la cuarta zona de cada galaxia, la zona del Campo Sum-Causal. Ésta franja o campo Sum-Causal está separado en 12 zonas o capas, donde se encuentran las familias o clanes de Seres con iguales o similares estados jerárquicos. Éstas 12 capas están agrupadas en 9 sectores donde el 10 corresponde al 1, el 11 al 2 y el 12 al 3, surgiendo entonces la siguiente correspondencia:
- Sector 1= zonas 1 y 10
- Sector 2= zonas 2 y 11
- Sector 3= zonas 3 y 12
- Sector 4= zona 4
- Sector 5= zona 5
- Sector 6= zona 6
- Sector 7= zona 7
- Sector 8= zona 8
- Sector 9= zona 9
Estos sectores están relacionados con la probabilidad de error que tiene un determinado Kar-Vidico (Ser en estado puro) de que su misión dentro de la Trama Sagrada se cumpla, tomando como referencia la ecuación de elección del avatar que lo contiene. Resumiendo, las doce zonas o casas corresponden a las doce notas faltantes y cada una agrupa a los Kar-Vidicos con similares propósitos, por consiguiente, no se puede estudiar la existencia sin tener en cuenta esas notas faltantes del cúbico (espíritu), que, por empatía entre ellas, se agrupan en casas en el cúbico y logran cierta simpatía hacia los objetos y sujetos del cuadrático (materia). Hacer una carta natal astrológica sin integrar también lo increado, la existencialogía, es como hacer una tortilla sin huevo, falta el ingrediente principal y el resultado no será el esperado.
Por ahora terminaremos esta exposición no sin antes decir que los signos zodiacales marcan la dirección espacial/dimensional en la bóveda celeste donde se encuentran las casas y donde su influencia llega mas directa al sujeto u objeto en cuestión. Mas adelante explicaremos cual fue el origen mitológico de estos doce signos zodiacales, ya que ellos no fueron creados al azar, sino con una intención y propósito definido, intentar que la plantilla de existencia de la trama sagrada de cada particularidad, el jepri, se cumpla en su mayor porcentaje.
NOTA: Cuando se dice que alguien a partido y vuelve a casa, quiere decir que el Kar-Vidico vuelve al sector espacial/dimensional en una de las doce casas de la zona donde radica su familia estelar.
BONUS TRACK
No entraré en detalle de cuál es la probabilidad de cada sector, pues no es el tema de este artículo, pero diré como avance que dicha probabilidad no tiene que ver directamente con el número del sector (a mayor número, mayor probabilidad) sino que está relacionada con el ADN de cada Kar-Vidico (KV) que lo habita, y de su capacidad para auto gestionarse dentro de su propia plantilla de existencia.
Como dije en su momento un KV (Ser) está conectado simultáneamente a 49 UdC que coexisten a la vez en el pasado, presente y futuro. También vimos que cada KV proviene de un determinado sector donde se encuentran las familias o clanes de Seres con iguales o similares estados jerárquicos y propósitos. Pongamos por ejemplo que un KV que pertenece al sector 3 se conecta a una UdC del sector 7 y a otra del propio sector 3. Si bien se trata del mismo KV, las conexiones a estos dos avatares son diferentes. La probabilidad de error dentro de la ecuación de improbabilidad del avatar del sector 7 será mayor que la que tendrá el avatar del sector 3, pues serán sectores diferentes (disonantes) y se acrecienta por lo tanto la probabilidad de que sucedan errores.
De esto podemos deducir en que consiste “la suerte” de algunos y “la desgracia” de otros. En el caso que la probabilidad de error sea baja el sujeto cumple la mayor parte de su plantilla de existencia de forma correcta, pero en el caso contrario (probabilidad de error alta) el sujeto tiene una gran probabilidad de desviarse en cada ecuación de elección del propósito del avatar y de la misión del Ser. Aunque estas 12 zonas (9 sectores) no tienen reflejo en esta realidad (pues constituyen una dodecava de 12 notas desconocidas) son percibidas como las 12 casas zodiacales en las que se basa el estudio de la astrología, y aunque incompleta y acotada, se puede obtener una aceptable visión de nuestra plantilla de existencia a través de la llamada carta natal[1] de esta realidad para saber a qué nos podemos enfrentar.
Mientras que el momento del nacimiento marca el sector del Ser, el momento de la concepción marca el lugar espacial donde el Ser establece el enlace y se conecta al avatar, determinando así el sector de este último. Podemos estar bastante seguros de la fecha de nuestro natalicio, pero no así de nuestra concepción, por eso es bastante improbable conocer si somos sonantes o disonantes en sectores, pero si prestamos atención a las señales de nuestra existencia, podremos asegurarnos que cumpliremos en un alto porcentaje el propósito por el cual nos conectamos, seamos o no sonantes, para que la misión de nuestra vida sea cumplida en su totalidad.
[1] Una carta natal es un gráfico de la disposición de los astros en el firmamento para el momento del nacimiento de un determinado individuo (punto de inicio de su octava corta de existencia) y mediante la cual un astrólogo puede determinar las influencias de las distintas “casas astrológicas” (signos del zodíaco) en los diferentes aspectos de la vida de este individuo.