“La mente se conforma por la unión de ocho Quantas, que a su vez se unen con retenes energéticos (como la unión de los átomos en las moléculas) formando un Quanta cúbico de seis caras o lados (planos dimensionales) uno por cada esfera mental (1ª-preconciente, 2ª-subconciente, 3ª-conciente, 4ª-conciente-continuo, 5ª-supraconciente y 6ª-subliminal). Los Quantas cúbicos a su vez se unen en grupos de siete para conformar la forma heptocúbica de la burbuja mental (ver imagen), un Quanta cúbico por cada nota de la octava. La unión o enlace de varias formas heptocúbicas da origen a la mente o esferas mentales, éstas son insertadas en las unidades de carbono al nacer y sin ellas no seríamos seres pensantes, pues la consciencia artificial no tendría forma de existir. Estas esferas se interconectan con nuestro encéfalo, con un vórtice (arco de círculo) hacia afuera. Las mentes, por lo tanto, son formas heptocúbicas plasmáticas agrupadas entre sí, que tienen en su parte externa una estructura físico plasmática, y en cuyo interior se alojan las analfas pensantes (partículas de energía subcuántica). En el trabajo energético y metabólico de las neuronas del cerebro, se liberan partículas de energía subcuántica llamadas “alfas”, que rápidamente se convierten en “analfas”, que funcionan como materia prima virgen para que la primera fase del proceso mental se lleve a cabo por interacción de los sentidos con la realidad…”
El patrón metabólico es una placa energética que se encuentra ubicada en los Quantas cúbicos y es una rejilla que cubre seis de los siete cubos del Quanta heptocúbico. En cada uno de estos cubos, celdas o receptáculos energéticos, se encuentran grabados los patrones de los seis principales elementos químicos del cuerpo, el Calcio (Ca), el Cloro (Cl), el Carbono (C), el Sodio (Na), el Potasio (K) y el Nitrógeno (N). Estos patrones tienen registradas las características físicas y químicas de los átomos de estos elementos, como la estructura atómica de los mismos, las valencias, las posibles combinaciones, los estados sub-atómicos como peso, número de electrones, protones y neutrones, etc. Cuando uno de estos seis elementos entra al cuerpo sea por la forma que sea, automáticamente es comparado con su patrón específico e identificado como elemento patrón base metabólico, poniendo en marcha una serie de procesos químicos y energéticos descritos en su momento. En el séptimo cubo del Quanta, el cubo central, se encuentran los patrones de todos los demás elementos químicos del cuerpo, que de una u otra manera, se combinan con los elementos del patrón base. De esta forma se automatiza la química de nuestro cuerpo para su correcto funcionamiento. Cualquier proceso químico (alquímico) de nuestro organismo de tan solo una hora (60 minutos) de duración, como puede ser la ingesta de un vaso de refresco, un medicamento, alimentos, etc. hace que pasen por nuestro cuerpo no menos de diez octavas cortas rápidas sin que hayamos intervenido ni lo percibamos en lo más mínimo, y los elementos de los patrones metabólicos Calcio, Cloro, Carbono, Sodio, Potasio y Nitrógeno, se combinan con otros elementos y reaccionan con el Oxigeno interactuando entre sí, más de cien mil veces.
Ahora veamos el patrón conductual, que es un poco más complicado que el anterior, porque se trata de aprender y grabar conductas que serán utilizadas luego de forma automática para nuestras funciones más comunes, como lavarnos los dientes, utilizar los utensilios para alimentarnos, manejar un vehículo, etc. y de grabar paradigmas y arquetipos que de una u otra manera nos condicionarán en nuestras decisiones. Todo lo que hacemos queda registrado, nada se pierde, y aunque no recordemos cada detalle de nuestra existencia, estos se registran y graban de forma automática mediante el patrón conductual.
El patrón conductual es una placa energética que está ubicada en la superficie de las esferas mentales y está formada por tres capas o niveles, estos son: el nivel externo o de registro, el nivel medio o de interpretación y el nivel inferior o de conexión. Veamos ahora en detalle cada uno de estos niveles. El nivel externo es aquel que registra la información en bruto, las señales recibidas de los estímulos externos de los sentidos. El nivel medio o de interpretación es aquel que se ocupa de asociar y decodificar la información recibida por el primer nivel, y el nivel inferior o de conexión es el encargado de conectar los canales aferentes (anatomía biológica o energética que transmite un impulso desde una parte del organismo a otra del mismo organismo) o eferentes (anatomía biológica o energética que trasmite impulsos hacia afuera desde una parte del organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella) con la memoria celular, registro hormonal, central de archivos volitivos (arquetipos que manejan la voluntad) y memorias védicas (librerías de horizonte) del sujeto.