20 DE FEBRERO DE 2011 (minutos antes del primer artículo)
De pequeño solía ir de vacaciones todos los años a la casa que tenían mis abuelos frente al mar, mis días pasaban entre aventuras y juegos de buscadores de misterios en inhóspitos médanos de arena y tamariscos.
Cuando caía la tarde y el fragor del día se apagaba con el sol, mi vista se alzaba hacia las estrellas del firmamento y mi pequeña mente de niño volaba hacia las alturas preguntándose si esto que estaba viviendo con tanta pasión era real, pues sabía que todo terminaría al regresar, y lo recordaría como un sueño del que no se quiere despertar, pero pese al esfuerzo de no querer hacerlo, no queda más que enfrentarse a la realidad cotidiana de la vida de vigilia.
Este pensamiento me hacía sentir irreal, confundido hasta el punto de no querer despertar, de ser eternamente feliz en ese lugar, en ese sueño perfecto de libertad y armonía, pero cuando las vacaciones terminaban, y mis padres emprendían el regreso, sabía que despertaría a la realidad, y mi corazón se estrujaba en mil lagrimas que trataba infructuosamente de contener, solo me consolaba pensando que en un año me volvería a dormir para soñar ese maravilloso paraíso.
Pasaron los años y mi pensamiento siguió siendo el mismo, pero mis sentimientos cambiaron, ahora sentía que el sueño era lo cotidiano, que yo estaba eternamente sumido en una realidad que no era la mía, que detrás de los acontecimientos de la vida había algo más, oculto a los ojos del hombre común, y que lo real estaba detrás de lo aparente, manejando la ilusión de lo cotidiano de una forma tan magistral que nadie sospechaba de su existencia. Este sentimiento me impulsó a iniciar la búsqueda de la verdad, para ir descubriendo que nada es lo que parece, que todo es una gran puesta en escena para ocultar la verdadera realidad.
Este lugar es para aquellos que siendo buscadores de la verdad aun no lo saben, pero sienten en lo profundo de su Ser, que algo no encaja en el puzzle de sus vidas. Es el inicio de la búsqueda del camino, para finalmente encontrar su verdad. Un camino que luego recorrerán en solitario, pues fue marcado exclusivamente para cada uno de ustedes con el ADN de la creación.
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