El laberinto lo resumo como una alegoría a la construcción interno-mental que nos tiene atrapados, donde tenemos dentro al Minotauro que, es mitad luz y mitad sombra, por eso es mitad humano y mitad bestia, siendo esta última una representación de nuestras sombras (miedos, pasiones, juicios…). Quién decide de verdad recorrer el laberinto, lo hace desde la Consciencia del Ser mediante las herramientas que tanto se han mencionado, como la Auto-observación, para la ruptura de los patrones recurrentes y la transformación en lo que deberíamos Ser; tirar un muro que ya no sirve, pintar de otro color una pared sucia, tapar aquel agujero por el que siempre nos caemos…

¿En realidad, nosotros tememos al Minotauro o el Minotauro nos teme a nosotros? Posiblemente ambas ilusiones.

Nosotros somos él y por lo tanto debemos enfrentarlo porque encierra todos nuestros miedos y programas inservibles que nos hacen pendular. A través de “la consideración interna hacia nosotros mismos” con el perdón como primer acto de Amor, nos aceptamos, transformamos y en vez de vivir en el laberinto, vivimos el laberinto como una experiencia para revertir la esfera de consciencia y volver a casa (o como mínimo haber ayudado).

DDLA (M) nos ha dado poco a poco el mapa general de la realidad (del laberinto) y ahora somos nosotros los que poco a poco vamos montando ese mapa en nuestra particularidad (nuestro laberinto).

Seguramente podemos apoyar esta clase con muchísimos artículos más porque tiene mucho que ver con la del ego protagónico, con la Cinta, con la Kundalini, etc, ya que el único fin es llegar al Ser y vivir a través de Él, pero en mi particularidad, esta semana he analizado el artículo “Damian”: https://detrasdeloaparente.com/2017/10/demian/ y me ha servido para comprender ciertas cosas de mi propio laberinto. Lo menciono porque quizás a alguien le ayude su relectura junto con el apoyo de la novela de Hermann Hesse del mismo nombre que el artículo de M, en la que relata en primera persona el paso de la niñez a la madurez de Emil Sinclair (de la inconsciencia a la consciencia). El caso es que apenas me han bastado unas pocas páginas de su lectura para ordenar cierto caos interno. El bien y el mal en el mismo “mundo” y cómo mediante la Observación crece lentamente esa tercera pata del taburete, haciendo que se sostenga mediante ese Centro de Gravedad que necesitados como agua de Mayo.

El artículo Demian comienza así:

Nada le es más desagradable a un hombre que tomar el camino que conduce a sí mismo.Cuando odiamos a un hombre, odiamos en su imagen algo que llevamos en nosotros mismos.Siempre es bueno tener conciencia de que dentro de nosotros hay algo que lo sabe todo.La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero.Tú sólo tienes miedo si no estás en armonía contigo mismo.El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas.El amor no debe pedir, ni exigir tampoco. Ha de tener la fuerza de llegar en sí mismo a la certeza. Y entonces atrae ya en lugar de ser atraído.La Humanidad es un futuro lejano hacia el que todos nos movemos, cuya imagen nadie conoce, cuyas leyes no están escritas.El verdadero oficio de cada uno es tan sólo llegar a sí mismo.Observa bien a un hombre y sabrás de él más que él mismo.Si odias a una persona, odias en su imagen algo que es parte de ti mismo. Lo que no es parte de nosotros nos es indiferente.Aquel que es demasiado cómodo para pensar por su cuenta y ser su propio juez, se somete a las prohibiciones del momento existentes.Veo que piensas más de lo que puedes expresar. Pero también que nunca has vivido lo pensado, y eso no es bueno. Únicamente aquellas ideas que vivimos tienen algún valor.Las ideas adquieren valor cuando se convierten en vida.
Y, ¿Acaso no hay viaje más alucinante que al centro de uno mismo? Siempre me he preguntado por qué unos deciden conocerse y otros no, a pesar del miedo que es innato a todos, tiene que haber algo que precipite esa acción o inacción.

Hace mucho tiempo me he dado cuenta de que si eres muy introvertido corres el riesgo de nunca salir del laberinto y si eres muy extrovertido corres el infortunio de nunca entrar, pero sea como fuere el caso, en esto no debemos ser tibios: “La salida es hacia adentro” (E.B.)

Importante también lo que se ha mencionado sobre la acción porque si no hay un movimiento real y nos quedaremos en esa mecedora, habrá servido de poco.

Muchas gracias a Rocío y a todos por sus aportes!

P.D. Que nuestros Pensamientos iluminen los pasillos, que nuestras Palabras pinten las paredes y que nuestras Acciones rompan nuestros muros.